Los dos países han sido los
principales aliados que le ofrecen liquidez al gobierno de Maduro, pero
los mercados ven alta la posibilidad de que Caracas entre en una
cesación de pagos.
La falta de liquidez, la
imposibilidad de emitir nueva deuda, refinanciar o reestructurar
obligaciones con o a través de entidades financieras de Estados Unidos o
que tengan relación con ese país y unos precios del petróleo que no se
disparan como lo quiere el gobierno de Venezuela están golpeando al
régimen de Nicolás Maduro como quizá la oposición no lo ha logrado.
Ante el peso de una aplastante deuda
de cerca de 150.000 millones de dólares y el vencimiento de un pago de
81 millones y otro reciente por 1.000 millones de dólares, que obligó al
presidente venezolano Nicolás Maduro a salir a decir que lo cumpliría,
pero que decretaba “un refinanciamiento y una reestructuración de la
deuda externa y todos los pagos de Venezuela”, las alternativas para que
su gobierno se mantenga funcionando se estrechan, mientras que China y
Rusia, los aliados que han suministrado la liquidez necesaria por años,
parecen estar perdiendo la paciencia.
Las órdenes de Maduro parecieron
desconocer un hecho grave como fue la reciente prohibición del
presidente de EE UU, Donald Trump, para que cualquier banco, entidad
financiera o de su gobierno realicen transacciones con bonos de deuda
venezolanos, como una medida financiera sancionatoria por la forma en la
que “la dictadura de Maduro sigue privando al pueblo de Venezuela de
alimentos y medicinas, encarcelando a los miembros de la oposición que
fueron elegidos democráticamente y reprimiendo en forma violenta la
libertad de expresión”, dijo la Casa Blanca a finales de agosto pasado.
Un informe de Bulltick, compañía
estadounidense de inversiones, menciona que en los mercados de deuda se
está valorando con una probabilidad del 91,4% el hecho de que Venezuela
deje de pagar sus obligaciones en el 2018 con una posibilidad de
parálisis del Estado y la agudización de la escasez de alimentos,
medicamentos, elementos de aseo y materias primas para la producción.
En el reporte, Bulltick dice que “no
tiene sentido lógico iniciar una negociación de deuda pagando más de
1.000 millones de dólares, dinero que podría haberse utilizado para
aliviar la miseria de los consumidores venezolanos en el inmediato
plazo, o reteniéndolo como palanca durante una negociación de
reestructuración”.
La firma estadounidense menciona que
“la paciencia china y rusa puede estar disminuyendo” después de una
larga serie de créditos y prepagos de petróleo durante muchos años, y no
está claro si están dispuestos a acudir a nuevos rescates sin un plan
claro de cómo se mejorará la situación del flujo de efectivo en el
futuro.
De hecho, la petrolera estatal rusa
Rosneft le prestó 6.000 millones de dólares a su similar venezolana
Pdvsa a principios de este año, y ha dicho que no planea más prepagos de
petróleo.
Otro escenario acerca del anuncio de
Maduro podría ser que su gobierno planea incumplir con la deuda soberana
(la que emite directamente el gobierno), para lo cual no hay garantía,
mientras mantiene vigente la deuda de Pdvsa, con lo que podría proteger
los activos de la compañía en el extranjero. Pero dado que la petrolera
es estatal, hay intentos de ir por sus activos. Crystallex, una minera
canadiense, tramita una demanda contra Venezuela con el argumento de que
los activos de Pdvsa deben estar sujetos a incautación tras un litigio
por una mina de oro. Si la firma canadiense gana, esto abriría la puerta
para que los acreedores persigan activos venezolanos y de Pdvsa
indistintamente.
Otro factor que analistas advierten
es que la nueva deuda venezolana autorizada por la asamblea nacional
constituyente, órgano que no está reconocido por varios países, no será
considerada legal, incluso si se levantan las sanciones de Estados
Unidos.
Y ante la remota posibilidad de
reestructuración de deuda, es difícil imaginar un escenario en el que
los tenedores de bonos acepten nuevos términos a menos de que haya un
camino claro hacia reformas estructurales en Venezuela que den confianza
frente a su capacidad futura para pagar.
Nuevas sanciones y diálogo
Estados Unidos anunció este jueves
una nueva ronda de sanciones contra 10 funcionarios y ex funcionarios
del gobierno del presidente Nicolás Maduro en Venezuela, las cuales
implican el congelamiento de sus bienes y activos en EEUU y la
prohibición de transacciones financieras con los incluidos.
Fuentes de la administración
indicaron, a su vez, que la semana entrante podría hacerse pública una
lista adicional de sancionados.
Además, el gobierno y la oposición
venezolanas anunciaron que retomarán negociaciones el próximo miércoles
en la República Dominicana, con facilitadores internacionales, para
tratar la crisis del país y buscar garantías de cara a las elecciones
del 2018. “Queremos anunciarle a Venezuela que estamos listos para
abordar un proceso de negociación y construir condiciones electorales
para una salida democrática”, dijo en rueda de prensa Luis Florido,
delegado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Entrevista
Gregan Anderson, estratega macroeconómico de Bulltick, habló con El Tiempo sobre la situación de la deuda de Venezuela.
1. ¿Qué tan posible es que Venezuela deje de pagar sus deudas?
Es muy posible y podría haber
sucedido ya, pues el jueves de la semana pasada había un vencimiento de
1.000 millones de dólares de un bono, y aunque Nicolás Maduro dijo que
lo pagaría, en el mercado no ha habido confirmación de que ya haya
sucedido. El mercado ve en un 91% la probabilidad de una cesación de
pagos de Venezuela en 2018.
2. ¿Cuánto de la deuda venezolana está comprometida en EE UU?
Según los últimos datos, hay más o
menos 67.000 millones de dólares en bonos emitidos por Venezuela y Pdvsa
en circulación. Todos estos bonos están en manos de instituciones
estadounidenses, o instituciones extranjeras que caen bajo la
jurisdicción de las leyes de EE UU porque operan en este país.
3. ¿China y Rusia pueden volver a salir en rescate de Venezuela?
Es difícil creer, pero es seguro que a
China y Rusia no les conviene que caiga Venezuela, pero la paciencia
puede que también se les agote.
4. Pero hay antecedentes de incumplimiento de pagos, incluso de países de la región...
Para Venezuela sería más difícil que
para otros países, pues dependen de las importaciones y para casi todo
necesitan del crédito externo, y eso no será fácil de resolver. Si
entran en un ‘default’ pleno (incumplimiento) va a ser peor para el
pueblo venezolano, pues no podrán comprar las cosas que necesitan para
vivir.
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