El oeste de Caracas amaneció ayer en una aparente normalidad. Había circulación de vehículos particulares y transporte público, pocas barricadas en las calles, bancos repletos de pensionados, pero había miedo. La gente conversaba sobre la situación del país y bajaba la voz para evitar que terceros escucharan sus críticas ante la crisis que los agobia.
Unas de esas zonas era El Paraíso. Tanto en el conjunto residencial Victoria, como en Residencias El Paraíso, conocida como Los Verdes, aún quedaban vestigios de las barricadas del día anterior. Los vecinos de la zona usan este mecanismo para evitar que los colectivos armados y los cuerpos represivos del Estado puedan llegar hasta a ellos para atacarlos.
Justo una barricada fue utilizada por civiles armados para dispararle en la cabeza aGilimber Terán, de 16 años de edad. El adolescente transitaba por el puente 9 de Diciembre el miércoles en la tarde para llevarle comida a su hermano que trabajaba cerca de esa zona. El estudiante de cuarto año de bachillerato no protestaba, comentó Tainoba Villalobos, allegada a la víctima.
“Iba camino a su casa en la Cota 905 cuando se consiguió con la violencia en el puente 9 de Diciembre. Allí estaba todo encendido había disparos y bombas lacrimógenas. En ese lugar había más colectivos que Guardia Nacional Bolivariana. Lo que sabemos es que fue un colectivo que le disparó en la cabeza”, dijo Villalobos. El joven murió ayer en el hospital Pérez Carreño.
Los vecinos de Montalbán vivieron dos jornadas represivas. En la primera, la GNB entró al edificio Residencias Vega del Este I y causó destrozos en las áreas comunes. Rompieron todos los vidrios incluso el del salón de fiestas. Dañaron portones, lámparas de electricidad y cuanto objeto que se les atravesó en el camino.
“Esto fue una barbarie. Cuando los vi llegar me monté en un ascensor con otros vecinos y un funcionario metió la culata de la escopeta. Como pude empujé y logré sacar el arma del uniformado del ascensor y antes de que cerrara la puerta me gritó: “Esto no se queda así, maldita vieja, esta noche volvemos”, denunció una señora de 77 años de edad.
La residentecontó que los policías
los atacaron solo porque resguardaron a los jóvenes de la resistencia
para evitar que fueran detenidos. “No les importó que hubiera niños y
ancianos. Nos lanzaron bombas lacrimógenas hasta que se cansaron”,
agregó.
En esa zona de Montalban II
amanecieron ayerbarricadas sin gente, como lo solicitó la MUD. Los que
sí estuvieron activos fueron los jóvenes de la resistencia que
impidieron a la GNB que levantara los obstáculos de las vías.
A la 1:00 pm comenzó la represión,
los militares empezaron a disparar perdigones y los jóvenes no
retrocedían. Empezaron a usar lacrimógenas y estas eran devueltas. De
manera sorpresiva irrumpe una tanqueta y los jóvenes retroceden. Los
guardias bombardearon y a los que se quedaron sin municiones la
resistencia les lanzó cohetones y bombas molotov. Los guardias huyeron
en varias ocasiones.
En el momento menos esperado la
tanqueta embistió contra los manifestantes que no corrieron, pero sí se
hicieron a un lado. Uno de ellos se lanzó contra el vehículo oficial y
este, aunque maniobróno logró amedrentar al manifestante.
Desde los edificios la gente alertaba
cuando los guardias llegaban en moto: “Vienen las brujas, resguárdense,
abran los portones”, gritaban desde las azoteas.
El momento cumbre de la represión
llegó cuando los GNB se quedaron sin lacrimógenas. Los jóvenes
aprovecharon y lanzaron objetos contundentes. La estocada fue un mortero
que retumbó a los pies de los militares que huyeron corriendo hasta la
avenida Teherán. A las 5:00 pm regresaron y volvieron a ser replegados
por la resistencia y los vecinos que se mantienen endesobediencia contra
la ANC y en defensa de la Constitución.
La aparente tranquilidad de
Candelaria contrastaba con el sonido de alguna cacerola al mediodía,
negocios vacíos y asedio de la PNB. En la madrugada y la noche anterior
fueron ferozmente bombardeados. Por colocar barricadas entre las
avenidas Urdaneta y Panteón la GNBse ensañó contra los edificiosDoral
Caracas y Los Caobos. Allí dañaron las puertas y los bienes de los
edificios.
El portón del Callejón Barrilitos fue
derribado por la ballena. Es la segunda vez que ocurre: “Esto se volvió
común. Parece que tienen identificados a los edificios en los que
protestan. Han intensificado las represalias contra la propiedad
privada, pero no creo que frene las manifestaciones”, expresó una
vecina.
En Quinta Crespo hubo mayor movilidad
que en el primer día del paro, mientras que en El Silencio abrieron más
comercios, aunque operaban con las rejas cerradas.
En el bulevar de Sabana Grande los
vendedores ambulantes abarrotaron las calles, pero el comercio operó
30%. “Estamos cerrando a las 2:00 pm. No hay policías ni seguridad.
Nosotros nos vamos”, dijo un trabajador de una tienda de ropa.
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