Opositores exiliados de Venezuela
María José Martínez martinezmarijo@gmail.com
La celebración de la Navidad se volvió un recuerdo difuso para los venezolanos, que hoy se concentran en hallar comida. Atrás quedó la tradición de hacer hallacas, comprar regalos, buscar los “estrenos” e incluso el esperado Niño Jesús para los más pequeños. Reunirse en familia, y amigos, también solo es posible en la memoria o para los mas privilegiados.
Estas navidades serán, para algunos, las primeras o una nueva más,
que muchas familias venezolanas vivirán separadas por la diáspora. La
ausencia del núcleo familiar o la imposibilidad de cumplir ciertas
costumbres afectan a más de dos millones de venezolanos que migraron
como consecuencia de la crisis, de acuerdo con la última actualización
del primer informe global sobre la migración venezolana, dirigido por el
sociólogo Tomás López, coordinador de La Voz de la diáspora venezolana.
Una realidad de la que tampoco escapan dirigentes o miembros de la
disidencia, quienes salieron en búsqueda de libertad. Este es el caso de
los políticos exiliados, que también viven su particular "duelo" por
estas fechas. Entre ellos, al menos siete autoridades electas por voto
popular.
Ramón Muchacho: “Nos arrancaron del país”
En los últimos cuatro años, Ramón Muchacho pasó sus navidades en la emblemática Plaza Altamira, en el municipio Chacao. Este año será diferente. Lo hará como exalcalde de Primero Justicia, que fue elegido para el período 2013-2017 y como miembro del nuevo exilio venezolano en los Estados Unidos, donde llegó meses antes de culminar su mandato.
Muchacho abandonó el cargo, tras una sentencia del Tribunal Supremo
de Justicia que lo destituyó y ordenó su encarcelamiento por no evitar
el cierre de vías durante manifestaciones en contra del gobierno.
“Antes disfrutamos una programación cultural diversa y en la que
ningún niño se quedaba sin juguete. Ahora no hay ni presupuesto para
pagar salarios. Chacao, como otras alcaldías, intenta sobrevivir sin
recursos”, expresó Muchacho, quien desde agosto se encuentra en Miami,
Florida.
“Se extraña el país, las tradiciones (…) hasta la música. Aquí no soy
alcalde, soy como cualquier venezolano que empieza su vida otra vez y
que, al principio, si no tienes papeles y no puedes producir, vives de
tus ahorros o endeudado para mantenerte hasta tener trabajo”.
Aunque no es fácil, el exalcalde se enfoca en lo positivo y agradece
estar en libertad junto a su familia, con quien planea continuar las
tradiciones de la época.
“Algunos no tienen la misma suerte como Alfredo Ramos (alcalde del
municipio Iribarren, preso desde finales de julio). Incluso es probable
que para la cena del 24 aquí haya más hallacas que en Venezuela ante la
grave crisis que se vive. Por eso seguiremos insistiendo que haya un
cambio y que se entienda que la situación obliga a manejar todas las
opciones sobre la mesa. El diálogo no es suficiente”.
Gustavo Marcano: En el exilio no se viven tan libre o feliz como se piensa
El exalcalde del municipio Diego Bautista Urbaneja, en Anzoátegui, Gustavo Marcano, recuerda cómo hace un año planeaba la recolección de juguetes y entrega pan de jamón a sectores populares.
“Eran tradiciones que se hacían en la alcaldía desde hace 12 años,
pero que ya no se preservan, uno piensa a cuántas familias le hará falta
eso en la actualidad”. Pero Lecherías, como él y el resto del país,
tampoco es el mismo.
Hoy Marcano, a sus 38 años y miembro de Primero
Justicia, es un ciudadano recién llegado a tierras extranjeras que
empieza su vida desde cero, a cinco meses de haber salido de Venezuela
cuando el Tribunal Supremo de Justicia ordenó destituirlo y detenerlo en
el Sebin, por no impedir protestas antigubernamentales en su municipio.
“La gente piensa que en el exilio se tiene todo resuelto. Nadie está
preparado para esto (…) no estamos ni plenamente libres ni plenamente
felices. Tomamos la decisión de partir para no estar en la cárcel como
el alcalde Alfredo Ramos, pero lo que queremos es estar en nuestro
país”.
Por los momentos, Marcano, quien empezó en la política a los 24 años,
se encuentra sin estatus legal definitorio y sin un empleo formal.
“Es comenzar tu vida de nuevo, replantearte tu oficio como abogado y
más, cuando eres especialista en políticas públicas de tu país, porque
no tienes el mismo campo de trabajo”.
