La Academia Nacional de Ciencias
Económicas advierte que “ante la desidia puesta de manifiesto por
quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones en materia
económica mientras se deterioran aceleradamente las condiciones de vida
del venezolano”, se pone en evidencia que “se persiguen objetivos que
responden a intereses divorciados de la misión básica que debe tener
todo gobierno, que es la de mejorar el bienestar de su población”.
Los académicos sostienen, en un
comunicado, que es “imperdonable que ante la dimensión de la tragedia
que embarga a los venezolanos” ninguna medida económica de importancia
haya sido tomada en la dirección adecuada. “El gobierno parece
conformarse con los incrementos por decreto del salario mínimo y el
reparto de comida subsidiada que apenas llega a una parte de la
población, para atender estas penurias”.
La institución denuncia “la
responsabilidad central del gobierno encabezado por Nicolás Maduro en la
terrible situación que hoy atraviesan los venezolanos”. Sin embargo,
afirma que Venezuela tiene con qué salir adelante. “La renuencia a tomar
las medidas para que ello ocurra solo consigue explicación en la
prosecución de objetivos políticos subalternos de quienes hoy dirigen el
Estado, con consecuencias funestas para la población. Que las políticas
del gobierno obedezcan a fines contrarios al interés nacional es
absolutamente inaceptable”.
Los académicos recuerdan que a
principios de enero más de 100 economistas, entre ellos integrantes de
la institución, firmaron laCarta abierta al presidente Nicolás Maduro,
en la que expusieron el deterioro económico del país basado en el
informe que el gobierno entregó a la Comisión de Bolsa y Valores de
Estados Unidos, en cifras del Banco Central de Venezuela con respecto a
la expansión de los agregados monetarios y a los cálculos de la
inflación elaborados por la Comisión Permanente de Economía y Finanzas
de la Asamblea Nacional.
“Durante el ejercicio de la
presidencia de Nicolás Maduro se ha producido una caída de más de un
tercio en el ingreso por habitante, el colapso de las inversiones y una
hiperinflación desatada por los elevados y reiterados déficits públicos,
financiados con emisión de dinero sin respaldo por parte del BCV”,
indican.
Desde 2006 ha habido un “abultado
servicio de la deuda externa contraída por el sector público que ha
impedido atender las importaciones que se requieren”. También mencionan
el colapso de Petróleos de Venezuela, reflejado en la caída de la
capacidad de producción y refinación. Además, refieren que los mercados
de crédito internacionales cerrados y el estado de default selectivo han
generado que el sector externo de Venezuela se encuentre
“estrangulado”.
“Se ha producido un empobrecimiento
acelerado de la población, que cobra un número creciente de vidas por
inanición y por las secuelas que acarrea la severa desnutrición, así
como la falta de medicamentos y el deterioro de los hospitales, en la
salud del venezolano”.
La academia afirma que las
condiciones de vida del venezolano “van a empeorar todavía más de no
adoptarse cuanto antes medidas que abatan la hiperinflación, unifiquen
el tipo de cambio y liberen al aparato productivo de los controles que
lo asfixian”.
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