El acuerdo firmado entre Rusia y
Venezuela por el refinanciamiento de 3,1 millardos de dólares a lo largo
de 10 años es apenas una pequeña porción de la deuda global venezolana,
la cual se ubica en 150 millardos de dólares, de los cuales 60
millardos corresponden a bonos, 45 millardos a pasivos gubernamentales y
otros 45 millardos a la deuda de Pdvsa
Humberto García Larralde, presidente
de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, y Francisco Rodríguez,
economista jefe de Torino Capital, coinciden en que este acuerdo
representa aproximadamente 2% de la deuda total y que la estrategia del
gobierno consiste en asentar las bases para avanzar en el pago de los
bonos pendientes y evitar un default.
Este refinanciamiento, que permite al
gobierno de Nicolás Maduro hacer pagos “mínimos” a Moscú en los
próximos seis años, no incluye la deuda de Pdvsa con Rosneft, calculada
en 6 millardos de dólares.
Los negociadores, el ministro de
Economía y Finanzas, Simón Zerpa; el titular de Agricultura, Wilmar
Castro Soteldo, y el viceministro de Finanzas de Rusia, Sergei Storchak,
no ofrecieron detalles sobre este punto ni revelaron las ganancias del
país europeo en esta operación, que no fue avalada por la Asamblea
Nacional.
Para García Larralde, el gobierno
busca con este acuerdo “una oportunidad para alardear, para hacer
propaganda, ganar indulgencia política” y así también, “afrontar los
pagos con cualquier cosa que le permita posponer la declaración de
default”.
Agregó que el acuerdo es importante
para Rusia en términos económicos y políticos. “Se trata de la presencia
que tiene Rusia en las concesiones petroleras con Venezuela y en el
suministro de armas en el tiempo”, expone García Larralde.
Rodríguez explicó que frente a la
cesación de pagos en la que había entrado Venezuela, a Rusia no le
quedaba más alternativa que renegociar. “Tras una cesación de pagos, las
únicas opciones del acreedor son demandar al deudor o ir más allá y
tratar de aceptar los términos de refinanciamiento. Eso fue lo que
aceptó Rusia, pues no estaba dispuesta a demandar a Venezuela y además
hay buenas relaciones y se consideran aliados, lo que facilitó la
renegociación”.
En el caso de la deuda con China, el
Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país dijo que el gobierno de
Venezuela puede manejar “adecuadamente sus propios asuntos”, incluyendo
la deuda externa. Venezuela, que adeuda a China 23 millardos de dólares
solicitados a través de créditos pagados con petróleo, ha evitado hasta
ahora contactar a su aliado en Pekín.
Con tenedores. El
constituyente David Paravisini sostuvo que el gobierno sí acordó una
renegociación de la deuda externa con los tenedores de bonos. Agregó que
la reunión en Miraflores el lunes fue un “éxito” y que el acuerdo
alcanzado con el “98% de los acreedores” consistía en “mantener un plan
de trabajo para ir abordando” cómo se procesaría. “Se llegó a un acuerdo
de tratar el tema en el mejor ánimo y voluntad", dijo.
Rafael Guzmán, diputado a la Asamblea
Nacional y presidente de la Subcomisión de Políticas Financieras y
Tributarias, cuestionó que el gobierno hable de un proceso de
refinanciamiento “exitoso” cuando no se han explicado las bases.
Indicó que el gobierno “le miente a
la comunidad internacional y a la banca extranjera al hacer tal
declaración”, pues asegura que el proceso ni ha se iniciado ni cuenta
con el aval de la AN, que es la única instancia constitucionalmente
competente para tomar una decisión en esta materia.
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