Una tercera parte de las 394 toneladas
de cocaína que salen de Colombia anualmente termina en puertos africanos
antes de ser diseminada por Europa.
El fenómeno se viene presentando
desde hace al menos ocho años y obedece a que los controles de las
agencias antidrogas colombianas y de Estados Unidos se concentra más en
las narcorrutas del Pacífico y del Caribe, lo que convierte la llamada
ruta africana en una vía más segura. Cabo Verde, Guinea Bissau, Ghana,
Togo, Senegal y Gambia son usados como escampaderos de la mafia
colombiana hasta donde llegan los cargamentos. Las mafias aprovechan las
débiles instituciones de estas naciones para poder traficar y
sobornar. Sin embargo, autoridades de esos países ya empezaron a pedir
intercambio de información con la Policía colombiana.
De hecho, ya hay varios colombianos
capturados en Togo y Guinea Bissau que llevaban cargamentos de droga en
alianzas con redes venezolanas y brasileñas. Estás últimas han sido
identificadas como parte de las bandas la Familia del Norte (FDN) y el
Primer Comando de la Capital (PCC), que trabajan con reductos de las
desmovilizadas Farc, con el poderoso ‘clan del Golfo’ y con la banda
criminal ‘los Caqueteños’, que opera en el sur del país. Según oficiales
de inteligencia de la Dijín, ‘los Caqueteños’ controlan con la FDN el
tráfico de droga por toda la frontera terrestre y fluvial entre Brasil,
Perú y Colombia. Agentes federales de Estados Unidos le aseguraron a EL
TIEMPO que la droga que ingresa a Brasil termina en Europa, vía Surinam y
África. Según lo estableció EL TIEMPO, las masacres que estremecieron
cárceles brasileñas a principios del año tuvieron que ver con el control
de las rutas que tienen con los colombianos, que se infiltran por las
espesas selvas amazónicas.
La más reciente captura registrada
por el uso de esas rutas fue a mediados del 2015, cuando cayeron en
Argentina dos colombianos que mezclaban arroz del programa de la ONU
Hambre Cero con el alcaloide. El narcoarroz transitaba por África y
tenía como destino final Europa, Bangkok, Guinea Bissau y Marruecos. Los
colombianos capturados en esa operación fueron identificados como Jhon
Jair Piedrahíta y Carlos Potes, a quienes vinculan con capos del viejo
cartel de Cali, los hermanos Triana Peña y, a su vez, con Ignacio
Álvarez Meyendorff. Este último tiene empresas y bienes en Argentina,
algunos incautados dentro de una megaoperación por narcotráfico y
lavado. En julio del 2010 fue capturado en Colombia el ciudadano
nigeriano Emeka Okonkwa, alias Mike, enlace entre las mafias africanas,
las Farc y bandas criminales.
Según la Dijín, una aeronave
interceptada en julio del 2008 con 600 kilos de cocaína y armas
pertenecía a esta red. En el caso de Venezuela, las autoridades
estadounidenses avanzan en varios 'indictments' que prueban que
funcionarios y militares facilitan el envío de coca colombiana rumbo a
África y a Europa. La droga sale de la zona del Catatumbo, cuyos
cultivos se han duplicado en cuatro años. Debido a la amplitud y
porosidad de la frontera entre Colombia y Venezuela, se calcula que hay
25 pasos habilitados para mover coca. Casi todas las narcorrutas parten
del sur de Bolívar, Cesar, La Guajira, Arauca y Vichada. Los destinos
son el estado de Apure, el Zulia, la península de Paraguaná, Caracas e
isla Margarita. Estimativos revelados por William Brownfield, secretario
de Estado adjunto para Asuntos de Narcóticos de EE. UU., indican que la
mitad de la coca que produce Colombia sale por Venezuela.
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