La situación en Venezuela centrará el
inicio de la próxima sesión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones
Unidas, que comienza este lunes con una intensa agenda protagonizada por
el canciller del país, Jorge Arreaza
El primero que hará alusión a los
presuntos abusos cometidos en el país andino será el alto comisionado de
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, en su
presentación general sobre violaciones de las libertades fundamentales
en distintas partes del mundo.
Se espera que haga referencia al
informe que su oficina presentó en agosto y en el que denuncia torturas y
malos tratos perpetrados por las fuerzas del orden venezolanas durante
las protestas antigubernamentales.
Zeid pedirá al Consejo medidas para
evitar un mayor deterioro de los derechos humanos en ese país, mediante
un mecanismo de supervisión, informes regulares o una comisión de
investigación.
Tras la intervención del alto
comisionado, Arreaza tomará la palabra para exponer durante diez minutos
la versión del gobierno de Nicolás Maduro sobre lo que ocurrió de abril
a julio en Venezuela, donde más de 130 personas murieron durante las
protestas y miles fueron detenidas, muchas de ellos, según la ONU,
arbitrariamente.
Arreaza mantendrá después encuentros
bilaterales y una reunión con el Grupo de Países No Alineados, y al
mismo tiempo, organizaciones defensoras de los derechos humanos como
Human Rights Watch expondrán su versión de los hechos en actos
paralelos.
Al día siguiente los países miembros del Consejo y el resto de naciones de la ONU podrán responder al ministro venezolano.
Fuentes próximas al Consejo indicaron
que muchos países ya han señalado que así lo harán, dado su interés en
que las palabras de Arreaza queden "equilibradas" por su propia
evaluación de la situación.
Por ahora no se espera la
presentación de una resolución de condena a Venezuela, ni que se pida la
suspensión de ese país como miembro del Consejo, aunque los países
tienen hasta el 21 de septiembre para hacerlo si así lo desean.
Este extremo sí que podría suceder en
el caso de Burundi -también miembro del Consejo- dado que su gobierno
ha sido acusado por una comisión de investigación de la ONU de haber
cometido actos que, de probarse, podrían constituir crímenes contra la
humanidad.
La suspensión debe ser decidida por
la Asamblea General, pero el Consejo podría solicitarla argumentando que
un gobierno que comete crímenes de lesa humanidad contra su propio
pueblo no puede ser garante de las leyes fundamentales.
En el caso de Yemen, otro de los
temas candentes de esta sesión, se espera que esta vez los Estados
miembros acepten la sugerencia de Zeid de constituir una comisión de
investigación internacional, dado que la última vez se consensuó confiar
en una pesquisa nacional, cuyos resultados no fueron nada
satisfactorios.
La acuciante situación en Birmania
(Myanmar) y la llegada de casi 300.000 rohinyás a Bangladesh huyendo de
la represión del Ejército birmano se tratará también con la presentación
de un primer informe de la nueva comisión de investigación de la ONU.
Finalmente, y como hace siete años,
Siria será uno de los asuntos clave del Consejo. La comisión de
investigación presentará su informe en presencia de Carla del Ponte, que
recientemente renunció a su cargo como miembro de este ente "frustrada"
por la falta de resultados concretos.
Se espera que la discriminación
racial en EE UU y la situación en la República Democrática del Congo
(RDC), Filipinas y Egipto sean también tratados durante esta sesión
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