"Venezuela está presa y la vamos a liberar", dijo en su primera aparición pública en EEUU
Se reunió con varios presidentes en busca de ayuda para que permitan observadores en los próximos comicios
NUEVA YORK
La esposa del opositor venezolano Leopoldo López hizo el jueves su primera aparición pública en Estados Unidos tras la condena a su marido de más de 13 años de prisión y apeló a la comunidad internacional a que apoye su lucha contra el gobierno venezolano.
"Venezuela está presa y la vamos a liberar", dijo Lilian Tintori a la audiencia que acudió al Consejo de las Américas, en Nueva York, para escucharla. "No estamos solos. El mundo nos apoya", agregó.
Un tribunal venezolano condenó a López en septiembre por los delitos de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad pública e incendio intencional. El caso se remonta a febrero de 2014 cuando López exhortó a miles de partidarios de su movimiento a salir a las calles para exigir la renuncia del presidente Nicolás Maduro, lo que desencadenó numerosas protestas contra el gobierno.
López, de 44 años, cumple la condena en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas.
Tintori aprovechó la coyuntura de la Asamblea General de Naciones Unidas para reunirse con varios altos funcionarios y presidentes, aunque no especificó quienes aparte del canciller español José Manuel García-Margallo.
La activista dijo que les pidió que presionen para lograr observadores internacionales en las elecciones legislativas del 6 de diciembre, en las que la oposición es amplia favorita para ganar. Señaló que quiere que observadores de la Organización de los Estados Americanos, de la Unión Europea y de Unasur estén presentes en los comicios.
"Confiamos en que el venezolano va a salir a votar con una fuerza enorme y con una esperanza enorme de cambio", dijo Tintori. "Nuestras acciones se van a triplicar. Nuestras acciones están apegadas a la verdad. Nuestras acciones están apegadas a la justicia y al futuro de Venezuela".
Cuando fue preguntada si se presentará como candidata de la Mesa de la Unidad Democrática, Tintori sólo dijo que hablará sobre ese tema el jueves desde una universidad venezolana.
La activista respondió también a imágenes emitidas el día anterior por el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, que muestran a López en una sala con televisor, cocinando y descansando en un jardín, como ejemplo de que se respetan los derechos humanos del preso.
Tintori insistió el jueves en que a su marido no se le permitió salir de su celda durante largo tiempo, que es sometido a tortura psicológica, que se le deja sin luz de ocho de la noche a seis de la mañana, se le graban todas las conversaciones y no se le permite recibir visitas a menos que sean familiares cercanos.
"Ellos tratan de montar una realidad que no existe", dijo Tintori durante una rueda de prensa celebrada después de su aparición pública. "Diosdado nadie te cree".
La justicia venezolana dice que la retórica utilizada por López impulsó a los manifestantes de las protestas del año pasado a quemar bienes públicos y a poner vidas en peligro. Los funcionarios también lo acusan de conspirar con Estados Unidos y los manifestantes estudiantiles para tratar de derrocar al gobierno.
Washington ha negado esa acusación y ha dicho que la liberación de López es requisito clave para normalizar las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Tintori explicó el jueves que ha perdido el miedo a un "régimen opresor, antidemocrático e inhumano". También habló de sus hijos Manuela, de seis años, y Santiago, de dos.
"Ellos saben que su papá es inocente. Saben que no debería estar en la cárcel y saben la verdad", dijo la activista. "Todos los días esperan que su papá llegue a la casa. Y yo todos los días les digo que ese día va a llegar".
"Venezuela está presa y la vamos a liberar", dijo Lilian Tintori a la audiencia que acudió al Consejo de las Américas, en Nueva York, para escucharla. "No estamos solos. El mundo nos apoya", agregó.
Un tribunal venezolano condenó a López en septiembre por los delitos de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad pública e incendio intencional. El caso se remonta a febrero de 2014 cuando López exhortó a miles de partidarios de su movimiento a salir a las calles para exigir la renuncia del presidente Nicolás Maduro, lo que desencadenó numerosas protestas contra el gobierno.
López, de 44 años, cumple la condena en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas.
La activista dijo que les pidió que presionen para lograr observadores internacionales en las elecciones legislativas del 6 de diciembre, en las que la oposición es amplia favorita para ganar. Señaló que quiere que observadores de la Organización de los Estados Americanos, de la Unión Europea y de Unasur estén presentes en los comicios.
"Confiamos en que el venezolano va a salir a votar con una fuerza enorme y con una esperanza enorme de cambio", dijo Tintori. "Nuestras acciones se van a triplicar. Nuestras acciones están apegadas a la verdad. Nuestras acciones están apegadas a la justicia y al futuro de Venezuela".
Cuando fue preguntada si se presentará como candidata de la Mesa de la Unidad Democrática, Tintori sólo dijo que hablará sobre ese tema el jueves desde una universidad venezolana.
Tintori insistió el jueves en que a su marido no se le permitió salir de su celda durante largo tiempo, que es sometido a tortura psicológica, que se le deja sin luz de ocho de la noche a seis de la mañana, se le graban todas las conversaciones y no se le permite recibir visitas a menos que sean familiares cercanos.
"Ellos tratan de montar una realidad que no existe", dijo Tintori durante una rueda de prensa celebrada después de su aparición pública. "Diosdado nadie te cree".
La justicia venezolana dice que la retórica utilizada por López impulsó a los manifestantes de las protestas del año pasado a quemar bienes públicos y a poner vidas en peligro. Los funcionarios también lo acusan de conspirar con Estados Unidos y los manifestantes estudiantiles para tratar de derrocar al gobierno.
Tintori explicó el jueves que ha perdido el miedo a un "régimen opresor, antidemocrático e inhumano". También habló de sus hijos Manuela, de seis años, y Santiago, de dos.
"Ellos saben que su papá es inocente. Saben que no debería estar en la cárcel y saben la verdad", dijo la activista. "Todos los días esperan que su papá llegue a la casa. Y yo todos los días les digo que ese día va a llegar".
