Foto: Giovanna De Michele | Jacob Atircopy Osorio
Arnoldo Arcaya
La crisis política criolla pasa fronteras y pese a los muchos
pronunciamientos internacionales, la solución está en casa, afirma Giovanna De Michele, internacionalista.
Para la experta, Venezuela está siendo tomada como el ejemplo de lo
que no se debe hacer en política. Critica que el Gobierno nacional no
acepte el fracaso de su modelo, pero lo más grave aún es que no acepte
ayuda internacional, por lo que el país no puede recibir ni una “curita”
si ni el mismo Estado la quiere.
También advierte que la cosa en el mundo está delicada. La relación
de Estados Unidos con Corea del Norte se tensa. Cree que podría estallar
una guerra en cualquier momento.
¿Hay algún mecanismo internacional que permita general el cambio del Gobierno venezolano?
No. El cambio del gobierno debe venir únicamente por vías internas y
constitucionales. La presión de la comunidad internacional es necesaria,
pero no suficiente por sí sola, la comunidad lo que hace es acorralar
al Estado y lo obliga a asentarse en una mesa de negociación con la
oposición para buscarle una solución a los problemas, pero la comunidad
internacional no puede por ninguna forma forzar un cambio en Venezuela.
¿Qué busca el Gobierno y la oposición afuera?
Al hablar de Venezuela en el contexto internacional obliga a hacer
una división, entre Gobierno y oposición, porque la oposición ha venido
desarrollando una política exterior con unos objetivos trazados que nada
se parece a la política exterior del Gobierno. El Estado está tratando
de mejorar su imagen, está tratando de minimizar el impacto de la
política de la oposición en el extranjero. La oposición está tratando de
deslegitimar cada vez más al Gobierno poniendo en evidencia los errores
y las omisiones que ha cometido en el ejercicio del poder.
La oposición está muy apoyada en la distinción de la legitimidad de
origen y legitimidad de desempeño. Se han encargado de hacer ver que
este gobierno ha perdido la legitimidad de desempeño desde hace tiempo
atrás. La ha perdido por varias razones: porque no ha sido capaz de
darle respuesta satisfactoria a las necesidades básicas de la población
venezolana y por las reiteradas violaciones a los derechos humanos.
Además, ha puesto en manifiesto con el incumplimiento de tratados
internacionales.
¿Qué papel tiene actualmente la Organización de los Estados
Americanos (OEA) y cómo ha influenciado su secretario general, Luis
Almagro?
La OEA fue cread apara proteger los gobierno y para garantizar la
cooperación entre los gobiernos, no fue creada para vulnerar los
gobierno. Eso ha sido parte de los problemas para conseguir un voto de
censura contra el gobierno venezolano.
Almagro pareciera que hizo un punto de honor el tema de Venezuela.
Parece que se lo tomado de manera personal, pero si vemos el secretario
general está cumpliendo con sus funciones de acuerdo con lo que le
corresponde. Nada de lo que ha hecho está fuera de sus competencias.
Quizás la forma, el verbo que ha utilizado, el lenguaje, evidencian
que hay demasiada pasión y hace que pareciera que ha perdido la
objetividad, pero no ha sido así. Lo que sí me llamó poderosamente la
atención es la organización de las audiencias para preparar un informe
que permita reunir evidencias que demuestren que en Venezuela ha habido
crímenes de lesa humanidad, es la primera vez que sucede en la OEA. Eso
no está en ninguna parte contemplado en el papel del secretario general
de la OEA.
¿Qué influencia tienen las sanciones de Estados Unidos a funcionarios venezolanos?
La sanciones lo único que hacen es presionar y poner en evidencia que
es un gobierno forajido. Cuando eso pasa, que hay altos funcionarios
del gobiernos sancionados por corrupción, narcotráfico y otros por
atentar contra la democracia, se tiene que es un gobierno al margen de
la ley, porque quienes lo integran están al margen de la ley.
