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domingo, 11 de junio de 2017

Juan Requesens: "El país explotó y no hay vuelta atrás" (+Video)

Foto: Hay que ir al TSJ - Archivo BDA
Foto: Hay que ir al TSJ - Archivo BDA

Jesús M. Gambús | redaccion@bloquedearmas.com
No es gratuito el bronceado, tampoco los puntos de sutura que le han practicado, menos el traumatismo en su codo izquierdo y “las metras en la batata y una en el pecho”, una visita inesperada al interior de una alcantarilla, Juan Requesens, diputado por el estado Táchira se siente casi orgulloso de las huellas que ha dejado en su cuerpo su corta pero intensa trayectoria política.



Aún recuerda como uno de sus días más intensos y reconfortantes aquel seis de diciembre de 2015, cuando los gochos se volcaron a las urnas para darle la representación mayoritaria a la oposición en la entidad regional. La alegría la compartió con otros muchachos diputados que no pasan de treinta años en edad promedio.
Juan, de 28 años, es agitador, como se confiesa en la entrevista que le realizamos cerca de la Plaza Francia de Altamira, hoy uno de los centros de efervescencia de la lucha contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Desde aquel día de júbilo en la familia Requesens y en la fracción de Primero Justicia, Juan siente su crecimiento personal al calor de la lucha política, aunque el margen de acción del trabajo en la Asamblea Nacional haya sido tortuoso por las barricadas tendidas por el Ejecutivo y el Tribunal Supremo de Justicia.
Mal paciente. Requesens se delata como un paciente indisciplinado. Sigue con bastante irregularidad los consejos médicos tras las heridas sufridas en las cercanías de la Defensoría del Pueblo, cuando el miembro de un colectivo motorizado le dejó un recuerdo en la región supra celar izquierda. Traumatismo en huesos propios, maxilar y tabique nasal”, como apuntó en abril de este año su compañero de partido, José Manuel Olivares, hoy convertido además en una especie de “José Gregorio Hernández” de las marchas.
¿Cómo controlas la adrenalina en momentos como ese? preguntamos.
Requesens sonríe y nos asegura -dejando de lado un croissant de jamón y queso crema del desayuno en un café del Este para tomar un antibiótico- que le cuesta un mundo, que no pone la otra mejilla como sugiere su inclinación católica.
-Me controlan. Mi equipo me controla, dice, señalando a las dos chicas que revisan la agenda y van puntualizando cada compromiso con la protesta y los medios.
-La política hay que hacerla con la cabeza desde el corazón. El día en que lo olvidemos, nos convertimos en máquina.
¿Pero has devuelto los puños?
- ¡De todo!, afirma con contundencia en medio de risas.
¿Y cómo drenas la tensión del día a día?
- Nada. Durmiendo.
¿Cómo evalúas la participación  del estudiantado, los jóvenes en general en la protesta.  Han rebasado los muchachos a la dirigencia?
- Es un conflicto en el que cada quien juega su rol. Pizarro, José Manuel, Paparoni, yo, somos agitadores. Cada colectivo debe tener su actor bien definido. Hay interlocutores con el adversario, el oficialismo. Hay otros, los estrategas, los de la logística, y hay otros, nosotros, los agitadores de calle. Somos unos movilizadores, evidentemente somos dirigentes políticos, pero yo no soy un interlocutor, quizás por la forma en que hablo, en la que me expreso, por  mi inexperiencia”.
¿Cómo has asumido ese trabajo parlamentario en esta coyuntura?
- Tengo muchas ganas de aprender. El trabajo legislativo ha quedado un poco relegado por la lucha política. Lo importante para esta generación ahora es estar claro dónde estamos parados, hacia dónde vamos. Nosotros queremos ser Gobierno. Yo quiero gobernar este país.
Suena ambiciosa la meta que se traza el parlamentario tachirense, pero Requesens subraya que tiene mucho que aprender: “No somos la tapa del frasco” y “esto no se nos puede subir a la cabeza”.
Complementa la idea y apunta que se debe de tener “mucho oído para escuchar a la gente y coger todos los consejos que tengamos”.
