Estados Unidos denunció este viernes las “pésimas condiciones
humanitarias” que padece el pueblo venezolano y advirtió de que no
levantará las sanciones que pesan sobre el país si el presidente Nicolás
Maduro no restaura el “orden constitucional”, reseñó EFE.
“Seguimos muy preocupados porque el pueblo venezolano experimenta
pésimas condiciones humanitarias, incluida la falta de comida asequible y
medicinas vitales, suministros médicos, malnutrición y un aumento de
los casos de malaria, entre otras duras realidades”, afirmó la portavoz
del Departamento de Estado, Heather Nauert.
En un comunicado emitido en Washington, Nauert subrayó que EE.UU.
apoya al pueblo venezolano y “sus esfuerzos para resolver la crisis
económica, política y humanitaria que afronta su país”.
Según la portavoz, EE.UU. tiene en la región suministros de
emergencia y está “listo” para abastecer de comida a las poblaciones
afectadas.
“Estos suministros -remarcó- podrían estar disponibles inmediatamente
si el Gobierno de Venezuela aceptara asistencia humanitaria
internacional”.
“Repetimos nuestro llamamiento al régimen de Maduro para dejar de
negar las necesidades de su pueblo y permitir que le llegue la ayuda de
la comunidad internacional”, insistió Nauert.
También recordó que las sanciones impuestas contra el Gobierno
venezolano permiten a los estadounidenses aportar comida, medicina y
otro material de ayuda humanitaria a los venezolanos.
“Las sanciones de EE.UU. no están dirigidas al pueblo de Venezuela.
Las sanciones no tienen que ser permanentes. Nuestras sanciones pueden
ajustarse para aquellos que apoyan el retorno de Venezuela a la senda
democrática y constitucional”, apuntó Nauert.
Sin embargo, puntualizó, “medidas adicionales siguen bajo activa consideración”.
Si Maduro quiere el levantamiento de las sanciones, advirtió, “debe
actuar para restaurar la democracia y el orden constitucional en
Venezuela”.
“El futuro de las sanciones de EE.UU. depende de las decisiones y las acciones del régimen de Maduro”, zanjó la portavoz.
Las declaraciones de Nauert contrastan con las del experto
independiente de la ONU sobre promoción de un orden internacional
democrático y equitativo, Alfred de Zayas, quien aseguró la semana
pasada en Quito que hablar de una “crisis humanitaria” en Venezuela es
excesivo, pero admitió que hay problemas de violencia y escasez.
Venezuela cerrará el año en un escenario de hiperinflación, una
advertencia de suspensión de pagos, un dólar paralelo disparado y
decenas de comercios quebrados.
Los críticos achacan al Gobierno de Maduro el caos económico que ha
derivado en el colapso político y en problemas sociales tan importantes
como el aumento de niños desnutridos, hospitales en ruinas y personas
que hurgan en la basura para comer.
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