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jueves, 30 de julio de 2015

Asdrúbal Oliveros: Estamos en el peor momento para dolarizar


30 Julio, 2015
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Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / imagen cortesía @EY_Venezuela / 30 jul 2015.- A juicio del economista Asdrúbal Oliveros hoy estamos en el peor momento para dolarizar porque los costos de hacerlo superan con creces a los beneficios que trae.
El director de Ecoanalítica hizo esta afirmación luego de desglosar la situación de desequilibrio en la que se encuentra la política cambiaria, fiscal y monetaria del país, en el marco de la Mesa de Análisis, promovida por Cedice y que tuvo lugar el martes 28 de julio, con el tema: “Dolarización: ¿una opción de política monetaria en Venezuela?”.
Oliveros comenzó sus palabras reconociendo que el tema de la dolarización es importante de cara a la opinión pública pero que, en medio de la crisis que tenemos y el grado de desesperación que tenemos, solo se ve la parte buena.



“Lo que yo he sentido con el tema de la dolarización es que muchas veces la discusión se ha centrado en los beneficios, y no se mencionan los costos. Creo que es pertinente hacer una revisión completa del tema, y más para el caso particular de la economía venezolana que presenta elementos estructurales, institucionales que es bueno tener presente”.
A esto añadió que frente al tema tampoco se puede asumir “una posición dogmática, como si fuese una discusión teológica”.
Seguidamente pasó a argumentar el por qué, según lo confesó, abrigaba dudas sobre la dolarización en el caso venezolano.
En primer lugar, argumentó el economista, en Venezuela no existe sólo un desequilibrio monetario, sino que en el meollo del asunto había un desequilibrio económico que tiene una expresión fiscal, por supuesto, monetaria, pero tambificit fiscal, y, en ese sentido, dijo que las cuentas mostraban que el apresente”pertinente hacer una revisién cambiaria
Mostró Olivares una lámina donde se proyectaba la dimensión del déficit fiscal, asegurando que el gobierno no se arropa hasta donde le alcance la cobija, y que eso hace que un argumento como el de la dolarización sea tan poderoso porque es como decir que hay que ponerle una camisa de fuerza a los políticos.
Recordó que en el 2006 el déficit estaba en 2 puntos del PIB cuando hoy está en 20 puntos del PIB, pero lo que más llamó la atención fue en la circunstancia de cómo se está financiando ese déficit, y los desequilibrios que eso está generando en los diferentes ámbitos.
“El gobierno no vive en función de su restricción presupuestaria, sino que Venezuela está hoy inmersa en lo que la literatura económica llama dominancia fiscal”, enfatizn de la base monetaria sector patura econque hay que ponerle una camisa de fuerza a los polmo el de la dolarizació el economista Oliveros.
Definió la “dominancia fiscal” como aquella situación en la cual había un banco central supeditado al sector público, a través de la expansión de la base monetaria. “El banco central pierde toda acción de autonomía en la ejecución de la política monetaria y su única función es el financiamiento del Estado”.
De seguidas mostró otra lámina en la cual se reportaba el financiamiento monetario del banco central al Fisco, en términos del PIB. “Bueno, si usted tiene un déficit de 20 puntos del PIB, y 12 de expansión de la base monetaria, estamos diciendo que el 60% (=12/20¨100) del déficit está siendo financiado desde el BCV, y, por supuesto, eso explica en parte la aceleración de la inflación; los desequilibrios en el mercado cambiario”.
Indicó que por eso no sorprende que el tipo de cambio paralelo suba. “Yo no estoy de acuerdo con que se diga que se trata de una burbuja o que hay allí unos tipos que están especulando; pues al final el dólar paralelo es simplemente una expresión de los desequilibrios que tiene esta economía; donde el tema monetario es uno de ellas”.
Llegó a la conclusión de que en este escenario urge un cambio de política monetaria y por qué hoy en día en Venezuela la dolarización tiene tantos adeptos. Reiteró, sin embargo, que lo que vive nuestro país no es sólo un desequilibrio monetario sino también fiscal y cambiario, y, según confesó, eso es lo que lo ha llevado a decir que estamos frente a una economía esquizoide.