¿Y qué pasa con esa nueva generación que no está en la marcha, la que salió al extranjero buscando salidas?
-Tenemos muchísimo amigos afuera. Van a volver y los vamos a recibir con los brazos abiertos para que aporten su granito, su capacidad técnica, para reconstruir el país”.
Infiltrados. Sobre el tema de la presunta participación de milicias extranjeras con filiación comunista en las marchas, el diputado tiene dudas.
-Me niego a creer que un joven venezolano graduado en la Efofac esté en una manifestación. Yo puedo entender que cumplan órdenes, lo que no puedo entender es que agarren una piedra, disparan contra manifestantes civiles. Ellos se formaron para otra cosa”, subraya y suscribe la tesis del gobernador de Miranda, Henrique Capriles.
-A mí me huele que esta gente esté remplazando soldados de la República por malandros y por cubanos”.
¿Estaría dispuesto Requesens a marchar al lado de la Fiscal General hasta el Tribunal Supremo de Justicia para solicitar la nulidad de la constituyente?
-Nunca he compartido con la Fiscal, pero, esa señora está haciendo su trabajo y hay que reconocerlo. Esa señora se ha ganado el respeto de este pueblo, porque se puso con el pueblo y está haciendo cumplir la Constitución. Que cojan ejemplo los altos funcionarios del alto gobierno. Que cojan dato. Ellos quieren garantías, se les ofrece, en la medida que garanticen  una transición pacífica.
¿Se debe ir entonces hasta el piso cuatro como recomienda la fiscal Luisa Ortega Díaz?
-Pues claro. Que la gente vaya y firme. Ese es el llamado. Nosotros vamos a firmar.
Requesens critica la violación de los Derechos Humanos, la detención de manifestantes y el pase de muchos de ellos a los tribunales militares, violando principios constitucionales.
- Eso es una desgracia, una desgracia porque están incumpliendo la ley.  En el Gobierno hay muchas contradicciones, pero como digo, Maduro, Reverol, los jueces.  Cuando haya cambio en el país van a tener que explicar por qué violaron Derechos Humanos de esa manera. Por esos muchachos, nosotros también peleamos.
La olla de presión. Evaluando la escalada de la protesta en la calle, en los barrios, el parlamentario tachirense coincide nuevamente con Capriles por la suma de factores explosivos: el hambre, la escasez, la falta de medicinas, la inseguridad que dan combustible a la calle. Requesens indica que todos esos factores generan un caldo de cultivo con desenlace previsivo.
-Los procesos políticos no tienen una fecha de explosión, pero uno va evaluándolos: crisis social, institucional, violación de Estado de Derecho, cierre de los canales democrático, el Gobierno promoviendo el odio, no hay válvula de escape. Eso hoy o mañana iba a explotar, y explotó y esto  no tiene vuelta atrás.
Marchista sí, deportista no. Requesens no se cuenta en las filas de los deportistas, pero sí en la de los que marchan. Aunque no lleva una contabilidad tan exacta de los eventos de la oposición en los que ha participado, como el número de puntos de sutura que le han aplicado, estima que lleva un promedio de una marcha por día, aunque en Táchira, el estado que representa en la Asamblea Nacional, ha llegado a hacerlo hasta dos veces al día.
¿Por qué esos gochos son tan activos en la protesta?
-Es que la crisis en el Táchira ha pegado muy duro. El cierre de la frontera, la presencia de guerrilleros, el desabastecimiento. Esta misma situación se vivió desde el 2014. En Táchira estamos en resistencia desde hace tres años.
Requesens entiende que la  pasión  política no viene de la familia, aunque en el 2002 su padre participó como asimilado en los pronunciamientos de la Plaza Altamira. Asegura que abundan en la familia médicos, abogados y militares, pero no políticos, a no ser en esta generación que representan él y su hermana Rafaela, actual presidenta de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (FCU-UCV).

 2017-06-10

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