La oposición plantea la necesidad de abrir un canal humanitario, pero el Gobierno dice que no es necesario.
¿Se puede recibir ayuda desde afuera si el Estado se niega?
No es posible. La ayuda humanitaria es una figura
que está en el derecho internacional, que está contemplada en materia de
cooperación entre los estados, pero no se puede materializar si el
estado receptor no la solicita y, en el peor de los escenarios, si no
está dispuesto a recibirla.
El Gobierno se niega por dos razones: la primera es que aceptar una
ayuda humanitaria es admitir que existe una crisis, y afirmar que existe
es una demostración total y absoluta de fracaso, porque un país que
estuvo más de 6 años con unos ingresos petroleros como nunca antes en su
historia no se justifica que tenga la situación por la que estamos
pasando. Son unos pésimos administradores.
Por otra parte, existe el convencimiento en algunos sectores del
Gobierno de que la ayuda humanitaria es una suerte de injerencia en los
asuntos internos. Hay quienes creen que la entrada de la ayuda
humanitaria supone la injerencia directa y efectiva en el territorio
nacional.
El Gobierno tiene rato -desde que cayeron los precios del crudo-
hablando de una guerra económica, y tratando de responsabilizar a entes
externos del Gobierno de la crisis que estamos viviendo, y esa evasión
de la responsabilidad es la ha venido utilizando en su estrategia de
victimización.
El Estado no ha dado ninguna manifestación de la gravedad del
problema, de la gravedad de un proceso económico fracasado, del fracaso
de una ideología policía, de la revolución, y mucho menos ha manifestado
su voluntad de rectificación, y eso es grave.
También ha denunciado la posible intervención extranjera. ¿Puede pasar en pleno siglo XXI
Lo veo muy difícil, pero las intervenciones siempre se pueden dar,
solo hace falta que exista la contingencia, las armas y la voluntad
política.
Las dos primeras las tienen, pero no creo que exista voluntad. Cuando
se toman estas decisiones se basan en un modelo racional: beneficio,
costo y riesgo. Supongamos que el invasor es EEUU.
¿Qué beneficio podría obtener invadiendo Venezuela? ¿Acabar
con el gobierno de Nicolás Maduro?, pero el costo y el riesgo son
sumamente altos.
El costo será perder toda la entrada que ha logrado en América
Latina. EEUU ha estado muchos años al margen y ahora se reposicionó, por
lo que una acción de este tipo inmediatamente revertiría su presencia
en América.
El riego es que los simpatizantes de la Revolución Bolivariana se
radicalicen, y no solo en Venezuela, sino en América, hay seguidores en
todos países como Bolivia, Argentina, Brasil, Ecuador y Nicaragua.
Entonces, una acción de ese tipo lo que haría es revitalizar a todos
esos movimientos y se le volvería América Latina un polvorín. No lo veo
factible.
¿Cómo ve la relación de Venezuela con Cuba?
Cuba pareciera identificarse con el gobierno venezolano, pero yo
tengo mis dudas. Ellos están manejando una agenda propia. Estoy casi
segura que si en este momento pones a Cuba a escoger entre priorizar su
relación con EEUU o su relación con Venezuela, va a elegir con EEUU.
El gobierno venezolano ha perdido fuerzas, hubo un momento en que era
un producto de exportación en toda América Latina y con éxito, porque
el modelo y el discurso de Hugo Chávez se posicionaron en toda la
región, pero eso viene en reversa.
Ya es un modelo de fracaso. En procesos electorales de afuera siempre
se usa el ejemplo de Venezuela como el peor riesgo frente a partidos de
izquierda. Somos lo que nadie quiere ser.
El presidente Nicolás Maduro influye menos que Chávez...
No influye. No tiene carisma ni la capacidad
argumentativa, ni la oratoria, ni los recursos económicos. Maduro le ha
tocado una Venezuela con bajos precios del crudo, con un Donald Trump
que ha aplicado unas características muy particulares con la relación
con América Latina, con una oposición más articulada y con sus objetivos
políticos más claros. Le ha tocado gobernar en una coyuntura muy
diferente.
