El Helicoide fue construido para ser uno
de los monumentos icónicos del capitalismo moderno en Sudamérica, pero
hoy es el centro de tortura más notorio de Venezuela: desde que las
protestas iniciaron a Caracas en 2014 y durante 2017, más de trescientos
estudiantes, activistas y políticos han sido hacinados en sus celdas.
La historia oculta de El Helicoide
radica, no solo en el trágico presente de sus prisioneros, si no en las
seis décadas de olvido social y miseria urbana en las que han padecido
las personas con casas aledañas a la edificación desde que comenzó su
construcción, así lo reseña el diario Americas Quarterly.
“Los barrios que rodean El Helicoide,
concretamente los de San Agustín del Sur, siempre fueron implícitamente
parte de la misión del proyecto. Como muchos otros, esta comunidad
comenzó como un grupo de caseríos, chozas rurales levantadas por
poblaciones migratorias atraídas a la ciudad capital. Estas comunidades
se densificaron masivamente tras el descubrimiento del petróleo y la
modernización radical de Caracas a partir de la década de 1930”,
detalló el reportaje realizado por el diario.
A medida que cada gobierno discutió
su propio plan de gran reinvención para El Helicoide, ninguno pensó en
cómo el sitio podría servir a las comunidades vecinas.
“Tal vez cuando se borre de los
prisioneros y se haga útil para los barrios que lo rodean, El Helicoide
alcanzará, no solo el brillo que nunca logró, sino también un propósito
de redimir el sitio desafortunado de sus muchas tragedias”, finaliza el
texto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.