La medida de reconversión monetaria
anunciada el jueves por el presidente Nicolás Maduro, que le resta tres
ceros al bolívar, ahora denominado “soberano”, no detendrá el proceso
hiperinflacionario, sostuvieron economistas. El país volverá a estrenar
billetes y monedas a partir del 4 en junio, 18 meses después de lanzar
un cono monetario carcomido por el alza desmesurada de los precios.
“Con una inflación de 50% mensual, el
nuevo billete de 500 bolívares -ahora el de mayor denominación- tendrá
un valor cero en poco tiempo”, afirmó José Guerra, integrante de la
Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional.
El diputado y economista advirtió que
ninguna reconversión monetaria exitosa puede empezar sin tener primero
medidas económicas que garanticen que esos nuevos billetes van a tener
valor adquisitivo. “Luego de un año y tres meses de su lanzamiento, el
cono monetario actual ya no sirve y si no se toman medidas dentro de un
año tendrán que anunciar otro cono monetario, y así sucesivamente hasta
que se resuelva el problema de la inflación”, aseveró.
La economista y catedrática de la
Universidad Central de Venezuela Sari Levy manifestó que la medida no
ataca el problema inflacionario y que “se deteriorará rápidamente” el
valor del nuevo cono monetario. Destacó que entre 2008 –cuando el
presidente Hugo Chávez también quitó 3 ceros al bolívar que rebautizó
como fuerte– y 2015 la inflación acumulada fue de 2.200%, el mismo
índice que se registró el año pasado. “El cono que entrará en vigencia
en junio lo va a carcomer rápidamente la inflación”, advirtió.
Además de eliminar los 3 ceros, el
mandatario informó que se implementará un nuevo cono monetario con
monedas de 0,50 y 1 bolívar, y billetes de 2, 5, 20, 50, 100, 200 y 500
bolívares. Alegó que la decisión era necesaria para defender el bolívar y
garantizar a la población las actividades comerciales y monetarias.
“El gobierno actúa una vez más de
forma irresponsable y no está ubicado en las prioridades de la población
para detener la hiperinflación. Con esta medida se agudizarán los
problemas de una economía dolarizada de hecho”, afirmó la economista y
ex ministra de Economía Popular, Oly Millán.
Deploró que en su intervención Maduro
destacara más el diseño de los billetes: “Esto evidencia su desconexión
con la realidad y las dificultades del pueblo que enfrenta el
incremento constante de los precios de los productos de primera
necesidad”.
Guerra resaltó que el gobierno “todo
lo ha hecho mal”, por lo que un lapso de dos meses es insuficiente para
que entre en circulación el nuevo cono. El parlamentario presentó a los
medios una tabla con el cronograma de la reconversión que Chávez
anunció en febrero de 2007. Sin embargo, las piezas comenzaron a
circular en octubre de 2008.
Calificó de despilfarro el gasto por
la emisión de monedas y billetes del cono, que no cubrirán la demanda de
efectivo de la población, de 20 millones de dólares, a razón de 7
céntimos de dólar cada pieza. Agregó que la Casa de la Moneda de Maracay
tiene dificultades para fabricar las piezas por lo que el gobierno
contactó a la estadounidense Crane para ese trabajo.
El parlamentario recomendó imprimir
el billete en papel bond 20, en vez del tradicional papel moneda, pues
en 4 meses estará de nuevo devaluado. De allí que considere
injustificado el dinero que se va a gastar en general. “El papel bond
hace poco atractiva la posibilidad de la falsificación porque el billete
no tiene poder adquisitivo, siendo esta una solución más económica para
el país”, dijo.
Guerra le propuso al gobierno, como
segunda opción para evitar el gasto que implica cambiar la moneda,
remarcar los billetes como lo hizo en su momento Nicaragua, mediante un
sello troquelado especial para que tengan un nuevo valor mientras se
toman otras medidas económicas para evitar que el dinero se devalúe tan
precipitadamente.
El economista destacó que además de
la premura y forma atropellada de instrumentación de la medida –elaborar
las monedas y billetes lleva su tiempo previo pago al fabricante– está
el problema de la puesta en circulación del dinero en los bancos y los
cajeros automáticos.
Explicó que el billete no solo tiene
que estar impreso, sino que también debe estar calibrado en los bancos
para poder usarse en los cajeros, lo que es difícil hacer en el lapso de
los dos meses fijado por el gobierno. Ante ello, alertó sobre la
posibilidad de un caos similar a lo ocurrido a finales de 2016, luego
del anuncio de la salida de circulación del billete de 100 bolívares
prorrogada de nuevo el jueves por el Ejecutivo.
Aseguró que la crisis actual de la
falta de efectivo se profundizará. “El principal problema con este
anuncio es que llegue junio y no tengamos ni los billetes viejos ni los
billetes nuevos porque el proceso para hacer el cambio del cono es
largo. No es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana”, insistió.
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