La marea tricolor, que prometía ser la
“madre de las concentraciones”, no llenó las tres avenidas del centro de
Caracas; apenas y de manera parcial, la Bolívar. En la Lecuna y en la
Universidad se instalaron tarimas, pero hubo tan poca gente que le pidió
que se movilizara al acto principal en la Bolívar. Antes de que Maduro y
Cabello hablaran, la mayoría de los asistentes se había retirado.
Allí se sumaron a quienes venían del
interior del país y de los ministerios en Caracas que esperaron a que el
presidente Nicolás Maduro llegara y diera las directrices en el cierre
de la campaña por la constituyente. Estuvo acompañado de los candidatos
más cercanos a su entorno, como Cilia Flores, Diosdado Cabello y el
capitán Juan Escalona (ex edecán de Hugo Chávez) y de Delcy Rodríguez.
Las amenazas contra el presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, la dirigencia de la Unidad Democrática y
quienes protesten en los centros de votación el 30 de julio signaron el
discurso. “Trump quiere que suspenda la constituyente. Dio la orden,
pero la constituyente va. Al emperador Donald Trump le tenemos una
sorpresa: las elecciones del 30 de julio. El pueblo le dará una lección
al imperialismo y a los gobiernos extranjeros a punta de votos", dijo el
presidente, sin revelar que la idea de suspender la ANC fue debatida en
las reuniones entre José Luis Rodríguez Zapatero con la MUD, como un
paso previo a unas conversaciones.
Maduro emplazó “por las buenas” a sus
adversarios a instalar la “mesa de diálogo, acuerdo y reconciliación
nacional”, para debatir sobre los grandes problemas del país y la paz.
“A Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional y jefe de Primero
Justicia; a Manuel Rosales, Un Nuevo Tiempo; Henry Ramos Allup, AD, y
Luis Florido, de Voluntad Popular, los convocó. "A la oposición le
conviene aceptar esta propuesta antes de que se instale la
constituyente. Les propongo que abandonen el camino insurreccional y se
sienten a dialogar en las próximas horas. Si no fuera así, la
constituyente puede llamar a un diálogo, obligatoriamente, por ley”,
alertó, aunque de manera contradictoria, dijo: “La batalla hoy no es con
fusiles, con espadas. La batalla la ganaremos con millones de votos de
un pueblo patriota dispuesto a darlo todo por la paz”.
A Estados Unidos le expresó que
elaborarán una lista de trabajadores que pedirán ser sancionados, pues
consideran que estar en la “lista negra” es un honor: “Venezuela tiene
la moral para levantar nuestra frente y decirles a los gobiernos
vasallos del imperialismo y al imperialista Trump: Venezuela se respeta.
Es un país de dignidad, de moral”.
El presidente entiende que la
constituyente perpetúa los programas de gobierno y por ello propuso
darle rango constitucional al “lenguaje de señas” para que las escuelas
enseñen y así se acabe la discriminación contra los sordos; a la Ley del
Empleo Juvenil, a misiones sociales, y al “nuevo modelo económico”
establecido en el plan “Venezuela, el país de las mil y una
oportunidades”, cuyo borrador mostró ayer y dijo que incluye los 15
motores de la Agenda Económica Bolivariana. ¡”Se acabó el sabotaje
económico de la Asamblea Nacional y la vagancia de la oposición. Con la
constituyente vamos a derrotar definitivamente la guerra económica y a
iniciar la era pospetrolera y la nueva economía productiva del país”,
manifestó.
Maduro señaló que las protestas han
dejado 29 personas quemadas vivas (9 perdieron la vida), más de 500.000
negocios saqueados y transportes incendiados: “¿Eso es pacífico? No, no
son opositores. Son matones a sueldo de un pueblo. Aquí no hay paro. El
pueblo y la clase obrera derrotaron los llamados del pichón de Hitler”.
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