Cuatro horas de discusión no les
bastaron a los representantes internacionales de 34 países del
continente americano para llegar a un acuerdo sobre una forma de buscar
soluciones para la crisis que atraviesa Venezuela desde hace meses.
En la 29° reunión de consulta de
Ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de Estados
Americanos (OEA), en la ciudad de Washington, no se lograron alcanzar
los 23 votos necesarios para que hubiera un consenso en el Salón de las
Américas.
Tras tres horas de las
intervenciones de 26 naciones se informó que había solo dos proyectos de
resolución en consideración: El presentado por los países de
la Comunidad del Caribe (Caricom) y el de Perú, Canadá, Estados Unidos,
México y Panamá. Al principio había tres propuestas, pero Antigua y
Barbuda retiró la suya para adherirse a la de Caricom.
Los países acordaron que se tomarían
un receso de 30 minutos para luego decidir en pro de un solo proyecto
de acuerdo, pero al pasar una hora no hubo unidad y el embajador de
Bahamas, Darren Henfield, propuso que se suspendiera la sesión. Informó
que estaban cerca del consenso, pero se necesitaba flexibilidad para
llegar al él.
Indicó que la tarea ahora
recaería en los representantes permanentes antes de la OEA y que
tendrían un plazo: antes de la 47° Asamblea General de la OEA (que se
celebrará el 19-21 de junio).
Ante esto, el canciller de Perú,
Ricardo Luna, expresó que en nombre de su país y el llamado "grupo de
los 14" (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados
Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Uruguay)
apoyaban lo propuesto por Bahamas.
En la sesión, los discursos de
Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, El
Salvador, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y
Uruguay estuvieron enfocados en que los venezolanos deben resolver el
conflicto que atraviesa el país en lo interno mediante el diálogo y la
negociación política.
Estos países también condenaron y
pidieron que no se realizara una Asamblea Nacional Constituyente en las
condiciones que propone el gobierno venezolano y advirtieron las
consecuencias negativas de esta idea gubernamental.
Mientras que las naciones del Caribe
pertenecientes a Caricom mostraron una posición unitaria respaldaron el
proceso de conciliación y diálogo en Venezuela. Los caribeños Antigua y
Barbuda, Bahamas, Jamaica, San Cristobal y Nieves, Santa Lucía, Trinidad
y Tobago abogaron también porque Venezuela reconsidere su decisión de
dejar la OEA.
Por otro lado, Argentina, Colombia,
México, Panamá y Honduras además mencionaron que si se llegaba a acordar
una instancia para ayudar con alimentos y medicinas a Venezuela, ellos
colaborarían.
Barbados, Suriname, Haití, Belice, Guyana, Grenada y Dominica no tuvieron ningún tipo de intervención durante la reunión.
Tres horas
La reunión inició poco después de la
3:20 pm, hora Venezuela, con unas fallas técnicas en los micrófonos de
Guatemala, Nicaragua y otras naciones. Hubo un receso de varios minutos
mientras solucionaban cuestiones con el audio y luego retomaron los
derechos de palabras.
En el lugar estuvieron 34
delegaciones, incluyendo la de Venezuela, que a pesar de haber iniciado
el proceso para retirarse de la OEA y aseverar que no participaría en
ningún encuentro, tuvo a Carmen Luisa Velásquez como su representante.
Al inicio del encuentro escogieron al
canciller de Guatemala, Carlos Raúl Morales Moscoso, como encargado de
presidir la reunión. La comisión general quedó encargada a Isabel de
Saint Malo de Alvarado, vicepresidenta y ministra de Relaciones
Exteriores de Panamá.
Además difirieron la decisión sobre si el tema Venezuela sería solo discutido este miércoles 31.
En las afueras de la OEA un grupo de
venezolanos se reunió para protestar y exigirle al organismo y sus
miembros mayor involucramiento para resolver la crisis nacional.
18 cancilleres estuvieron en el
encuentro, junto a ellos nueve representantes permanentes de la
organización, dos representantes alternativos, dos viceministros y dos
subsecretarios de relaciones exteriores.
Las dos primeras intervenciones del
encuentro fueron las de Luis Ezequiel Alvarado, embajador alterno de
Nicaragua, y la del canciller de Bolivia, Fernando Huanacuni Mamani, las
cuales estuvieron enfocadas en defender a Venezuela con el mismo
discurso que usado el país en la organización.
Alvarado rechazó y condenó la
convocatoria por considerarla una intervención en los asuntos
venezolanos. Reiteró que la OEA no puede ser usada por un grupo de
países para afectar la soberanía venezolana y se refirió al diálogo
iniciado en 2016, acción que respaldó al igual que el gobierno de
Nicolás Maduro.
Mientras que el boliviano reconoció
la crisis en Venezuela y reiteró que el diálogo es el principal elemento
para la paz y que ese es el único camino para los venezolanos. Señaló
que la OEA y su secretario general, Luis Almagro, no pueden seguir
incitando a la violencia. Sostuvo que Almagro se convirtió en un factor
político y que sus acciones generaron un clima de conflictividad en
Venezuela.
Reuniones previas
Antes de que iniciara el encuentro se
realizaron dos reuniones privadas, de las cuales solo una estaba
programada. Según el cronograma del día de la organización, a la 1:30
pm se realizaría una reunión privada en el salón Simón Bolívar.
La agencia de noticias EFE informó
que previo al encuentro oficial, en la embajada de Canadá se habrían
reunido en horas de la mañana los 14 países -Argentina, Brasil, Canadá,
Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá,
Paraguay, Perú, Estados Unidos y Uruguay- que impulsaron la reunión de
consultas que se realizará hoy, en búsqueda de "ajustar el discurso y
pulir una posición común".
Se especuló que
dichas consultas entre bastidores también podrían hacer avanzar una
propuesta diplomática poco mencionada: establecer un "Grupo de
Contacto", formado por varios países -incluso de fuera del continente-
que sirva como facilitador a un nuevo esfuerzo de diálogo entre el
gobierno venezolano y la oposición.
Al inicio de la sesión oficial del
organismo se conoció que habría tres proyectos de resolución a ser
discutidos. Uno presentado por Antigua y Barbuda; el otro dado a conocer
por Perú, Canadá, Estados Unidos, México y Panamá; y otro de Caricom.
Los dos primeros proyectos coincidían
en el planteamiento de que no se realice una Asamblea Nacional
Constituyente como promueve el gobierno venezolano, además que se
cumpliera el cumplimiento de los compromisos contraídos en la mesa de
diálogo de 2016: respeto a las competencias de la Asamblea Nacional,
establecimiento de un canal humanitario, libertad de los presos
políticos y difusión de un cronograma electoral.
En la propuesta de Antigua y Barbuda
se pedía a Luis Almagro que no tuviera posición sobre el tema a menos
que el Consejo Permanente lo indicara.
La tercera resolución impulsada por
los países del Caribe y la Comunidad del Caribe exhortaba a Venezuela
reconsiderar su decisión de abandonar el organismo internacional. Además
llamaban al respeto de los derechos humanos, reconocían la crisis
venezolana y mencionaban la necesidad de un “nuevo proceso de diálogo”.
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