“Dependiendo a su gusto, múltiples tasas de cambio hay en Venezuela (…), es lo que lleva a una destrucción de los precios relativos que hoy existe en nuestra economía. El sistema de precios hoy en día está prácticamente anulado, y eso tiene elementos de distorsión para las empresas, para los consumidores y para las expectativas en términos de inflación”.
Según el director de Analítica, un sistema de precios anulado en lenguaje coloquial significa que usted no sabe qué es caro, y qué es barato. Oliveros puso un ejemplo de la distorsión de los precios, de algunos champús que tienen estipulado el precio de 30 bolívares si son nacionales; mientras que en el mismo estante, al lado de estos champús, se pueden encontrar algunos importados que cuestan 800 bolívares.
Concluyó que ese tipo de distorsiones era lo que hacía que la gente, en medio de la desesperación, dijera, bueno, tengo que proteger mi salario, y que consideran que ganar en dólares representa una ventaja para hacer frente a esa distorsión de precios. “Yo sí creo –afirmó- que está ocurriendo la dolarización informal. En Venezuela cada vez más un mayor número de sectores se están dolarizando en la práctica: vehículos, pasajes de avión, mercado inmobiliario, electrodomésticos”.
Reveló que la semana pasada había entrado a una tienda de un centro comercial y que había visto una línea de equipos cuyos precios eran en dólares. “Fue una lástima –comentó- que no me dejaran fotografiarlos”.
Según sus palabras,la dolarización informal es “el peor de los mundos”. Explicó que se trata de un estado en el cual los bienes y servicios se están tranzando en dólares; el ingreso está anclado en bolívares, y la inflación sigue desbordada: “Entonces –remató- es el peor de los mundos”.
¿Se preguntó que cuáles eran las condiciones básicas para la dolarización? Respondió que, según los estudios, para que el proceso no sea tan traumático; “para que no sea tan costoso”; primero, debería ser en un momento en que la moneda no esté subvaluada y que lamentablemente ése no es el caso de Venezuela.
“Además que es un tema histórico, Venezuela arrastra un problema estructural de sobrevaluación de la moneda que quedó patente en los debates de la década de 1930 entre Alberto Adriani y el famoso artículo de Arturo Uslar Pietri de sembrar el petróleo. Es decir, “se trata de una discusión de años”.
A continuación colocó una lámina donde se demostraba que desde 1998 nuestra moneda todo el tiempo ha estado sobrevaluada. “Eso hace entonces que a la hora de dolarizar, suponiendo que esto se asuma, se vuelva costoso ese proceso, un elemento que debemos tener en cuenta”.
Se declaró en este punto en desacuerdo con la dolarización, apuntando que en un aterior foro organizado por Cedice, se dijo que se podía dolarizar la economía en dos semanas y que, además, hacían falta 5 mil millones de dólares. “Yo creo –apuntó que la situación de desequilibrio que prevalece hoy en Venezuela es muy grave como para desarrollar este proceso en forma tan rápida”.
Destacó, según se podía apreciar en una lámina, cómo el 2014 y el 2015 constituían los peores niveles de la sobrevaluación de la moneda. “Dicho en otras palabras –subrayó-, hoy estamos en el peor momento para dolarizar; en términos de costos; de los costos que tenemos que asumir”.
Seguidamente, pasó a abordar lo que consideraba el segundo punto: “Y es que tú deberías tener un sistema financiero solvente, sólido, competitivo; que tenga acceso a líneas de crédito de bancos foráneos. Eso probablemente, una vez que se dolariza, no es tan complicado pero es un tema clave; que yo quiero destacar acá, y es que no puedes hacer el ejercicio de la dolarización sin incluir políticas hacia el sistema financiero”.
