En Venezuela, potencia petrolera con uno
de los más grandes recursos de hidrocarburos del mundo –solo la Faja
Petrolífera del Orinoco tiene reservas explotables de más de 270.000
millones de barriles–, la gasolina escasea. Las largas colas en las
estaciones de servicios por fallas en el suministro de combustible son
recurrentes en Caracas y en el interior del país.
Petróleos de Venezuela está
imposibilitada de satisfacer la demanda del mercado interno de derivados
de hidrocarburos. José Bodas, directivo de la Federación Única de
Trabajadores Petroleros de Venezuela, explicó que debido al colapso de
las refinerías, iniciado en 2013, la empresa se ha visto obligada a
importar casi todo el combustible que requiere el consumo interno. Sin
embargo, por no honrar los compromisos, ha perdido la confianza de los
proveedores internacionales que prefieren desviar los cargamentos a
clientes que cancelan en efectivo, lo que acentúa aún más la escasez de
gasolina.
Fuentes cercanas a Pdvsa afirmaron
que el problema principal de la industria son la corrupción y las malas
decisiones gerenciales. “Muchos pozos están cerrados porque no hay
repuestos ni equipos de reposición para los que cumplieron su vida útil:
el resultado es la caída de la producción de más de 3 millones de
barriles diarios en 1998, a 2,2 millones de barriles diarios en 2017”,
afirmó uno de los voceros.
Iván Freites, directivo de la Futpv,
explicó que por el desplome de la explotación de crudo, en los últimos
dos años ha caído 70% las operaciones de las refinerías El Palito,
Amuay, Cardón y Puerto La Cruz, cuya capacidad instalada de producción
de derivados petroleros, como el gas de bombona, diesel automotor,
gasolina y lubricantes, es de 1,3 millones de barriles diarios.
Refirió que los últimos dos años el
parque refinador del país opera a menos de 30% de su capacidad como
consecuencia de que la carga de crudo para procesar es cada vez menor,
además de los problemas de funcionamiento de muchas plantas.
Precisó que la importación actual de
gasolina supera los 100.000 barriles diarios para satisfacer el consumo
interno, muy por encima de los 10.000 barriles al día de finales de
1970, cuando se ejecutaban proyectos de modernización en las refinerías.
“Es inaceptable que en un país
petrolero la población padezca una escasez recurrente de combustible”,
deploró Freites. Insistió en que urge realizar los cambios de patrón de
refinación para optimizar el rendimiento del crudo, en productos de
mayor valor agregado como la gasolina.
Para recuperar las operaciones, Pdvsa
necesita urgentemente una inversión de 40 millardos de dólares,
aseguraron fuentes del sector. “En los últimos 18 meses la producción
petrolera disminuyó 450.000 barriles diarios, pero en lo que va de 2017 y
de septiembre la caída es de 190.000 y más de 30.000 barriles por día,
respectivamente”, señaló José Toro Hardy, ex director de Pdvsa.
Agregó que el Estado no tiene esa
enorme suma de inversión, lo que implica acudir al capital privado,
nacional y extranjero, para sacar a la industria petrolera de su difícil
situación operacional. “Estamos hablando de ejecutar una nueva y más
audaz apertura petrolera que la realizada en las décadas de 1980
y 1990”, insistió el experto.
Freites dijo: “Esos 40 millardos de
dólares representan un esfuerzo inicial para reflotar las actividades
medulares de producción y la refinación de crudo”.
Freites indicó que simultáneamente a
la inversión hay que realizar un diagnóstico profundo para determinar lo
que es y no es recuperable. “Es mucho el daño a los yacimientos,
plantas, oleoductos y gasoductos, refinerías y estaciones de llenado,
entre otras instalaciones”.
Toro Hardy recordó que el manejo
gerencial y eficiente de las operaciones y las finanzas colocó a Pdvsa
como la primera empresa petrolera de América Latina; actualmente está a
la cola de la lista con el puesto 59. Agregó que una de las mayores
pérdidas de la petrolera estatal fue el despido en 2003 de 20.000
empleados que sumaban cientos de años de experiencia técnica y
gerencial.
Recordó que cuando se acometió la
apertura petrolera la deuda de Pdvsa era muy baja. Ahora es enorme (193
millardos de dólares entre pasivos internos y externos) porque el
gobierno dispone de sus ingresos por la vía de los impuestos y del
Fondem (Fondo de Estabilización Macroeconómica).
Bodas precisó que Pdvsa debe 50
millardos de dólares a las contratistas y a socios extranjeros de China y
Rusia: “Su indisponibilidad financiera la obliga a pedirles prestado
para mantener las operaciones”.
Explicó que ante la falta de dinero,
Pdvsa paga la deuda a la empresa rusa Rosneft con 132.000 barriles
diarios de crudo y a China con otros 180.000 barriles. Este último
volumen es el crudo destinado a la refinería de Puerto La Cruz, ya que
esa instalación está paralizada por un proyecto de adecuación que debió
estar listo en 2012.
Estrategia truncada
En la década de 1980, Pdvsa inició la
política de internacionalización petrolera mediante las asociaciones
con Veba Oel de Alemania, Nynas, de Suecia, y Citgo, de Estados Unidos,
para ahorrar fletes y procesar crudos pesados venezolanos en las
refinerías de esos países.
Bodas recordó que en 2010 Hugo Chávez
vendió la participación de Pdvsa en la Veba a Rosneft, empresa que
detenta actualmente las acciones de Citgo y Nynas, en garantía de
préstamos hechos a Venezuela.
En los años 90 Pdvsa invitó a las
empresas extranjeras y nacionales a participar en proyectos de
exploración de áreas nuevas y de explotación de campos maduros, además
de las asociaciones en la Faja del Orinoco. Más de 50 petroleras
suscribieron contratos en los que ellas asumían parcial o totalmente la
inversión de 65 millardos de dólares.
Con este esfuerzo, más las
operaciones exclusivas de Pdvsa en área tradicionales, la capacidad de
producción petrolera nacional llegaría a 6,5 millones de barriles
diarios en 2006 de los que se lograron más de 3 millones de barriles.
En su campaña electoral Chávez
prometió respetar los acuerdos de la apertura petrolera, pero a partir
de 2003 muchos de ellos fueron estatizados y la producción en los campos
fue bajando por la falta de mantenimiento e inversión.
Bodas precisó que de las empresas
originales una decena opera todavía en el país, entre ellas Empresa
Petrolera Nacional de China y Chevron. “Nuevos socios han entrado:
Rosneft, empresas de la India y la española Repsol, ahora filial de
Exxon-Mobil, sumado a la mayor presencia de los chinos, pero eso no ha
revertido aún la caída de la producción”.
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