Desde de los resultados de las
elecciones de gobernadores el 15 de octubre, el camino que ha transitado
la Mesa de la Unidad Democrática ha estado plagado de espinas: las
acusaciones públicas entre los dirigentes políticos no hicieron sino
evidenciar los conflictos internos de la coalición opositora.
Analistas consideran que es el peor
momento para la alianza y que el mayor desafío que ahora enfrenta es
establecer una estructura para recuperar la confianza y enfrentar las
próximas jugadas que el gobierno haga para intentar sacarlos del
terreno.
Félix Seijas, director de la
encuestadora Delphos, indicó que la coalición se encuentra dividida en
bloques de alianzas y estrategias comunes, lo que es perjudicial para la
oposición. “En este momento la MUD es solo un nombre. Hasta ahora no se
ve cuál es el plan de acción, simplemente se escuchan posiciones”.
Dijo que lo ocurrido después de las
regionales dejó a la población opositora confundida, molesta y
desconfiada. Explicó que el principal desafío de la oposición es
establecer una estructura que incluya a sectores de la sociedad civil,
alcanzar acuerdos internos y afrontar de manera unitaria el futuro
político, económico y social del país. “El reto es establecer
rápidamente una estructura unitaria porque el gobierno está aprovechando
la desarticulación de la oposición y el desánimo del votante. Eso le da
todas las de ganar en escenario electorales”.
Seijas advirtió que ante esta
situación, el Consejo Nacional Electoral pudiera organizar unas
elecciones generales, que incluyan presidenciales, Asamblea Nacional y
Consejos Legislativos.
Francisco Coello, sociólogo político y
profesor universitario, indicó que el problema de la MUD no fue perder
las regionales “porque no se sabe si realmente se perdieron”, sino que
la dirigencia no tenía una respuesta para enfrentar la situación. “Hay
un problema de fondo: en la oposición hay muchas franquicias y ninguna
es capaz de aglutinar el descontento”, manifestó.
Recomendó a los dirigentes de los
partidos que agrupa la alianza a redefinir los lineamientos estratégicos
y de organización para acompañar a la población en la coyuntura social
que padece. Expuso que la Unidad debe dejar de ser una plataforma
electoral y formar una coalición de partidos con una agenda en común,
orientada a un cambio de gobierno.
“Es una oportunidad para
reorganizarse y, sobre todo, que en un futuro cercano habrá una
devastación económica y social terrible que va a poner en una situación
difícil al gobierno. Si hay organización, la oposición podría
capitalizar el descontento social”, detalló.
En 2015, según el CNE, la oposición
obtuvo más de 7 millones de votos, lo cual le dio las tres terceras
partes de la Asamblea Nacional. Según Venebarómetro, hasta el año pasado
54% de la población se definía como adversaria. Pero este año, cuando
el gobierno intensificó su arremetida contra la dirigencia opositora, se
registró una caída de casi 10 puntos porcentuales. Edgard Gutiérrez,
coordinador de la encuestadora, indicó que hasta finales de septiembre
la oposición representaba 45% de la población electoral, “superando
claramente al chavismo cuyo tamaño era de 28%”.
Precisó que en la oposición no hay
consenso en torno a qué camino político seguir como alianza, “hasta tal
punto que su mayor activo, que era la unificación electoral, se ha roto.
Lo evidencian hechos como los sucedidos en el Zulia y la misma
situación de las votaciones municipales”. Afirmó que este sea el peor
momento de quienes adversan al chavismo; no obstante, la posición de
varios partidos se ha sincerado, lo que “ayuda a que se haga más nítido
el panorama político”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.