Pilar de la economía venezolana, PDVSA llegó a ser una de las cinco
mayores petroleras del mundo. Hoy languidece, con una producción en
caída libre y declarada en default selectivo.
Pese al repunte del crudo en los últimos meses, la empresa Petróleos
de Venezuela (PDVSA) no pudo apagar las alarmas y las agencias
calificadoras Standard & Poors y Fitch bajaron sus notas esta
semana.
La declararon en “default selectivo” por el pago demorado de 1.169
millones y 842 millones de dólares de capital de bonos con vencimiento
en 2017 y 2020.
Los títulos de la compañía representan 30% de la deuda externa
venezolana, estimada en unos 150.000 millones de dólares, que el
presidente Nicolás Maduro busca refinanciar.
Maduro atribuye las dificultades al desplome del precio del petróleo
en 2014, a menos de la mitad del que tenía, y a las sanciones de Estados
Unidos que prohíben a sus ciudadanos negociar deuda pública venezolana.
Pero economistas como César Aristimuño aseguran que “el problema es
la producción”, en sus niveles más bajos desde la década de 1990,
excluyendo una huelga petrolera entre diciembre de 2002 y febrero de
2003.
Venezuela produce 1,9 millones de barriles diarios (mbd) frente a
2,27 mbd de 2016. La cifra alcanzó 3,1 mbd antes de la era chavista, que
comenzó en 1999.
En tanto, los ingresos cayeron de 121.000 millones en 2014, a 72.000
en 2015 y 48.000 en 2016, en un país que obtiene 96% de sus divisas del
oro negro.
La situación contrasta con la de una década atrás, cuando la agencia
Petroleum Intelligence Weekly ubicaba a PDVSA por encima de gigantes
como Shell o Chevron en su ranking de petroleras.
– “Un banco” –
Expertos sostienen que el declive es resultado de la falta de inversión en mantenimiento y exploración.
“PDVSA es prácticamente la única fuente de divisas de la economía
venezolana y el gobierno ha estado gastando todo, descuidando las
inversiones petroleras”, dijo a la AFP Risa Grais-Targow, directora para
Latinoamérica de la consultora de riesgo Eurasia.
La petrolera es obligada a vender al Banco Central sus divisas a 10
bolívares por dólar, tasa reservada para importar alimentos y medicinas
en un estricto control de cambios. En el mercado negro esa cotización se
multiplica por 6.000.
Así, financia un enorme gasto público y un déficit fiscal que ronda el 20% del PIB.
“PDVSA está quebrada ¿Por qué? Porque se convirtió en un banco”, señaló José Gonzales, director de la consultora GCG Advisors.
La compañía ha nutrido unos fondos de excedentes petroleros creados
por el gobierno en 2005. Según el economista Orlando Ochoa, por allí han
pasado unos 130.000 millones de dólares.
Para ello, el presupuesto se elaboraba con precios del crudo por debajo del valor real, explicó Ochoa a la AFP.
PDVSA, fundada en 1976, se alejaba así de su actividad natural.
Según la firma Baker Hughes, el número de taladros activos en el país
cayó de 83 en octubre de 2013, a 39 el mes pasado. La baja compromete
la “capacidad de mejorar la producción”, advirtió a la AFP el experto
petrolero Jesús Casique.
– Gasolina regalada –
Los precios de la cesta venezolana escalaron en el último semestre
hasta los 55 dólares por barril en octubre, tope desde 2015; si bien
siguen lejos de la media de 88,42 dólares de 2014.
Un beneficio agridulce por la pérdida de eficiencia. PDVSA disparó su
nómina de 40.000 a 150.000 empleados en 18 años, al punto que producir
un barril le cuesta 40 dólares, apunta Gonzales.
En medio de la huelga petrolera, el entonces presidente Hugo Chávez
(1999-2013) despidió a 18.000 trabajadores, muchos de alta calificación.
La corrupción es otro flagelo. La Fiscalía investiga múltiples casos,
incluidos sobreprecios de 230% en 10 contratos por 35.000 millones de
dólares, y falseo de las cifras de producción.
Mientras, la deuda aprieta: 36% de la producción se destina a pagar
préstamos de China y Rusia, a lo que se suma la venta de crudo a precios
preferenciales a países aliados como Cuba, herencia de la costosa
petrodiplomacia de Chávez, según Aristimuño.
Otra fracción alimenta el mercado interno, con la gasolina más barata
del planeta: un kilo de carne cuesta igual que 75.000 litros. Y pese a
tener refinerías hasta en Estados Unidos, se estima que PDVSA importa
unos 45.000 barriles diarios de gasolina.
Por ello, resalta Aristimuño, el país depende más que nunca de los
750.000 barriles diarios que le compra Estados Unidos, justo cuando
Washington aprieta las tuercas a Maduro.
por Esteban ROJAS/AFP
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