La ayuda humanitaria requiere de dos
factores clave para poder concretarse: la voluntad de un poder,
organismo o nación que desea otorgarla y que el gobierno que va a ser
beneficiado tenga disposición de recibir los donativos.
Ricardo Escalante, representante de
la Asociación de Médicos Unidos por la Crisis Humanitaria (AMUCH),
indicó que ya existe el primero de esos factores, debido a que varios
países accedieron a enviar cargamentos con medicinas e insumos médicos a
Venezuela.
El inventario de medicamentos, tanto en farmacias públicas como privadas, se mantuvo intermitente durante todo 2016 y 2017.
De acuerdo con la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), la escasez de medicinas todavía se mantiene en 85%.
La fundación Cáritas de Venezuela,
organización de la Iglesia Católica, gestionó la ayuda humanitaria
recolectada en Chile para que se entregara en Venezuela. Efectivamente,
el cargamento de medicinas llegó a puertos venezolanos en agosto de
2016, pero según las autoridades no cumplía con los requerimientos para
acceder al país.
Con temor de que las medicinas se
dañaran o vencieran dentro de los contenedores, Cáritas instó a los
encargados del puerto a permitir la distribución de dichas medicinas.
Sin embargo, la respuesta fue negativa.
En octubre de 2016, el Servicio
Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat)
declaró abandono fiscal del cargamento, por lo que se apropiaron de los
contenedores y le entregaron las medicinas al Instituto Venezolano de
los Seguros Sociales (IVSS).
Los dirigentes políticos de oposición
y los representantes de Cáritas calificaron estas acciones como un
“robo” porque el gobierno venezolano se apoderó de una donación
gestionada por una organización ajena a él y desconoció que era una
ayuda de países solidarios por la crisis en el país.
A cuentagotas
Grupos de venezolanos en distintas regiones del mundo recolectaron medicinas en el exterior para enviarlas a Venezuela.
Para evitar lo que sucedió con
Cáritas, los colaboradores decidieron enviar pequeños lotes de fármacos
en cajas comunes para que entraran discretamente al país.
Las encomiendas ayudaron a cientos de pacientes a obtener donaciones gestionadas principalmente mediante las redes sociales.
Pero la tarea es muy complicada,
debido a que las organizaciones implicadas no pueden conseguir todas las
medicinas, como es el caso de las de alto costo. Este tipo de
medicamentos pueden costar entre 25.000 y 100.000 dólares.
Las donaciones que se hacen desde el extranjero son de fármacos convencionales como analgésicos, antibióticos y antialérgicos.
¿Qué es la ayuda humanitaria?
El doctor Ricardo Escalante,
activista a favor de recibir la asistencia, explicó que la ayuda
humanitaria es un aporte que da la comunidad internacional a países en
conflictos bélicos y que pasan por tragedias naturales.
“Venezuela no está en un conflicto de
ese tipo, pero si en uno económico, en el que hay dificultades para
traer medicamentos. Es una situación que se agrava cada vez más”,
detalló.
“Este tipo de problemas hay que
tratarlo inicialmente con una terapia de choque: llenar los canales de
distribución con una ayuda humanitaria. Sin embargo, a pesar de que hay
países con contenedores de donaciones listas para Venezuela, las
autoridades venezolanas no quieren recibirlas”, agregó.
El especialista acotó que el
siguiente paso para superar el desabastecimiento de medicinas, después
de distribuir los cargamentos recibidos, es pagar las deudas con los
proveedores internacionales, que antes exportaban sus productos al país.
¿Es necesaria la ayuda humanitaria?
Ban Ki-moon, ex secretario general de
la Organización de las Naciones Unidas,aseguró en agosto de 2016 que
Venezuela vivía una crisis de salud grave.
“Estoy muy preocupado por la
situación actual, en la que las necesidades básicas no pueden ser
cubiertas, como ocurre con la comida, el agua, la sanidad y la ropa.
Esos son síntomas de una crisis humanitaria”, señaló.
