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viernes, 17 de noviembre de 2017

Desnutrición "reina" en día de la alimentación




Foto: Cortesía
Foto: Cortesía

Redacción 2001
Las campañas y programas dedicados a la alimentación abundan en Venezuela, no así los productos necesarios para cumplir los objetivos que se trazan los organismos oficiales en esa materia.
Agarra Dato, Come Sano”; el “Trompo de los Alimentos”, los Comité Local De Abastecimiento y Producción (Clap) son algunos de esas iniciativas públicas que tienen hoy un sin número de detractores con el estómago vacío.


A nivel privado, la comunidad científica-académica, ONG, fundaciones y hasta las mismas comunidades elaboran sus programas y recetas para tratar de aliviar las deficiencias alimenticias, con lo poco que se consigue en el mercado.
¿Dónde están los datos?. Más de 4 millones de venezolanos sufren de desnutrición, según el informe de septiembre 2017 de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La institución estima que el 13% de la población padece de “subalimentación”, en otras palabras, lo que come no es suficiente para satisfacer la demanda mínima de energía alimentaria.
El gobierno pulpo. Desde abril de 2003 el tema de la alimentación dio un giro con la creación de la misión que tenía como propósito garantizar la soberanía de los productos de la mesa del venezolano.
La Misión Alimentación implementada por el presidente Hugo Chávez Frías sentaba bases en el artículo 305 de la Constitución y le concedía al Estado un rango amplio de actuación para desarrollar la producción agropecuaria, pesquera, asumir el mercadeo, dictar medidas financieras, comerciales, de transferencia de tecnología, entre otras.
Tiro por la culata. Con el paso del tiempo, la realidad que el sector oficial llama “guerra económica” ha superado los objetivos que perseguían la vasta red de organizaciones como Mercal, Pdval, la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (Casa), Fundaproal, los Comité de Abastecimiento y Producción (Clap), la Gran Misión de Abastecimiento Soberano y Seguro, entre otros.
Como un vaso comunicante, la escasez, la carestía de los alimentos y la caída del poder adquisitivo han terminado minando la salud de los venezolano y abultando las investigaciones sobre hechos de corrupción, manipulación política y electoral, que pocas veces arrojan sanciones y penalidades.
Dado el control de cambio que rige en el país y la potestad del gobierno en asignar las divisas a las empresas del ramo, más los controles de la materia prima y estrictas fiscalizaciones es casi imposible evadir parte de su responsabilidad en la disminución de la ingesta y del número de comidas que realiza el venezolano a diario.
Niños en peligro. La evaluación de la crisis alimentaria hecha en 2016 por la organización Cáritas Venezuela, muestra otros parámetros. El trabajo de campo realizado en los estados Miranda, Vargas, Zulia y el Distrito Capital, revelado en septiembre de este año, indicó que 25% de los niños, de 202 casos analizados, mostró de alguna forma desnutrición aguda, mientras que 28% presentó riesgo de desnutrición.Al darle seguimiento de la talla y peso de algunos casos específicos, la institución de
carácter católica encontró que 21% de los menores evaluados mostró desnutrición leve; otro 2,5% está en riesgo de desnutrición, mientras que 32% no posee déficit nutricional.
La dieta Maduro. La cifra no es nueva, pero sigue inquietando la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi) elaborada a 6.500 familias y presentada en febrero de este año, indicó que 9,6 millones de venezolanos hace dos o menos comidas al día con la frecuente ausencia de proteínas en sus platos.
En otra conclusión del estudio avalado por tres de las universidades más prestigiosas del país, en el año 2016, un 75 % de los consultados refirió pérdida de peso no controlado, en un promedio de 8 kilos y medio. En el caso de los sectores más pobres la pérdida de peso pasó de 9 kilos.

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