La comunidad internacional mira con
preocupación al gobierno de Nicolás Maduro. En dos frentes separados por
el océano diplomáticos del mundo debatirán hoy sobre la situación
venezolana y se preparan para aprobar sanciones que presionen aún más
para una negociación que dé paso a una salida a la crisis.
De un lado, la Unión Europea aprobará
un acuerdo que incluye el embargo de armas, un veto a las exportaciones
de equipos que puedan ser utilizados para reprimir o para vigilar
comunicaciones electrónicas e incorpora un marco jurídico para definir
sanciones contra personas y organizaciones responsables de la crisis.
Del otro, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debatirá la
crisis venezolana a petición de Estados Unidos.
La internacionalista Elsa Cardozo
indicó que las medidas que tomará la UE no deben sorprender a
nadie. Estas sanciones serán graduales, selectivas, flexibles y
reversibles, y se ha insistido en que no están concebidas para afectar a
la población venezolana en general.
El propósito de la sanción no es
simplemente castigar a los responsables de acciones contra los derechos
humanos, que es el punto central de la discusión. “No es solo sancionar
como quien dicta una sentencia, sino crear condiciones para que la
situación se resuelva”, aseguró.
Está previsto que la UE reafirme que
la única vía sostenible para solucionar la crisis en Venezuela es a
través de un proceso serio y significativo de negociaciones: “La idea es
posibilitar con incentivos negativos que ese arreglo se dé, con la
posibilidad de que no tengan que aplicarse o si se aplican se hagan de
manera selectiva y gradual, flexibles y a la vez reversibles si hay un
cambio de actitud en el gobierno”.
La internacionalista Giovanna de
Michelle señaló que en la comunidad internacional existe una percepción
de que el gobierno puede materializar mayores agresiones y violaciones
de derechos humanos contra la población disidente. “Existe el temor de
que se desate una persecución contra los civiles que se oponen, porque
las medidas anunciadas apuntan es a una mayor protección para
ellos”, expresó.
Aseguró que la presión internacional
sobre el gobierno de Nicolás Maduro se va a agudizar aún más: “En todo
caso lo que se evidencia es que hay mucho ruido por lo que sucede en
Venezuela, creen que el chavismo lo que quiere es aferrarse al poder”.
Oscar Hernández, embajador de carrera
y politólogo, subrayó que el gobierno venezolano es observado de cerca
por la comunidad internacional a causa de las violaciones de los
derechos humanos y la corrupción. “Si no hay una solución de la crisis a
través del diálogo efectivo los países van a proceder a sancionar, lo
que va a mantener al país en conflicto. Es algo similar a lo que ya
hicieron Estados Unidos y Canadá”.
El acuerdo previo lo aprobó el Comité
de Representantes Permanentes de la UE, que remitió los documentos
legales para esta decisión a los ministros, que se espera la adopten hoy
en su reunión, como un punto sin debate en su agenda.
El otro debate. En
Washington, aunque la discusión en el Consejo de Seguridad de la ONU
será a puerta cerrada participarán el secretario general de la
Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, y los voceros del
Grupo de Lima, el canciller peruano Ricardo Luna y la canciller
canadiense Chrystia Freeland.
La cita será una discusión informal a
puerta cerrada entre los miembros del Consejo de Seguridad y no se
espera que se aprobada ninguna resolución específica.
El embajador Milos Alcalay indicó que
en la medida que el gobierno de Nicolás Maduro se niegue a cumplir con
los acuerdos internacionales se profundizarán las advertencias y
sanciones. Explicó que la discusión de la situación de la crisis
venezolana en la ONU es alarmante, “ya que solo se da en casos graves,
como Corea del Norte, Siria, Irán y ahora se incluye a Venezuela”.
La convocatoria refleja la
preocupación que hay el mundo por lo está ocurriendo en el
país. “Venezuela se está aislando porque no terminan de entender que el
estado de Derecho debe respetarse”, aseveró.
Advirtió que con las elecciones de
gobernadores del 15 de octubre el gobierno de Maduro quiso engañar a la
comunidad internacional, pero eso no surtió efecto: “Es como decir que
las elecciones en Cuba son democráticas. Ya es un problema que requiere
mayor atención de la que hasta ahora se le ha dado porque la situación
se agravó significativamente”.
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