“Ban Ki-moon no fue el único en
considerar que Venezuela necesitaba ayuda. El presidente de Perú, Pedro
Pablo Kuczynski se reunió en septiembre de 2016 con el secretario de
Estado de Estados Unidos para el momento, John Kerry, y planteó crear un
grupo de apoyo internacional para Venezuela.
“No vamos a invadir otro país, no nos
vamos a meter, eso es muy difícil. Lo primero que hay que hacer es un
grupo de ayuda para Venezuela, donde no hay remedios en las clínicas y
no hay comida. Es una situación muy grave”, expresó.
Otros países que mostraron su apoyo a
los venezolanos son sus vecinos Colombia y Brasil, que han permitido a
los venezolanos recibir atención médica en sus regiones fronterizas, a
pesar de que generan una alta demanda de servicios y medicinas en
relación a la oferta de esas zonas.
Durante 2017 las organizaciones no
gubernamentales siguieron enfocadas en exigir que el Ejecutivo nacional
acepte la ayuda humanitaria. El objetivo de ellas es evitar más muertes
por desatención médica en el país y lograr que los intereses políticos
no vulneren el derecho a la salud de más venezolanos.
Cuatro opciones para obtener ayuda humanitaria
El término “Crisis Humanitaria” es
empleado por la sociedad venezolana, y sobre todo por los políticos,
para generalizar las consecuencias de la escasez de medicamentos y
alimentos en el país. Para Enrique Montbrun, médico experto en Medicina
de Desastres, lo correcto sería denominar la situación como una
“Emergencia Compleja”.
El doctor explicó que el calificativo
“Emergencia Compleja” hace énfasis en casos de falta de gobernabilidad o
inestabilidad política, detrimento económico y conflictos sociales
internos entre grupos armados. Su diferencia con respecto a la “Crisis
Humanitaria” es que esta última se aplica comúnmente para cuando ocurren
desastres naturales junto con otros problemas, como podrían ser las
carencias sociales o económicas.
El país tiene la posibilidad de
recibir ayuda internacional para aliviar su situación. Montbrun señaló
cuatro alternativas a las que puede optar el gobierno de Nicolás Maduro.
Organización de Naciones Unidas (ONU)
La nación afectada debe pedir la
ayuda humanitaria a la ONU, que mediante su Oficina para la Coordinación
de Asuntos Humanitarios (OCHA), envía una delegación para evaluar las
áreas afectadas en la salud, servicios y alimentación de los ciudadanos.
Al confirmar la emergencia, se le proporciona recurso humano, material y
financiero, de acuerdo con el tipo de atención que se requiera. Solo se
le exige al gobierno nacional que se integre con los órganos
internacionales para ejecutar acciones conjuntas.
La resolución 46/182 suscrita por las
naciones integrantes de la ONU pauta estas normas, en la que también se
explica que el Comité Internacional de la Cruz Roja, La Liga de
Sociedades de la Cruz Roja, la Media Luna Roja, la Organización
Internacional para las Migraciones y las organizaciones no
gubernamentales autorizadas pueden participar en el plan de ayuda y
recuperación.
Proyecto Esfera
La Cruz Roja creó esta iniciativa. El
Estado afectado debe solicitar la ayuda a la sede de la organización en
su país, que envía una comisión para constatar lo que ocurre y observar
las áreas perjudicadas. Los principios de esta vía se basan en la
declaración de los derechos humanos.
Organismos regionales de integración
Como miembro pleno de la Unión de
Naciones Suramericanas (Unasur), Venezuela puede recibir ayuda de sus
vecinos. La garantía de este auxilio fue suscrita con la aprobación por
todos los miembros en su Manual de Gestión para la Asistencia Mutua
frente a Desastres, documento que norma las políticas de socorro
humanitario. La nación debe pedir su aplicación.
Actores no tradicionales
Consiste en la ayuda que puede
realizar una persona desde cualquier parte del mundo usando sus recursos
para adquirir insumos y enviarlos al país. El aporte debe ser
supervisado por el Ministerio de Salud.
Para ingresar al especial visite: “Crisis humanitaria, el holocausto de la salud”
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