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martes, 25 de julio de 2017

Sabotaje impidió homenaje a los caídos en las protestas


“Es la sangre que derrama la esperanza del caído. Una madre que reclama con lágrimas y gemidos la vivencia de un dios vivo. No hay lógica ni palabras que expliquen lo que han sentido, amigos y familiares de los que se han ido, de los que no regresaron a sus casas ni a sus nidos, son estos venezolanos los ángeles caídos”, con esta letra iniciaría ayer el acto en homenaje a los caídos pero a las 6:30 pm, justo cuando el cantante, que se hace llamar el “híbrido criollo”, tomaba su cuatro para entonar la canción, el disparo de varias bombas lacrimógenas impidió que se llevara a cabo.


Ese fue el segundo ataque presuntamente perpetrado por parte de motorizados de la Guardia Nacional Bolivariana, quienes, media hora antes, habían disparado perdigones desde la avenida Libertador hacia la avenida Francisco de Miranda de Caracas. En ese hecho, dos jóvenes resultaron heridos. La gente no se atemorizó y volvió a la tarima.
Después, en medio del gas lacrimógeno y del repentino desarme de la tarima, donde dirigentes de la Mesa de la Unidad, diputados, concejales y familiares de las víctimas hablarían al país, la impotencia se hizo sentir en quienes llevaban flores y velas a los jóvenes asesinados durante las protestas, y la expresaron al gritar “libertad, libertad, libertad”.
El diputado Wiston Flores indicó que el sabotaje fue desarrollado por cuatro motorizados de la GNB. “Fue un acto ocioso y sin sentido de la GNB. Hoy recordamos que esta lucha vale la pena, así como lo hicieron los libertadores”, manifestó el diputado José Manuel Olivares.
Antes del sabotaje. Las personas encendieron velas, cantaron y oraron en nombre de los fallecidos. Asistieron jóvenes de la resistencia, la abuela del casco rojo, el artista plástico con la imagen del doctor José Gregorio Hernández y un hombre vestido de libertador con la bandera de Venezuela.

A las 4:00 pm, entre las personas que caminaban hacia al túnel Neomar Lander –que une a la avenida Francisco de Miranda con la Libertador– estaba Sugei Armas, junto a su esposo e hija que, tomados de la mano, iban hacía el lugar donde cayó herido el adolescente de 17 años de edad el pasado 7 de junio. “Yo perdí el miedo el día que me quitaron a mi hijo, qué más puedo perder. A los muchachos les digo que se cuiden”, expresó.

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