Confesó que era por eso que mostraba su escepticismo en cuanto a dolarizar el sistema financiero; ya que, según Oliveros, tenemos un sistema financiero en Venezuela bastante grande, con una presencia importante de la banca pública que, efectivamente, hay que incluir en el análisis. Por supuesto, agregó Oliveros, desaparece el Banco Central como prestamista de última instancia, y por consiguiente deberían los bancos tener una alta relación de patrimonio activo.
“La pregunta es: “En un proceso de dolarización una pregunta queda en el tapete: Después de que usted asume una dolarización, dependiendo del tipo de cambio que se fije para hacer la conversión, para mucha gente el golpe en términos adquisitivos puede ser muy duro y eso puede generar descalces en la cartera de créditos de la banca y también para las empresas. ¿Están los bancos preparados?”.
Puntualizó que es por eso que hay que tener cuidado. Advirtió que había que contar con unas reservas excedentes; y dejó para el final, como punto clave, el tema de los capitales golondrinas.
“Bueno, respondió, que lo que usted gana con respecto al control de la inflación lo pierde al quedar a merced de capitales golondrinas que aunque usted no lo crea, se trata de un problema importante en las economías emergentes”, y, al respecto, mencionó los casos de Chile, Colombia y Perú..
“Por ejemplo, en Colombia, la inversión extranjera ha caído un 40%, asociado al tema energético. Pero muchos de esos fueron capitales que, una vez que vieron que la economía tuvo una recesión, salieron. Lo mismo pasa con Chile y con Perú. Tú dolarizas; queda completamente expuesta tu cuenta capital, y entonces, para una economía con los niveles de volatilidad que tiene Venezuela, se trata de un tema que hay que abordarlo con cuidado”.
Al referirse a las reservas internacionales, dijo que también ahí estábamos muy mal; el mínimo histórico. Algo que, según Olivares, ha sido ampliamente comentado por los periodistas en los medios de comunicación y llamó la atención del hecho de que una gran parte de esas reservas están en oro, y que ese oro se encuentra en Venezuela. Aquí también se preguntó por el cuándo y el cómo se lleva a cabo el proceso de sacar ese oro a los fines de hacer la conversión a los nuevos dólares.
Mencionó lo que conoció como los fondos extrapresupuestarios: “porque el Estado también tiene dólares por fuera, y ahora están en niveles mínimos”, e informó que de acuerdo al seguimiento, que ha hecho Ecoanalítica de estos fondos, de 18 millardos de dólares que había hace unos años, hoy en día están por el orden de los 6 millardos de dólares: el gobierno se los ha venido gastando poco a poco. Y advirtió que ésta era una posición muy vulnerable con relación a las divisas líquidas.
Otro de los puntos que mencionó; del cual dijo que trascendía el tema de la dolarización pero que lo hacía ser más escéptico con respecto a dicha política, y es la alta dependencia que tiene la economía venezolana de ingresos petroleros volátiles; una economía que puede tener, como ocurrió en el 2012 ingresos cercanos a 100 millardos de dólares por los altos precios petroleros, y este año tener 40 millardos de dólares en ingresos, siendo generosos.
“Perdió –afirmó- 60 millardos de dólares en dos años. La pregunta es: ¿cómo tú en un proceso de dolarización enfrentas una caída de 60 millardos de dólares?”
Agregó que para la dolarización y siendo Venezuela un país petrolero, es necesario crear un fondo de estabilización macroeconómica / fondo de ahorro; algo que descartó dada la naturaleza de nuestros políticos, y recordó que durante el gobierno de Rafael Caldera se había hecho un intento muy tímido de avanzar en ese sentido; pero que durante el gobierno de Chávez todo eso se había desmontando.
Mostró una lámina donde se comprobaba cómo el Fondo Monetario Internacional erraba año a año, en relación a lo que iba a ser el comportamiento petrolero, y así llegó a la conclusión de que el petróleo es el comodity más difícil de estimar, algo que en econometría se conoce como “ruido blanco” y asegurando que el mejor estimador del precio petrolero es el precio actual.
