Por primera vez, luego de 3 años de
crisis, se paralizan las unidades de diálisis en forma masiva. Hasta
ayer, 32 de los 129 centros de hemodiálisis distribuidos en todo el
país, dejaron de prestar el servicio a pacientes renales en los estados
Guárico, Lara, Portuguesa, Barinas, Zulia, Táchira, Mérida, Aragua,
Anzoátegui, Apure, Aragua, Miranda y Distrito Capital, debido a que se
les agotó el inventario para garantizar la terapia que suplanta el
funcionamiento de sus riñones.
Desde el 22 de enero, en el
Ministerio para la Salud se tenía conocimiento de que los insumos para
poder dializar a 15.000 pacientes renales se agotarían, pero solo hasta
hace 2 días el gobierno aprobó 12,3 millones de euros para comprar los
materiales esenciales para diálisis, hemoderivados y reactivos para
bancos de sangre, aseguraron médicos del área. Ayer se despachó la orden
de importación de los insumos que garantizan la terapia que cada
paciente debe hacerse 3 veces por semana. Los profesionales de la salud
refirieron que si la carga se trae por avión, que es la forma más
rápida, tardará 3 días en llegar, es decir, el mismo tiempo que, en
promedio, tiene un paciente renal para sobrevivir sin diálisis, si no
tiene capacidad para orinar. Pero si los insumos los traen en barco,
tardarán 10 días en ser recibidos.
En el estado Lara, 4 de los 6 centros
de diálisis que atienden a 1.300 enfermos renales están cerrados desde
la semana pasada. Desde el lunes, los pacientes, junto con los
trasplantados que no cuentan con medicamentos para conservar sus
riñones, han acudido a la Defensoría del Pueblo y a la Gobernación para
rogar por atención.
La paciente trasplantada Jacqueline
Pérez lloraba ayer en su casa, en Barquisimeto, luego de haber vendido
muebles y electrodomésticos, y constatar que con el monto obtenido solo
podía comprar en Cúcuta una caja del inmunosupresor para no perder su
órgano. Sufría también por compañeros suyos que tenían los pulmones
llenos de líquido por falta de diálisis.
“Hay dos personas hospitalizadas y
las demás me llaman asustadas porque tienen miedo de morir. Esto podría
ser una mortandad”, afirmó Pérez, quien es activista de la ONG
Trasplantados de Venezuela, luego de que el secretario de la gobernadora
Carmen Meléndez, atendió a los pacientes de esa entidad.
Mientras Pérez atendía las llamadas
en la tarde, Alicia Palma, madre de otra paciente renal, pedía ayuda en
el Hospital Domingo Luciani de El Llanito, en Caracas, porque a su hija,
de 31 años de edad, no la habían dializado desde el viernes pasado. En
la capital del país, cuatro unidades de diálisis ya cerraron sus
puertas. “Me dicen en este hospital que me pueden ayudar solo por hoy
(ayer) y los médicos me preguntan qué haré luego. Yo solo les respondo
que Dios tiene que ser misericordioso y ayudarnos”.
“Sentenciaron a los pacientes”
Francisco Valencia, presidente de la
Coalición de Organizaciones por la Defensa del Derecho a la Salud y a la
Vida, reiteró que la ONG advirtió que este año sería devastador en
materia de salud, si no se asumían medidas urgentes. “El gobierno
insiste en afirmar que aquí no pasa nada y que tiene capacidad de
respuesta. El cierre de las unidades de diálisis es el ejemplo de la
desgracia que estamos viviendo. El gobierno sentenció a los pacientes
crónicos”, denunció.
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