Los agentes de inteligencia militar llegaron a la sede del Batallón Ayala, ubicado en el estratégico Fuerte Tiuna de Caracas, y se encontraron con que los vehículos blindados de fabricación rusa, BTR, estaban listos para la acción; cargados con municiones, en violación del reglamento. El comandante del batallón fue arrestado y ahora enfrenta cargos de traición junto con otros cinco tenientes coroneles.
Por Antonio María Delgado / El Nuevo Herald
Esa misma tarde del viernes 2 de marzo, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, se presentó apresuradamente en la Academia Militar, ubicada en el mismo fuerte, y ordenó que se les diera permiso para salir de inmediato al mayor número de cadetes posible, en esencia vaciando la instalación. La extraordinaria acción obedeció a temores de que había una insurrección en ciernes, dijeron fuentes militares a el Nuevo Herald.
Estas son solo las más recientes señales que apuntan a que Maduro está perdiendo la lealtad de las fuerzas armadas, en medio de un colapso económico que está llevando a los soldados a pasar hambre y la posibilidad de sanciones económicas y de eventuales juicios por violaciones a los derechos humanos que enfrentan sus coroneles, generales y almirantes.
Las señales emitidas recientemente por Washington, en el sentido de que vería con buenos ojos un golpe militar para poner fin a un régimen autoritario vinculado al narcotráfico, también están incrementando la incertidumbre que estremece al estamento militar.
Pero las sanciones son el factor que ejerce el mayor impacto sobre la lealtad militar, opinó desde Caracas la analista Rocío San Miguel, abogada y presidente de la ONG Control Ciudadano.
“Las sanciones están haciendo mella en la incertidumbre, en el desasosiego que se plantea esta gente, afectando incluso al generalato y al almirantazgo. ¿Hasta donde es capaz esta gente de mantenerse sumisa y leal a la revolución cuando las sanciones podrían incrementarse aún más en un corto plazo?”, preguntó San Miguel, una de las más respetadas autoridades sobre el sector militar venezolano.
Las sanciones, que han comenzado a ser imitadas por Canadá y Europa, congelan las cuentas en el exterior de los sancionados y cancelan sus visas para viajar a los países que las han adoptado.
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