Foto: Archivo
Moisés Calderón
La responsabilidad de llevar a cabo una formación íntegra para las
generaciones de relevo, recae principalmente sobre los educadores del
país, mientras que los encargados de ejecutar la información aprendida
serán los jóvenes pertenecientes a dicha generación.
La ejecución de estas acciones dependerá mucho de las habilidades tanto cognitivas como físicas que tengan los jóvenes. Muchas
veces, dichas habilidades están por encima del promedio y a pesar de
ser considerados individuos competentes dentro del mercado laboral, son
sometidos a desigualdades, convirtiéndose así en uno de los
atenuantes principales del alto índice de jóvenes desempleados, llegando
a alcanzar casi el triple de probabilidades que los adultos para estar
desempleados.
Con esta problemática es posible que la transición ejercida entre
estudios/trabajo puede convertirse en un camino difícil de transitar,
asimismo, las mujeres son quienes logran verse más “afectadas” debido a
que se encuentran inmersas en el “subempleo” o perciben salarios
inferiores a los merecidos.
Con respecto a esto, la educación y la formación social representan
dos características totalmente cruciales para el triunfo de los jóvenes
dentro del mercado laboral, siempre y cuando se realicen de la manera
correcta.
Este domingo se celebra el Día Mundial de las Habilidades de
la Juventud, efeméride internacional decretada por medio de la Asamblea
General para la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este
día se decretó con la finalidad de otorgarle importancia a la inversión
en el desarrollo de las habilidades de los jóvenes. Deserción obligada.
En lo que concierne a Venezuela, una gran cantidad de jóvenes en edad
escolar (incluso niños) se han visto forzados a introducirse dentro del
ámbito laboral, aunque no estén capacitados para dicho procedimiento.
La inclusión al espectro laboral de personas de temprana edad es el
detonante a otro preocupante problema que tiene en vilo a los padres
venezolanos y que se ha destapado especialmente durante los últimos
años: la deserción escolar.
La deserción debería ser considerada como el primer desafío para
abordar por parte de los organismos competentes, con el objetivo de
enfrentar la exclusión que sufre un alto índice de jóvenes en la
sociedad.
En abril del año en curso, el director general de la Fundación Arturo
Uslar Pietri (FAUP), Eric Ondarroa, aseguró que “la deserción escolar a
nivel nacional sobrepasaba el 50% en las escuelas públicas por la
ausencia del Programa de Alimentación Escolar”.
De igual forma, indicó que “cerca de 7 millones de niños estaban
fuera del sistema escolar por diversos factores”, entre los cuales se
cuenta la necesidad de trabajar para ayudar en los gastos familiares. Fortalecer habilidades.
El sociólogo Rubén Hernández aseguró que “es de suma importancia que
tanto los educadores como los padres se preocupen por fortalecer cada
una de las habilidades que tengan los niños”.
“Existen muchos niños y jóvenes con un potencial intelectual tremendo
y que lastimosamente se ‘queman’, por así decirlo, ya que no se les da
el apoyo requerido para que lleven a cabo las actividades de su
preferencia” afirmó.
Señaló que “cuando se incita y se ayuda a los jóvenes a fortalecer
sus habilidades, serán mayores las probabilidades de que se construya un
mejor país de cara al futuro, aportando su granito de arena para la
construcción de una mejor sociedad”. Públicos sufren más.
Con respecto al tema de la deserción escolar, la especialista en
educación, María Antonieta Angarita, “la deserción escolar es generada
por un problema humanitario, que puede ser causado, entre otras cosas,
por la falta de alimentos para los niños dentro de las escuelas”.
Asimismo, aseveró que “las instituciones educativas públicas son las
que más se ven afectadas, debido a que en estas es donde la mayoría de
los niños faltan por diversas razones, entre ellas la falta de efectivo
para trasladarse hasta la escuela y porque en las mismas ya no llegan
los alimentos suministrados por el Programa de Alimentación Escolar”.
También denunció la manera arbitraria en la que se lleva a cabo la
distribución de alimentos para algunos centros educativos a través de
las cajas Clap, haciendo referencia a que dicha repartición corresponde a
“un proceso de exclusión puesto que para obtener dicho beneficio se
necesita estar adscrito a algún ente comunal y no todas las personas lo
están”. Jóvenes trabajadores. Angarita también
se pronunció acerca de la gran cantidad de niños y adolescentes que se
encuentran ya dentro del mundo laboral, demostrando su preocupación por
los casos donde “los niños que abandonan el sistema educativo se han
visto involucrados en delitos delincuenciales, como por ejemplo, robar
comida”.
Aseguró que esta problemática “no es más que una consecuencia de no atender la situación del país”.
Es un irrespeto a la dignidad y a los derechos humanos de los niños, eso es penado” dijo. |
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