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lunes, 24 de julio de 2017

A contrarreloj, opositores venezolanos intentan frenar la Constituyente cubana


 Las mujeres pegan letreros contra el presidente Maduro y su llamado a la Asamblea Constituyente en la pared de una escuela que será utilizada como mesa de votación, en Caracas, el 24 de julio de 2017. La enojada oposición venezolana está presionando por un boicot de una próxima votación que rechaza como una estratagema del presidente Nicolas Maduro para aferrarse al poder./ AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT

Las mujeres pegan letreros contra el presidente Maduro y su llamado a la Asamblea Constituyente en la pared de una escuela que será utilizada como mesa de votación, en Caracas, el 24 de julio de 2017.
La enojada oposición venezolana está presionando por un boicot de una próxima votación que rechaza como una estratagema del presidente Nicolás Maduro para aferrarse al poder./ AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT

“No queremos ser Cuba”, se lee en uno de los carteles que grupos de opositores venezolanos pegaron en las fachadas de algunos recintos electorales, en una marcha contrarreloj para frenar la elección, el domingo, de la Asamblea Constituyente convocada por el presidente Nicolás Maduro.


AFP
En el inicio de una semana decisiva para la crisis política venezolana, la oposición realiza un recorrido por colegios donde serán instaladas las urnas, algunos de los cuales ya empezaron a ser custodiados por los militares en un operativo especial para los comicios.
Quemando los últimos cartuchos, convocó a una huelga de 48 horas el miércoles y el jueves con bloqueos de calles -tras un paro de 24 horas la semana pasada-, que será respaldada por importantes centrales obreras. No obstante, el gobierno controla la estratégica industria petrolera.
Para el viernes, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a una gran marcha en Caracas, bajo la advertencia de que si Maduro insiste en la elección, tomará acciones más contundentes el sábado y domingo en lo que llama un “boicot cívico electoral”.
“Deberíamos de estar trancado calles desde ya. Quedan pocos días y no podemos entregar el país”, declaró a la AFP Alveres Vargas, una comerciante pensionada de 76 años, en un colegio de Chacao (este), bastión opositor, cuya fachada fue cubierta de letreros contra el gobierno.
Desatando temores de más caos y violencia, la estrategia contra la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) escala aún más las protestas que iniciaron hace cuatro meses para exigir la salida de Maduro, con saldo de más de un centenar de muertos.
En medio de esa convulsión y una economía devastada, Maduro asegura que la Constituyente traerá paz y estabilidad, mientras que la oposición asegura que reformará la Carta Magna para imponer un “sistema comunista”.
“La Constituyente no va”
Argumentando que no quiere legitimar un fraude, la MUD rechazó participar en la Constituyente pues no fue convocada en referendo y el sistema de elección de los 545 asambleístas fue diseñado por territorios y sectores, lo que, asegura, garantiza el control del gobierno.
“En mi centro electoral, la Constituyente no va”, “La ANC es dictadura”, “Mi voto es no votar”, “Queremos una Venezuela libre y sin hambre”, “Maduro dictador”, se leía en los carteles.
En Las Palmas, este de Caracas, varios efectivos del ejército los quitaban de la fachada del colegio La Consolación.
A ellos iban dirigidos parte de los carteles, por ser la Fuerza Armada Nacional, a la que Maduro ha dado enorme poder político y económico, el sostén clave del gobierno. “FAN honra tu uniforme”, se leía en otros letreros.
El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, tildó las acciones opositoras de irresponsabilidad que “rayan en apología al delito”.
El poder electoral, acusado por la oposición de servir al gobierno, anunció “el cierre permanente” de centros de votación donde haya disturbios el domingo y habilitó otros de contingencia para que acudan los votantes de sitios conflictivos, como Chacao.
“Des-pa-cito”
Pero el gobierno puso a toda marcha la maquinaria del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PUSV) para garantizar una votación masiva.
Según el analista Benigno Alarcón, un alta abstención afectaría la legitimidad de la Constituyente, frente a los 7,6 millones de votos que según la MUD obtuvo en el plebiscito simbólico que realizó el 16 de abril contra la Constituyente, considerado ilegal por el poder electoral y el gobierno.
Esa legitimidad está también afectada por un creciente llamado de gobiernos de América Latina y Europa para que Maduro aborte su proyecto. El presidente estadounidense, Donald Trump, fue más allá al amenazar con sanciones económicas.
“La derecha imperial cree que puede dar órdenes en Venezuela”, dijo el domingo el presidente, quien acusa a sus adversarios de orquestar un golpe de Estado con apoyo de Estados Unidos.
Pero Maduro asegura que el domingo dará una “paliza” a “la oposición fascista” y al “imperialismo”, para lo cual echó a andar una intensa campaña de propaganda, mitines y organización comunal. Ordenó que el transporte público sea gratis el día de votación.
Como parte de una campaña con canciones pegajosas, el domingo lanzó incluso una versión del hit “Despacito”, original de los cantantes Luis Fonsi y Daddy Yankee, para promover la Constituyente.
Analistas abogan por una negociación para buscar una salida al conflicto. Pero la oposición exige que antes de hablar se anule la elección, mientras que Maduro aseguró que “la Constituyente ya es un hecho”.

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