“Es la sangre que derrama la esperanza
del caído. Una madre que reclama con lágrimas y gemidos la vivencia de
un dios vivo. No hay lógica ni palabras que expliquen lo que han
sentido, amigos y familiares de los que se han ido, de los que no
regresaron a sus casas ni a sus nidos, son estos venezolanos los ángeles
caídos”, con esta letra iniciaría ayer el acto en homenaje a los caídos
pero a las 6:30 pm, justo cuando el cantante, que se hace llamar el
“híbrido criollo”, tomaba su cuatro para entonar la canción, el disparo
de varias bombas lacrimógenas impidió que se llevara a cabo.
Ese fue el segundo ataque
presuntamente perpetrado por parte de motorizados de la Guardia Nacional
Bolivariana, quienes, media hora antes, habían disparado perdigones
desde la avenida Libertador hacia la avenida Francisco de Miranda de
Caracas. En ese hecho, dos jóvenes resultaron heridos. La gente no se
atemorizó y volvió a la tarima.
Después, en medio del gas lacrimógeno
y del repentino desarme de la tarima, donde dirigentes de la Mesa de la
Unidad, diputados, concejales y familiares de las víctimas hablarían al
país, la impotencia se hizo sentir en quienes llevaban flores y velas a
los jóvenes asesinados durante las protestas, y la expresaron al gritar
“libertad, libertad, libertad”.
El diputado Wiston Flores indicó que
el sabotaje fue desarrollado por cuatro motorizados de la GNB. “Fue un
acto ocioso y sin sentido de la GNB. Hoy recordamos que esta lucha vale
la pena, así como lo hicieron los libertadores”, manifestó el diputado
José Manuel Olivares.
Antes del sabotaje. Las personas
encendieron velas, cantaron y oraron en nombre de los fallecidos.
Asistieron jóvenes de la resistencia, la abuela del casco rojo, el
artista plástico con la imagen del doctor José Gregorio Hernández y un
hombre vestido de libertador con la bandera de Venezuela.
A las 4:00 pm, entre las personas que
caminaban hacia al túnel Neomar Lander –que une a la avenida Francisco
de Miranda con la Libertador– estaba Sugei Armas, junto a su esposo e
hija que, tomados de la mano, iban hacía el lugar donde cayó herido el
adolescente de 17 años de edad el pasado 7 de junio. “Yo perdí el miedo
el día que me quitaron a mi hijo, qué más puedo perder. A los muchachos
les digo que se cuiden”, expresó.
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