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martes, 27 de enero de 2015

EEUU construye su propia alianza energética del Caribe

Washington apunta a romper la dependencia del petróleo en la zona

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Vista general del salón del Departamento de Estado donde se realizó la Cumbre de Seguridad Energética del Caribe AFP


Estados Unidos acelera la transición energética del Caribe apuntando a romper la creciente dependencia que las islas han mantenido del petróleo, sobre todo del venezolano, lo que permitirá a largo plazo a Washington promover sus industrias de energías alternativas.

Apuntando a esto, el vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, presidió ayer en Washington la primera Cumbre de Seguridad Energética en el Caribe, centrada en la promoción de las energías limpias en la región, sin que a esto escapase el interés y valor geopolítico que guardan las islas de la zona.


La mayoría de naciones del Caribe han logrado paliar los altos costos de la energía con la ayuda de Petrocaribe, la alianza promovida por Venezuela desde 2005 que proporciona subsidios financieros para la compra de crudo venezolano.

Pero el futuro de esta alianza de 18 naciones está en duda debido al empeoramiento que enfrentan las finanzas de Venezuela, advertía el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Es para los gobernantes del Caribe tan inquietante el panorama, que a la cumbre asistieron trece países que se benefician de Petrocaribe, una decena de ellos representados por sus primeros ministros.

Para el Gobierno de EEUU la cita busca "promover un futuro energético más limpio y sostenible en el Caribe a través de la mejora de la gobernabilidad energética, mayor acceso a la financiación y la coordinación entre donantes", dijo Biden.

El tiempo apremia y se puede comenzar a demostrar la estructura con inversiones clave en energías renovables, además de mostrar interés político.

En este sentido, los líderes del Caribe acordaron llevar a cabo programas para diversificar sus fuentes de energía, incluyendo la introducción de energías limpias, indicó la Casa Blanca en un comunicado

EEUU quiere sumar a la llamada "Iniciativa de Seguridad Energética del Caribe (CESI)" a la banca internacional, entre ellos el Banco Mundial, además de empresas privadas que ya han comienzan a invertir.

Como muestra, Jamaica acaba de dar el primer paso al anunciarse ayer que la empresa BMR Energy financiará con ayuda privada por $67.2 millones, un proyecto de generación de energía eólica de 36 MW en esa isla.

Consciente de la fuerza del petróleo, y sin hacer alusión a Venezuela, Biden advertía ayer que "ya sea en Ucrania o en el Caribe, ningún país debería poder usar sus recursos naturales como herramienta de coerción contra otro", citaba Efe.

El vicepresidente sí instó a los países del Caribe a avanzar con "urgencia" hacia la diversificación de sus fuentes de energía con el respaldo de EEUU y los privados, con la eventual "independencia energética" de la región como objetivo, tal como la nación norteamericana está haciendo.

"El éxito de los países del Caribe está en el interés de EEUU", enfatizó el vicepresidente, y destacó que, en el siglo XXI, "el gran epicentro de energía ya no es Arabia Saudí", sino la combinación de "EEUU, México y Canadá".

EEUU tiene una disyuntiva ante el avance de la explotación por fracking. Conforme caen los precios del crudo la apertura de pozos en el país se ha cerrado y si los precios siguen hundidos, las empresas más endeudadas se irán a pique y las más exitosas no podrán absorberlas, estiman expertos.

En este caso, le urge comercializar gas excedentario, poco contaminante, así como embarcarse en la exportación de sus industrias de energías limpias que compiten con las europeas. El Caribe es el norte para esto.

Harold Trinkunas, un prominente investigador de temas energéticos en el Brookings Institute de Washington, explicaba que la estrategia se centrará en la "financiación de nuevas fuentes de energía para los consumidores del Caribe... y la armonización de normativas jurídicas" que hagan más factible las inversiones