El mediocre crecimiento económico y la necesidad de impulsar la
productividad, junto con la lucha contra la corrupción y la crisis de
Venezuela marcaron las discusiones en la Conferencia Anual de la
CAF-Banco de Desarrollo de Latinoamérica que analizó en Washington los
desafíos regionales.
Alfonso Fernández / EFE
“En un entorno económico razonable, el crecimiento económico es
bastante mediocre”, indicó Santiago Levy, vicepresidente de sectores y
conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en uno de las
mesas redondas de la jornada de clausura sobre las perspectivas
económicas.
Levy consideró “insuficiente” el crecimiento medio estimado para la
región, que los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI)
situó en un 1 % para este año y un 1,9 % para 2018.
Para el economista mexicano, que valoró como muy positivo el manejo
macroeconómico, uno de los problemas se deriva de “la excesiva
tolerancia” con la corrupción por parte de los gobiernos y la
consiguiente “pérdida de confianza” por parte de los ciudadanos.
De este modo, se pierde el impulso necesario para llevar a cabo
“transformaciones profundas” que permitan una mayor productividad.
En la misma línea se expresó Jorge Familiar, vicepresidente del Banco
Mundial para América Latina, al afirmar que la corrupción ha pasado a
ocupar “una posición predominante” en la agenda latinoamericana, tras el
escándalo de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, que ha
salpicado a gobiernos de toda la región.
“Especialmente en un momento en el que hay menos recursos fiscales y enormes necesidades hacia adelante”, afirmó Familiar.
La crisis del “estado fallido” de Venezuela
Una de las intervenciones más esperadas fue la del consejero adjunto
de Seguridad Nacional encargado para Latinoamérica de la Casa Blanca,
Rick Waddell, en su primer discurso público.
Waddell subrayó la “profunda mejoría de Latinoamérica en los últimos
35 años” como una muestra de que las políticas del libre mercado
funcionan.
“Con nuestros aliados latinoamericanos hemos pasado de compartir
intereses a compartir valores, y es un salto clave”, dijo Waddell.
No obstante, lamentó la “dramática” situación de Venezuela, como
excepción al progreso regional registrado en las últimas décadas.
De seguir el proceso actual, recalcó el general retirado, Venezuela
se convertirá en “un estado fallido y “en la segunda dictadura de
Latinoamérica”, en referencia de paso a Cuba.
Las palabras de Waddell se producen después de que el presidente
estadounidense, Donald Trump, firmase una orden ejecutiva el 25 de
agosto por la que prohíbe las “negociaciones de deuda nueva y capital
emitidas por el Gobierno de Venezuela y su compañía petrolera estatal”.
Estas fueron las primeras sanciones dirigidas directamente al sistema
financiero venezolano y después de varias rondas contra altos cargos
del gobierno de Maduro.
Este miércoles, en el mismo foro, el subsecretario del Departamento
de Estado para el Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, insistió en
la preferencia de Washington por una “solución pacífica acordada por
los venezolanos” para resolver la crisis.
Varios diplomáticos latinoamericanos, como los ex ministros de
Asuntos Exteriores de Chile Juan Gabriel Valdés, y de Perú José Antonio
Belaunde, coincidieron en este sentido en la importancia de que sean los
vecinos suramericanos quienes impulsen la “presión multilateral” sobre
Venezuela.
La CAF es un banco de desarrollo multilateral creado en 1970 e
integrado actualmente por 19 países -17 de América Latina y el Caribe,
junto a España y Portugal- y 13 bancos privados.
La institución, con sede en Caracas, es una de las principales
fuentes de financiación multilateral en Latinoamérica, con aprobaciones
anuales que superan los 13.000 millones de dólares para el desarrollo y
la integración regional.
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