Mientras, su familia y amigos continúan siendo objeto de persecución,
dice. Sin embargo, desde el exilio Marcano es un activista permanente
de la oposición en los Estados Unidos “Mi mayor deseo es reconquistar la democracia y la libertad”.
Warner Jiménez: Son las peores navidades que han tenido los venezolanos
Estas serán las segundas navidades que el exalcalde de Maturín, Warner Jiménez, lo pasara fuera de la ciudad de que lo vio crecer.
“Es muy duro volver a estar sin tu familia. Lo que más duele es ver
que son las peores navidades que han tenido los venezolanos”.
Jiménez salió de Venezuela en agosto de 2016 cuando se ordenó su
detención, mientras allanaban la sede de su alcaldía y de su hogar.
“Fue una decisión forzada. Estamos aquí en contra de nuestra
voluntad, porque hay una orden de captura. Yo no salí buscando una
mejora de vida, lo hice para no terminar preso como el alcalde Alfredo
Ramos”.
Como muchos venezolanos que dejaron el país, el exalcalde, de 49
años, es también un inmigrante. Sus problemas se asemejan a los de las
comunidades hispanas en los Estados Unidos.
“En el exilio no llevamos una vida fácil. Mi casa y mi vida se
quedaron en Venezuela. Aquí trabajo como cualquier inmigrante. He hecho
reparaciones, he pintado casas y también mudanzas, porque tengo que
mantener a mi familia. Aunque la gente no lo crea, las cosas no son
mejores por estar afuera”, cuenta al recordar que esta Navidad será para
él, otro día más de trabajo.
Cuatro años después de ganar la alcaldía de Maturín por Voluntad Popular, en Monagas,
el ingeniero y empresario mantiene la lucha política en el exilio, en
búsqueda de apoyo para un cambio político en Venezuela, a pesar de que
su familia aún es perseguida, según denuncia.
“Sigo llevando Voluntad Popular en Monagas. No es fácil
desvincularse. Desde que salí me ha tocado enviar ayuda, no solo a mi
familia, también a los presos políticos”.
Carlos Vecchio: "Es una época que te marca"
La llegada de una nueva Navidad fuera de Venezuela es el recordatorio más vivo de que el exilio se prolonga más, asegura Carlos Vecchio, el dirigente de Voluntad Popular, asilado en Estados Unidos desde 2014.
Al abogado, de 48 años, que se formó en la educación pública y
reconvertido ahora en docente y en comerciante, el mes de diciembre le
hace recordar la situación de los presos políticos. También, la de su familia que, como otros, viven el drama por la escasez.
“Estar aquí es estar forzado a un lugar donde no quieres estar,
aunque estés libre, es estar preso del alma. Es una época que te marca,
pues, aunque extrañas tus tradiciones, nada se compara con el dolor que
está padeciendo el pueblo sin comida ni medicinas”.
La nostalgia le evocan sus navidades en Carite (Monagas) “con todos mis seres queridos”.
“Este año al menos voy a tener a mis padres conmigo. Ese es el regalo
que me dio mi hermano, que vive aquí desde hace más de 20 años”.
Y es que no se trata del “exilio dorado” que muchos podrían pensar,
ya que la lejanía siempre pesa, y sobre todo en días tan especiales como
estos. “Ningún otro país te da lo que te da tu país. Ha sido duro,
porque después de la cárcel, lo peor es el destierro”, argumenta
Vecchio, quien prepara un libro para 2018.
“Estoy tratando de ser útil desde afuera. Tratar de sumar para lograr
un cambio político en Venezuela y rescatar una dirigencia unida. El
compromiso es mucho mayor desde que llegue porque el dolor hoy es más
duro”, agrega Vecchio, quien continúa impulsando medidas y
sancionatorias contra el gobierno.
Estas
serán las segundas navidades que el exalcalde de Maturín, Warner
Jiménez, lo pasara fuera de la ciudad de que lo vio crecer.
“Es muy duro volver a estar sin tu familia. Lo que más duele es ver
que son las peores navidades que han tenido los venezolanos”.
Jiménez salió de Venezuela en agosto de 2016 cuando se ordenó su
detención, mientras allanaban la sede de su alcaldía y de su hogar.
“Fue una decisión forzada. Estamos aquí en contra de nuestra
voluntad, porque hay una orden de captura. Yo no salí buscando una
mejora de vida, lo hice para no terminar preso como el alcalde Alfredo Ramos”. |
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