Oliveros expresó que lo que quería decir con esto era que sí no se resolvía el problema de nuestra vulnerabilidad externa, podía ser peor el remedio que la enfermedad; ya que a su juicio cualquier choque externo puede comprometer la estabilidad del sistema. A ese respecto, a través de un gráfico mostró cómo han descendido los ingresos petroleros en los últimos años, y se preguntó que cómo un país podía enfrentar una situación de ese tipo sin contar con una política monetaria y fiscal (que la dolarización eliminaría)
Abordó el tema de la inflación, y comentó que su control era una de las ventajas que conlleva un proceso de dolarización al punto de bajarla a un dígito (ahora supera los 3 dígitos de acuerdo con varios economísta); sólo que también en este punto se mostró escéptico ya que consideró que en Venezuela la política cambiaria nunca se ha diseñado en función de controlar la inflación.
“La política cambiaria –argumentó- debe estar en manos del BCV a través de la situación de la política monetaria, y la política cambiaria debe estar dirigida a la competitividad. Por eso en Venezuela las dos cosas se han perdido. Tanto en los gobiernos previos como en el gobierno actual, se ha hecho del anclaje cambiario, prácticamente, la única política antiinflacionaria, y ese anclaje ya ha fracasado”.
Al situarse en el caso venezolano, Oliveros indicó que si no se convence, primero a nuestros políticos de la circunstancia de que el entorno macroeconómico es una condición necesaria para lograr progreso y bienestar para su pueblo, esos políticos van a buscar de alguna forma baypasearse esas condiciones estructurales de la economía venezolana.
En este punto hizo ver que tampoco un proceso de dolarización está llamado a disciplinar a nuestra clase política en lo que se refiere a respetar las condiciones impuestas.
En lo que atañe a las ventajas que traería un proceso de dolarización por la parte de la atracción de capitales extranjeros, subrayó que, además, de revestir el peligro de su tendencia a convertirse en capitales golondrinas, se presentaba el problema de que Venezuela no ha llevado a cabo todavía una reforma institucional profunda; que aún dependíamos en un 97% de los ingresos petroleros; que continuaba siendo una economía emergente.
Asimismo, rechazó la idea de los partidarios de la dolarización de que a partir de allí la balanza comercial va a reflejar de una manera productiva al país, ya que va a beneficiar a los exportadores, y en este caso al Estado, que es el principal exportador, y esto porque consideró que eso se podía lograr por otras vías.
Al enfocar el tema del tipo de cambio al que se haría la conversión y que dependía de la cantidad de lo que teníamos en moneda externa, y los bolívares, para hacer el proceso de conversión; calculó que el tipo de cambio podía ir desde 112 hasta 378, tomando en cuenta, además, la cantidad de reservas que se puedan tener: cuanto más alto es el tipo de cambio, mayor es el costo social que tiene que asumir el gobierno, según Oliveros.
A manera de síntesis, hizo un repaso de todas las ideas que había expuesto en pro y en contra de la dolarización, y para finalizar dijo que la impresión que tenía era que cada vez más el espacio para medidas graduales se está acortando en Venezuela. “Yo soy un defensor de las medidas graduales (…) Sin embargo, los niveles de desequilibrios que ha venido acumulando el gobierno vienen cerrando ese espacio, y vas a llegar a un punto en el cual vas a tener que adoptar medidas de choque para resolver algunas situaciones”.
Terminó advirtiendo que nos acercábamos a un estado hiperinflacionario; que consideró un tema en el que había mucha tela que cortar, y lo trajo a colación porque a su modo de ver ante un fenómeno de tal magnitud, en lo primero que se piensa es en un proceso de dolarización ya que se considera que sería el modo como se puede controlar más rápido el mismo, partiendo del hecho de que se parte de que se trata de ponerle una camisa de fuerza a nuestros políticos, sólo que le pareció desaconsejable en este momento para Venezuela; aparte de que presentó el caso de algunos países que lograron controlar una situación hiperinflacionaria con otras medidas.