Hablando de Donald Trump, ¿qué opina del reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel?
Me parece que es una provocación innecesaria. Trump está enfrascado
en su confrontación con el mundo árabe y ha perdido un poco la
perspectiva. Hizo una oferta en su campaña electoral a la población
judía que vive en EEUU, dijo que iba a reconocer Jerusalén como la
capital de Israel, eso sedujo a la gente y le hizo ganar un número
importante de votos. Ahora está honrando el compromiso, pero a un costo
sumamente alto.
¿Cuál es el beneficio que persigue? No lo veo, el costo y el riesgo son excesivamente altos.
Es probable que veamos a corto plazo una moderación, una forma sutil
de retractarse y diplomáticamente dejar el asunto. Es posible que se vea
una mudanza de la misión diplomática de Jerusalén, pero hay que
esperar, con Trump cualquier cosa puede pasar.
¿Las relaciones con Corea del Norte también han empeorado?
Cada vez están peor. Quizás la política de
confrontación -por llamarla de alguna manera- del presidente Trump ha
contribuido con eso, pero no quiero decir que el gobierno de Corea del
Norte haya obrado mucho a favor de la paz, ellos han sido muy
desafiantes, y el gobierno de EEUU no ha colaborado.
Varios países rechazan la posición de Corea del Norte, pero otros, con mucho poder, como Rusia, han sido tibios
La Rusia es tibia porque tiene relaciones comerciales importantes con
Corea del Norte y lo que menos quiere Rusia es ver una península
coreana completamente inclinada al modelo capitalista de EEUU. Rusia
ha apoyado iniciativas para sancionar a Corea del Norte en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidad, de alguna manera Rusia está
consciente que hay una perturbación en Corea del Norte.
Lo mismo pasa con Siria. Rusia sabe que Siria es una
perturbación y le ha ofrecido apoyo político y militar para combatir al
Estado Islámico, pero protege la permanencia en el poder de Bashar
al-Ásad, porque entre el gobierno hay una relación importante para los
intereses rusos.
Rusia está jugando su propio juego. Las relaciones internacionales se
tratan de eso, los estados no tienen hermanos ni amigos, tienen
intereses, cuando los intereses coinciden hay relaciones de cooperación
extraordinarias, pero cuando divergen cada uno trata de defender su
propio interés.
Ante este panorama, ¿es posible una guerra mundial?
Sí. Quisiera decir que no, pero lamentablemente lo es. Estamos viendo
posiciones muy radicales con muy poco margen de negociación entre los
estados.
El terrorismo y Estado Islámico se han fortalecido
En terrorismo es un enemigo difuso que utiliza armas no
convencionales y es muy poco predecible. En el caso se Europa se está
dando el peligro que está pariendo sus propios terroristas. No se trata
de terroristas que llegan de otros países a cometer sus actos, son
individuos que nacieron en las propias naciones europeas.
El Estado Islámico tiene una capacidad increíble. Sigue creciendo y
hoy en día usa lar herramientas modernas, hasta captan a sus militantes
por internet. Estado Islámico se ha nutrido de Al Qaeda, se va
perfeccionando, tiene mayor capacidad de fuego, más militancia, más
alcance y objetivos más ambiciosos. Lo que quiere decir que la guerra
contra el terrorismo, que se desató en septiembre de 2001, luego de los
atentados, la está perdiendo occidente (Europa y EEUU).
El año que viene es el Mundial de Fútbol en Rusia, ¿es un escenario para el terrorismo?
Todo escenario donde haya una gran concentración de personas es
interesante para el terrorismo. El terrorismo busca un fin político,
aunque yo ya no estoy tan segura de eso. Busca generar terror en la
especie humana. Busca notoriedad, mientas más dramática sea la escena
más publicidad va a tener.
Fotos: Jacob Atircopy Osorio
2017-12-09
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