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jueves, 15 de marzo de 2018

Escasez de efectivo para pasajes obliga a ciudadanos a dejar actividades


Ciudadanos que viven en zonas alejadas de Caracas, o en las afueras, han comenzado a abandonar sus estudios y empleos por no contar con el suficiente dinero en efectivo para pagar las tarifas de transporte superficial.

Los afectados afirman sentir impotencia por tener el dinero que necesitan en sus cuentas bancarias y no poder utilizarlo. Alegan que se les hace “casi imposible” obtener dinero en efectivo en las taquillas de los bancos: ya que los cajeros automáticos solo dispensan billetes del antiguo cono monetario, insuficientes para pagar los pasajes.
El ausentismo laboral pasó de 13% a más de 40% este año en el sector público en comparación con 2017, así lo aseguró Servando Carbone, coordinador nacional de la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Público. El agremiado señaló que la razón principal es la falta de efectivo que poseen los trabajadores para movilizarse.
Los estudiantes no son la excepción. Muchos han abandonado sus estudios, incluso aquellos que están inscritos en universidades privadas. Al día deben invertir hasta 20.000 bolívares en efectivo, o más, tan solo para asistir a sus clases diarias.
Las taquillas de algunos bancos del país, como el Banco de Venezuela, solo entregan hasta 10.000 bolívares en efectivo por persona, pero no todos los días realizan estas transacciones.
Los bancos privados proporcionan efectivo pocas veces a la semana, en su mayoría dan un máximo de 20.000 bolívares. Por esta razón, la cantidad tope de papel moneda que entregan las entidades bancarias del país es insuficiente para pagar pasajes de transporte superficial.
Estudios en pausa
Alejandro Martínez, de 19 años y estudiante de la Universidad Santa María, gasta 10.000 bolívares en efectivo diarios entre su casa, en El Hatillo, y su universidad, en el municipio Sucre de Caracas. El joven de 4to semestre de Arquitectura decidió no inscribirse en el nuevo ciclo lectivo debido a que, según asegura, no tiene dinero para subir y bajar todos los días de su casa de estudios.
“El autobús que va de El Hatillo a Chacaíto cuesta Bs. 3.000, luego agarro el Metro hasta La California y ahí subo a la universidad por Bs. 2.000 . En total gasto Bs. 10.000 (…) Mi familia anda en el mismo problema que yo con el efectivo”, relató Alejandro.
Manuel Ramírez, de 22 años, estudiante de Comunicación Social de la misma alma máter, confesó que gasta hasta 20.000 bolívares en efectivo diarios desde su casa en El Morro, municipio Sucre, hasta su universidad.
“De El Morro a La California agarro un carrito por puesto que me cobra Bs. 8.000 por viaje. El autobús que me sube de La California a la universidad cobra Bs. 2.000; así que en total, ida y vuelta, estoy gastando Bs. 20.000 diarios. Mi mamá no puede ayudarme con darme efectivo, más bien yo trabajo en las tardes para ayudarla a ella”,  apuntó Ramírez. Destacó que “sobrevive” pidiendo prestado a sus compañeros, para luego pagarles con transferencias.
Aquiles Herrera, de 22 años, es estudiante de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), ubicada en Antímano, y vive en San Antonio de los Altos. Paga diariamente Bs. 17.600 ida y vuelta. El joven afirmó que “no está seguro” si se inscribirá para el nuevo periodo universitario, que inicia el 20 de marzo.
“La única manera de ir y venir de San Antonio es mediante una línea de autobuses en Plaza Venezuela. El pasaje está en Bs. 8.800 en efectivo. Es complicado porque los bancos no dan más de Bs. 10.000, eso solo me alcanza para bajar. Aquí en San Antonio solo hay dos sedes del banco que uso y los cajeros nunca tienen efectivo”, contó Aquiles. 
Pasaje estudiantil. Actualmente los autobuseros solo permiten un número limitado de pagos de pasaje estudiantil por cada viaje. Los transportistas no suelen aceptar que más de cinco personas paguen menos solo por ser estudiantes, aseguraron los jóvenes consultados.
“No puedo continuar trabajando”
Gustavo Borges, diseñador gráfico de 25 años, piensa en renunciar por tener que invertir 40.000 bolívares en pasajes cada semana. Vive en La Campiña y su trabajo queda en Chuao, municipio Baruta. Asegura que los cajeros de su banco “nunca tienen dinero”.
Borges gasta Bs. 2.000 en un bus para llegar de su casa a Chacaíto y otros Bs. 2.000 hasta su trabajo; en su regreso se repite el monto.
El joven reveló, en la encuesta realizada por El Nacional Web, que solicitó “a modo de ultimátum” el pago de 160.000 bolívares en efectivo a la empresa para la cual trabaja, para poder trasladarse.
“Ir a los cajeros o taquillas de mi banco (privado) es una perdedera de tiempo. Nunca tienen dinero. No es tanto por el costo del pasaje, sino porque en serio no hay billetes para pagar (...) Espero que mi jefa comprenda y podamos llegar a una solución”, explicó.                                                 
La “mafia” de los transportistas y los billetes
Debido a la escasez de billetes, algunos transportistas han aprovechado la situación para cambiar el dinero en efectivo que reciben en su trabajo por pagos en transferencias, con un porcentaje de interés que varía de 50% a 90%.
“Unos son más abusadores que otros”, afirmó Denise Sousa, quien ha contactado a estos trabajadores del volante vía Facebook, en grupos de comercio digital, para adquirir efectivo. A otros los conoce en persona.
Sousa, de 21 años, vive en Baruta y trabaja en el centro de Caracas. Contó que se llena de impotencia al ver que estos hombres se “aprovechan de los demás” al “vender” dinero en efectivo.
“Ellos venden ese dinero que reciben de ciudadanos que pagan pasajes (…) La gente pasando necesidad por conseguir efectivo y ellos jugando con nosotros (...) Te llegan a pedir hasta 190.000 bolívares en transferencia para darte 100.000 bolívares en efectivo. Claro, como ellos están recibiendo billetes todo día, para ellos es fácil tener efectivo”, apuntó.
La ciudadana reconoció que compra dinero en efectivo, pero solo cuando se lo ofrecen con 50% de interés.
Cono monetario insuficiente
En diciembre de 2016, cuando era presidente del Banco Central de Venezuela Nelson Merentes, se anunció la creación del nuevo cono monetario (billetes de 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares). Más tarde, en noviembre de 2017, el gobierno informó sobre la creación del billete de 100.000 bolívares.
En apenas el primer trimestre de 2018 se ha sentido un vertiginoso aumento en la pérdida del poder adquisitivo del venezolano, que gana en bolívares.
Para la fecha, la gran mayoría de los cajeros automáticos no dispensan billetes del nuevo cono monetario y los billetes de Bs. 100.000 son raramente vistos por la población.
Ante la falta de papel moneda, los venezolanos de a pie recurren a la compra de billetes para sobrevivir y pagar su pasaje de transporte; pero la crisis inflacionaria empeora cada día, el costo de los pasajes sube y el dinero en efectivo se hace cada vez más insuficiente.

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