En 2018 las protestas no han cesado.
La falta de transporte, salarios devaluados y la ausencia de servicios
básicos han provocado que los ciudadanos reclamen constantemente al
gobierno. Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro ha decidido ignorar
las exigencias porque no tiene interés en mejorar su modelo ni cómo
ofrecer soluciones a corto plazo, aseguran analistas políticos.
EL politólogo Pedro Urruchurtu expone
que el modelo económico implementado por el gobierno desde hace varios
años solo ha permitido que unos pocos se beneficien y que el país esté
al borde de llegar a un colapso. Explica que presentar soluciones y
respuestas implicaría desmontar el aparato y enfrentarse a grupos
favorecidos que ellos crearon.
“Abrir la economía o mejorar los
servicios públicos va contra su proyecto ideológico. Eso no les
permitiría mantenerse de pie. Al gobierno no le interesan los profesores
ni el sector salud, por citar algunos ejemplos. Por el contrario, su
deseo es que la sociedad permanezca en una constante búsqueda de cómo
llevar su vida adelante dependiendo del Estado”, argumentó Urruchurtu.
El analista Pedro Afonso Del Pino
dijo que pareciera que para el gobierno no hay descontento social, y que
su actitud es ignorarlo y minimizarlo; señala que se han hecho sordos a
los problemas que van en ascenso. Agregó que el colapso aún no ha
llegado, pero dadas las condiciones del país es lógico que cada vez se
reproduzcan más.
“Están jugando a cansarnos y a que
nos desgastemos en nuestra lucha. Sentimos que el gobierno no está
interesado. Y nosotros lo que pedimos es un sueldo que nos permita
comprar lo que deseamos”, expresó Ana Rosario Contreras, presidente del
Colegio de Enfermería de Caracas, en una manifestación que se realizó la
semana pasada.
En un año, las protestas pasaron de
tener un objetivo político a un fin reivindicativo y social, que ofrezca
mejoras en las condiciones de vida. Los analistas coinciden en que el
esquema es muy focalizado y sin articulación nacional, a excepción de
los enfermeros, que desde el 25 de junio, de forma consecutiva, han
estado en las calles.
“Los problemas los padecemos todos
los venezolanos, pero no hay una sincronización ni una presión nacional.
El carácter esparcido y atomizado dificulta la orquesta, lo unísono”,
resaltó Afonso Del Pino.
Carlos Patiño, coordinador de
exigibilidad de Provea, recordó que en 2017 había convocatorias masivas,
a diferencia de este año que, aunque se pueden producir más de 30 al
día, la cantidad de participantes es menor. “Hubo una rebelión popular y
los manifestantes estaban articulados. Esta vez la ciudadanía protesta
por su necesidad inmediata. Es más fácil controlar a 100 personas de
forma aislada, que todos focalizados con un fin concreto como ya
ocurrió”. Sin embargo, advierten que hacer caso omiso a las exigencias y
a los señalamientos puede causar un efecto contraproducente: los
sectores sociales podrían desequilibrar la maquinaria de Maduro.
“En la medida que el gobierno no tome
acciones, las protestas se agudizan y potencia la conflictividad
social”, asegura el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.
Urruchurtu señala que si los sectores
involucrados logran articularse pueden sacudir el piso político del
gobierno y conseguir una fractura que obligue el cambio, y que vayan
acompañados de la presión internacional. “Tenemos un país encendido, se
va conectando a un mismo grito. Las protestas se podrán resumir en
'Fuera Maduro'”.
Protestas condicionada. 15
personas han fallecido por reclamar el cumplimiento de un derecho, de
acuerdo con el registro de Provea; sin embargo, las manifestaciones
aumentan. “La indolencia y la ineficacia del gobierno produce maltrato a
la población y se agota la paciencia”, aseguran.
El OVCS ha contabilizado más de 830
protestas en lo que va de año solo en el sector salud. Mientras que en
otros gremios se han producido más de 520 manifestaciones, que también
han sido reprimidas.
Gregorio Alfonzo, secretario de la
Asociación de Profesores de la UCV, expone que los funcionarios de
seguridad han cambiado el método: son menos visibles y condicionan la
forma en que se manifestará.
“No hay ballena, tanquetas ni gas,
porque no hay 35.000 personas como el año pasado. Pero han perfeccionado
su plan de cerco. No permiten que lleguemos a las instituciones. De
manera impositiva te dicen que debes ir por un canal o la acera. Si las
protestas son en localidades, las limitan aún más”, detalló. La
estrategia ha cambiado, asegura Urruchurtu, pero hay una constante:
instituir el miedo.
Otro de los mecanismos que han
perfeccionado es la violencia por parte de grupos armados afectos al
oficialismo. A finales de junio, amenazaron “con plomo” a las enfermeras
de la Maternidad Concepción Palacios si continuaban reclamando. Aunque
se han denunciado las agresiones ante el Ministerio Público, ninguno de
los atacantes ha sido acusado.
Alfonzo indicó que al tren
ministerial tampoco le ha temblado la voz para amedrentar o intimidar
con la cárcel a los representantes gremiales y sindicales. El 11 de
junio, el ex ministro de Salud, Luis López, amenazó al secretario
ejecutivo de Fetrasalud, Pablo Zambrano, con “ponerle los ganchos por
planificar las protestas”.
El profesor universitario destaca que
en el caso de los pensionados, el gobierno está de manos atadas.
“¿Quién puede acusar a unas personas mayores de guarimberos, terroristas
o agentes de la CIA?”, preguntó.
“Están jugando a cansarnos y a que nos desgastemos en nuestra lucha. Sentimos que el gobierno no está interesado. Y nosotros lo que pedimos es un sueldo que nos permita comprar lo que deseamos”. Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermería de Caracas.
- En los últimos meses, los profesores universitarios han llamado a paro en reclamo a los bajos sueldos que perciben. 95% de las universidades ha acatado esta convocatoria y los representantes han denunciado el incumplimiento con los pagos e irresponsabilidad por parte del ministro Hugbel Roa, quien se ha negado a recibir las peticiones y reunirse. La Fapuv plantea que el salario base sea de 300.000.000 de bolívares y el escalafón máximo reciba 1.500.000.000 de bolívares.
- Desde que se inició el año, el sector salud se encuentra en conflicto por reivindicaciones laborales. El personal de enfermería ha solicitado al gobierno de Maduro que reconozca a los gremios y sindicatos para discutir las condiciones de trabajo y un salario que se ubique al costo de la canasta básica. Aseguran que los bonos y las cajas de comida entregadas recientemente no atenúan sus exigencias. De no obtener respuesta por parte del nuevo ministro Carlos Alvarado, solicitarán una reunión con Maduro en Miraflores.
- Para mañana está previsto que los trabajadores del sector eléctrico acaten el llamado a paro nacional ante la ineficiente respuesta que ha tenido el gobierno. Reynaldo Díaz, secretario ejecutivo de Fetraelec, aseguró que las propuestas salariales que ha presentado el ministerio no se adecua con la realidad. Exigen una base de 6,4 salarios mínimos. Aunque el ministro de Trabajo, Eduardo Piñates, se incorporó a la mesa de negociación, los trabajadores no tienen expectativas de llegar a un acuerdo. Díaz denunció que son señalados como saboteadores por protestar y les prohíben realizar asambleas e ingresar a los lugares de trabajo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.