Por ahora, el ex ministro de Relaciones
Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, entregará dos casos
al Ministerio Público que pueden poner en apuro al gobierno: los
interrogatorios a Walid Makled, acusado de narcotráfico, en el que
menciona nombres de funcionarios y ex diputados; y las pruebas de que el
Sebin falsificó un documento de la DEA para acusarlo de ser “protegido e
informante del imperio”.
“Pondré extractos de la entrevista
con Makled en Twitter, y le entregaré el contenido a la Fiscalía”, dijo.
Al preguntársele si Makled mencionó a Tareck el Aissami o a Diosdado
Cabello, respondió: “Al vicepresidente. A Cabello, no”. No dio más
detalles. “Todo a su tiempo”, afirmó.
Su aparición ante la prensa fue en
rechazo a los ataques de medios oficialistas contra él y su familia y
para evidenciar que el Sebin falsificó un “documentico” para vincularlo
con la DEA. “Es antiético usar al servicio de inteligencia para
desprestigiar. Es como si revelara que grabamos a un alto dirigente,
disfrazado con una peluca, saliendo de un motel con una prepago. Eso no
es inteligencia. Necesitamos una nueva ética en gobierno y oposición.
Parecemos un país de pranes”, lamentó.
Al referirse a la CIA, aseguró que
fue autorizado por Hugo Chávez para mantener las relaciones con las
agencias de inteligencia del mundo e incluso reveló que el presidente
fallecido, el ex director del Sebin, Hugo Carvajal, y él recibieron en
Miraflores a la representante norteamericana y al embajador Charles
Shapiro, aunque no precisó fecha. La reunión duró hora y media: “Hubo
juego de inteligencia; cada uno da lo que le interesa. La única
operación conjunta se hizo en Nueva Esparta cuando la CIA informó que
pretendían envenenar al presidente George Bush. Se trató de un joven con
problemas psiquiátricos”.
Antes de ir al despacho de la fiscal
Luisa Ortega Díaz pidió investigar a los autores intelectuales de la
muerte de Juan Montoya (colectivo La Piedrita) y Bassil Da Costa, en
2014, durante una protesta en Caracas. “Iris Varela miente. Montoya
estuvo en una reunión un día antes de su muerte en el Sebin con Freddy
Bernal. Mientras, en Relaciones Interiores coordinamos la seguridad con
la PNB. En esa época, ese cuerpo lo llevaba la Vicepresidencia. Vamos a
consignar un CD a la Fiscalía con las grabaciones del Sebin del 14 de
febrero de 2014”.
Rodríguez Torres negó que aspire a
ser presidente, que participe en una eventual junta de transición y que
se reuniera con el primer vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara,
y María Corina Machado. “Un general retirado no da golpes. No mando
tropas y evito reunirme con militares activos o ir a unidades militares.
Visité al general Pedro Pérez Ravel porque es mi amigo y está recién
operado. Nunca me he reunido con Guevara y Machado; sí con Julio Borges,
Enrique Márquez y Henry Ramos Allup (AD) y les pedí hacer alta
política. Participé en un foro con Eduardo Fernández. No entregué mis
principios. Quiero evitar la violencia; que el país sea vivible. En
política se tienen adversarios, no enemigos. Si tengo que reunirme con
el diablo lo haré porque de esta crisis hay que salir”, afirmó, al
tiempo que responsabilizó al CNE, oficina de Jorge Rodríguez, de la
crisis política por haber suspendido las regionales.
A 25 años del 4-F, que él apoyó,
afirmó que los golpes no traen beneficios y que abogaba por elecciones:
“La FANB, como institución, debe asumir, según sus métodos, una posición
firme. Allí hay un montón de gente en desacuerdo con la constituyente.
La salida no debe ser militar; debe ser política y la FANB tiene que ser
un factor para esa salida”.
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