El secretario de Estado de los
Estados Unidos, Rex Tillerson, realizó una gira por varios países de
Latinoamérica para evaluar las consecuencias de aplicar sanciones a la
principal empresa estatal del país, Petróleos de Venezuela (Pdvsa). De
tomar estas acciones, el país estadounidense cumpliría su promesa de
“seguir presionando” al gobierno nacional para restaurar el hilo
democrático.
Tillerson y el canciller Argentino,
Jorge Faurie, acordaron estudiar la aplicación de las sanciones
petroleras; sin embargo, México expresó su negativa a apoyar este tipo
de medidas.
“México no va a imponer sanciones
petroleras en ningún país y externamos preocupación por la repercusión
que podrían tener sanciones petroleras sobre la población venezolana y
otros países, principalmente del área del Caribe”, dijo en rueda de
prensa el titular de la Secretaría de Energía de México, Pedro Joaquín
Coldwell.
Coldwell fijó posición luego de que Tillerson acordara con Canadá y su país evaluar el impacto de posibles sanciones petroleras.
“Vamos a formar un grupo de trabajo
muy pequeño, muy enfocado en ver qué podemos hacer para mitigar una
decisión como esa si decidimos tomarla”, dijo el político estadounidense
en una rueda de prensa.
Posible escenario de inestabilidad
Expertos aseguran que el impacto de
unas sanciones en contra de Pdvsa pueden ser negativas, porque la
estatal se encuentra paralizada internamente por falta de equipos y
otros productos para funcionar.
Iván Freites, secretario general del sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos del estado Falcón, indicó a El Nacional Web que el gobierno se ha manejado muy mal en el ámbito internacional, a propósito de las sanciones económicas y Pdvsa.
“Eso puede acarrear situaciones muy
complicadas. Estamos viendo cómo ha parado la producción y las plantas,
no solo por los incendios y la falta de crudo. Hay que buscarle una
solución a ese problema porque se paralizaría el país. Nosotros
dependemos de las importaciones de Estados Unidos”, indicó.
Las refinerías de Pdvsa se encuentran en un escenario complicado / Foto EFE
Freites indicó que refinerías como
Amuay, que tenían sus plantas catalíticas en servicios, tuvieron que
pararse porque no hay los químicos para que funcionen: debido a la
dificultad para importar los productos necesarios por las actuales
sanciones.
El economista Luis Oliveros explicó
que las sanciones que se puedan aplicar en el ámbito petrolero pueden
ser paulatinas, dependiendo de las acciones que tome el gobierno. Indicó
que el escenario más drástico sería dejar de comprar petróleo.
“Se puede prohibir la venta de
petróleo en dólares, restringir la compra de aditivos químicos e incluso
dejar de comprar petróleo Venezolano. Uno de los impactos puede ser el
abastecimiento de gasolina mientras el país busca un sustituto”, dijo.
De acuerdo con la Agencia de
Información de Energía (EIA) de Estados Unidos, Venezuela importó en
noviembre de 2017, del país norteamericano, 565.000 barriles de gasolina
para abastecer el mercado interno. En 2016 la cifra alcanzó 1.091.000
barriles mensuales.
Pdvsa tendría que buscar nuevos aliados, pero perdería uno importante
Uno de los problemas que enfrenta la
Pdvsa frente a un escenario de embargo, por parte de Estados Unidos, es
la pérdida de un cliente cercano e importante, presente desde los
inicios petroleros de la nación.
Los aliados más importantes que tiene
Venezuela para vender su petróleo en caso de que Estados Unidos deje de
comprarlo son Rusia, China e India. Sin embargo, la mayoría del crudo
que se envía a estos países se destina al pago de deudas que ha
adquirido el Estado venezolano durante los últimos años.
Asdrúbal Oliveros sostiene que
conseguir otros clientes no es tan fácil, porque el mercado petrolero no
es igual a otros. En primer lugar, habría que ajustar las refinerías
para que reciban el crudo venezolano, a fin de que soporten los químicos
y otros elementos que conforman el petróleo.
Históricamente, Venezuela y Estados Unidos han sido aliados comerciales petroleros / Foto referencial
“El tipo de petróleo que se vende,
los grados de azufre y la composición química afecta mucho a la hora de
comprarlo, porque tiene impacto en las refinerías que van a
procesarlo. Cualquier país no puede adquirirlo si sus plantas de
procesamiento no tienen las adecuaciones necesarias. Algunos países
pueden pedir incluso descuentos y aprovecharse de la situación”,
explicó.
Otro de los conflictos se presentaría
con la filial de Pdvsa en Estados Unidos Citgo, puesto que si se
prohíbe la compra de petróleo venezolano en Estados Unidos, la empresa
tendría que acudir a otro mercado para seguir en funciones.
“Los inversionistas de afuera tienen
gran preocupación por Citgo, porque es un activo embargable por los
tenedores de bonos. La empresa seguiría funcionando sin problemas pero
es un activo embargable por los bonistas. El gobierno tendría una excusa
perfecta para decirle a los bonistas que no puede pagar porque estados
unidos los persigue”, agregó.
Efectos en la región
La decisión que tomen los políticos
de los tres países puede ser determinante para tratados como el de
Petrocaribe, en el que Venezuela le surte una cantidad de barriles de
petróleo a varios países e islas del Caribe a precios muy económicos y
con flexibilidad en los pagos. Hecho que le ha permitido a varias de
estas naciones tener combustibles más baratos como, por ejemplo, la
gasolina.
El economista y experto en asuntos
petroleros Luis Oliveros explicó que en principio las sanciones podrían
no afectar a los países de Petrocaribe, en caso de que solo se prohíba
la venta de petróleo estadounidense. “Si en principio es así, Venezuela
le podría seguir vendiendo petróleo a los países del Caribe sin
problemas”, dijo a El Nacional Web.
Petrocaribe es uno de los principales programas de venta petrolera a bajo costo que tiene venezuela / foto EFE
Asdrúbal Oliveros, por su parte,
sostiene que los envíos de Venezuela a los países que conforman
Petrocaribe se han reducido con el paso de los años. Agregó que en su
mejor momento llegaron a sumar los 350.000 barriles diarios; sin
embargo, esa cifra se encuentra aproximadamente entre 140.000 y 150.000
barriles diarios.
“Estos países (México, EE UU y
Canadá) están buscando quiénes pueden ser las naciones más afectadas,
para hacer un plan de contingencia ante cualquier escenario. Estados
Unidos como potencia y líder regional descuidó muchísimo la región
latinoamericana y la influencia de Venezuela en el ámbito energético
creció. Sin embargo, ahora la situación es distinta porque EE UU aumentó
su producción y ya no es tan dependiente del petróleo extranjero: por
lo que podría ayudar a estos países junto con México y Canadá”, Explicó
Oliveros.
Más crisis
Los tres expertos coinciden en que un
eventual embargo petrolero a la industria petrolera venezolana solo
aumentaría la escasez de divisas y, por ende, la falta de alimentos y
medicinas en el país.
“La hiperinflación va a seguir
retroalimentándose. El escenario es bastante negativo y la situación
económica va a seguir empeorando”, indicó Luis Oliveros.
Asdrúbal Oliveros acotó que en un
escenario de sanciones agresivas, la recesión sería mucho mayor a 15%,
porcentaje anunciado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Hay
que ver la manera en la que el gobierno enfrente esa tensión social.
Para las personas más vulnerables su situación se va a seguir agravando.
Venezuela ya se convierte no solo en un problema para los venezolanos
si no en un foco de conflicto regional”, sentenció.
La escasez de alimentos y medicinas empeoraría en el país / Foto EFE
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