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jueves, 4 de mayo de 2017

Senadores piden más sanciones para funcionarios venezolanos


Senadores demócratas y republicanos presentaron ante la Cámara alta de Estados Unidos un proyecto de ley en el que proponen que se impongan nuevas sanciones a funcionarios del gobierno de Venezuela responsables de bloquear los procesos democráticos o que estén involucrados en corrupción, que se reúnan diez millones de dólares en ayuda humanitaria y que se coordine un plan regional para mitigar la crisis en el país.


El documento de 27 páginas solicita también informes detallados a las agencias de inteligencia sobre el papel que desempeñan miembros del gobierno venezolano en el tráfico de drogas y la corrupción.
El anteproyecto de ley está conducido por el vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, el senador demócrata Ben Cardin, y su homólogo republicano Marco Rubio, crítico de Caracas y quien lidera el subcomité para el Hemisferio Occidental y con el apoyo de pesos pesados de ambos partidos, los demócratas Dick Durbin, Robert Menéndez, Bill Nelson, Tim Kaine y Chris van Hollen; y con el de los conservadores John McCain y John Cornyn.
El texto también proporcionaría 10 millones de dólares para que las agencias de ayuda exterior de Estados Unidos alivien las necesidades de la población venezolana, y otros 9,5 millones de dólares para las organizaciones de la sociedad civil venezolana que trabajan por la defensa de los derechos humanos en el país.
La legislación contiene disposiciones para la financiación de medicamentos esenciales, suplementos nutricionales y asistencia técnica para mejorar la distribución de alimentos y medicinas; además de apoyar los esfuerzos de restauración de la democracia liderados por la Organización de Estados Americanos y futuras misiones de observación electoral.
“El presidente (Nicolás) Maduro ha lanzado a su país a una profunda crisis y ha minado el sustento del pueblo venezolano de forma profunda y trágica”, apuntó el senador Ben Cardin, copatrocinador del texto y el demócrata de más alto rango del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara alta.
“Es el interés estratégico de Estados Unidos apoyar la restauración de la democracia en Venezuela y trabajar con los socios regionales para poner al país de nuevo en el camino de la paz, la prosperidad y la estabilidad”, agregó. Cardin insistió en que Estados Unidos debe liderar un esfuerzo más amplio con los países de América para detener la hemorragia de Venezuela y apuntó que este proyecto de ley dotará al gobierno de los instrumentos y recursos necesarios para hacerlo, así como apoyar los derechos humanos del pueblo venezolano.
El senador Marco Rubio argumentó que el proyecto debe avanzar por las violaciones de los derechos humanos que ocurren en la nación: “Los civiles venezolanos están siendo heridos y asesinados por su propio gobierno cuando el dictador Maduro y sus matones usan la violencia para reprimir protestas pacíficas prodemocracia. Estados Unidos debe apoyar al pueblo venezolano mientras lucha por defender sus derechos y restaurar los mecanismos constitucionales y traer de vuelta la democracia en su país”.
El senador Durban, por su parte, subrayó la importancia de que Estados Unidos trabaje con el resto de la región para proporcionar la ayuda humanitaria necesaria para los venezolanos y para exigir la restauración del orden democrático y la liberación de todos los presos políticos.
“Mientras miles de venezolanos valientemente toman las calles para enfrentar la brutal represión, Estados Unidos debe trabajar con sus aliados regionales para proveer la muy necesitada ayuda humanitaria y demandar que se restaure el orden democrático y se liberen todos los presos políticos”, manifestó el senador demócrata. “Me siento orgulloso de unirme a mis homólogos para presentar este proyecto en solidaridad con los ciudadanos venezolanos mientras que inequívocamente denunciamos el uso de la violencia por parte del gobierno venezolano para crear más crisis y socavar la democracia del país”.
“Las manifestaciones públicas que se están produciendo en el país son una expresión poderosa de las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano. El presidente Maduro deber cesar de cometer estos actos de violencia contra los manifestantes pacíficos y respetar los derechos básicos de sus ciudadanos, incluyendo la libertad de expresión y de asamblea”, afirmó el senador McCain, jefe del comité de Fuerzas Armadas.
McCain agregó: “Es parte del interés nacional de Estados Unidos y de la región entera que los ciudadanos venezolanos vivan en paz y con seguridad. Mientras que la crisis de derechos humanos sigue deteriorándose todos los días, esta ley ayudará a apoyar a los venezolanos en su esfuerzo por un país más libre, democrático y próspero”.
Por último, el senador Menéndez manifestó: “El Congreso de Estados Unidos se ve forzado una vez más a tomar medidas legislativas a la luz del atroz desmantelamiento de la democracia, explosión de abusos a los derechos humanos y la bullente crisis económica en Venezuela”.
“El sufrimiento de los venezolanos es real, espantoso y espeluznante, y ahora es evidente que Nicolás Maduro continuará abusando de ellos sin someterse a la justicia y continuará en el camino de llevar la economía al suelo a menos que la comunidad internacional les plante cara de forma conjunta. Mientras el régimen venezolano cae sin control, esta legislación bipartita representa nuestra resolución para que Estados Unidos se pronuncie inequívocamente en el rechazo del estado repugnante en que se encuentra Venezuela en este momento y el impacto potencial de desestabilización en el hemisferio”.
Los legisladores de la Cámara de Representantes también presentaron un proyecto de ley sobre Venezuela. El republicano Carlos Curbelo dijo que se unió a los demócratas en presentar una iniciativa que permitiría a los venezolanos que viven en Estados Unidos obtener refugio, siempre que no tengan antecedentes penales y no estén involucrados en violaciones de los derechos humanos.

Los senadores también urgen a la Casa Blanca a que evite que la petrolera estatal rusa, Rosfnet, obtenga el control de cualquier infraestructura energética estadounidense, en alusión a la filial de la petrolera venezolana Pdvsa, Citgo. Pdvsa, a través Citgo Petroleum, posee tres refinerías en los estados de Texas, Illinois y Luisiana, y una red de autoservicio de combustible de alrededor de 15.000 gasolineras en todo Estados Unidos. Pdvsa usó a Citgo como garantía para recibir financiación de Rosneft.

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