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domingo, 22 de julio de 2018

Maduro ignora las protestas porque no tiene interés en resolver la crisis


En 2018 las protestas no han cesado. La falta de transporte, salarios devaluados y la ausencia de servicios básicos han provocado que los ciudadanos reclamen constantemente al gobierno. Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro ha decidido ignorar las exigencias porque no tiene interés en mejorar su modelo ni cómo ofrecer soluciones a corto plazo, aseguran analistas políticos.

EL politólogo Pedro Urruchurtu expone que el modelo económico implementado por el gobierno desde hace varios años solo ha permitido que unos pocos se beneficien y que el país esté al borde de llegar a un colapso. Explica que presentar soluciones y respuestas implicaría desmontar el aparato y enfrentarse a grupos favorecidos que ellos crearon.
“Abrir la economía o mejorar los servicios públicos va contra su proyecto ideológico. Eso no les permitiría mantenerse de pie. Al gobierno no le interesan los profesores ni el sector salud, por citar algunos ejemplos. Por el contrario, su deseo es que la sociedad permanezca en una constante búsqueda de cómo llevar su vida adelante dependiendo del Estado”, argumentó Urruchurtu.
El analista Pedro Afonso Del Pino dijo que pareciera que para el gobierno no hay descontento social, y que su actitud es ignorarlo y minimizarlo; señala que se han hecho sordos a los problemas que van en ascenso. Agregó que el colapso aún no ha llegado, pero dadas las condiciones del país es lógico que cada vez se reproduzcan más.
“Están jugando a cansarnos y a que nos desgastemos en nuestra lucha. Sentimos que el gobierno no está interesado. Y nosotros lo que pedimos es un sueldo que nos permita comprar lo que deseamos”, expresó Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermería de Caracas, en una manifestación que se realizó la semana pasada. 
En un año, las protestas pasaron de tener un objetivo político a un fin reivindicativo y social, que ofrezca mejoras en las condiciones de vida. Los analistas coinciden en que el esquema es muy focalizado y sin articulación nacional, a excepción de los enfermeros, que desde el 25 de junio, de forma consecutiva, han estado en las calles.
“Los problemas los padecemos todos los venezolanos, pero no hay una sincronización ni una presión nacional. El carácter esparcido y atomizado dificulta la orquesta, lo unísono”, resaltó Afonso Del Pino.
Carlos Patiño, coordinador de exigibilidad de Provea, recordó que en 2017 había convocatorias masivas, a diferencia de este año que, aunque se pueden producir más de 30 al día, la cantidad de participantes es menor. “Hubo una rebelión popular y los manifestantes estaban articulados. Esta vez la ciudadanía protesta por su necesidad inmediata. Es más fácil controlar a 100 personas de forma aislada, que todos focalizados con un fin concreto como ya ocurrió”. Sin embargo, advierten que hacer caso omiso a las exigencias y a los señalamientos puede causar un efecto contraproducente: los sectores sociales podrían desequilibrar la maquinaria de Maduro.
“En la medida que el gobierno no tome acciones, las protestas se agudizan y potencia la conflictividad social”, asegura el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.
Urruchurtu señala que si los sectores involucrados logran articularse pueden sacudir el piso político del gobierno y conseguir una fractura que obligue el cambio, y que vayan acompañados de la presión internacional. “Tenemos un país encendido, se va conectando a un mismo grito. Las protestas se podrán resumir en 'Fuera Maduro'”.
Protestas condicionada. 15 personas han fallecido por reclamar el cumplimiento de un derecho, de acuerdo con el registro de Provea; sin embargo, las manifestaciones aumentan. “La indolencia y la ineficacia del gobierno produce maltrato a la población y se agota la paciencia”, aseguran.
El OVCS ha contabilizado más de 830 protestas en lo que va de año solo en el sector salud. Mientras que en otros gremios se han producido más de 520 manifestaciones, que también han sido reprimidas.
Gregorio Alfonzo, secretario de la Asociación de Profesores de la UCV, expone que los funcionarios de seguridad han cambiado el método: son menos visibles y condicionan la forma en que se manifestará.
“No hay ballena, tanquetas ni gas, porque no hay 35.000 personas como el año pasado. Pero han perfeccionado su plan de cerco. No permiten que lleguemos a las instituciones. De manera impositiva te dicen que debes ir por un canal o la acera. Si las protestas son en localidades, las limitan aún más”, detalló. La estrategia ha cambiado, asegura Urruchurtu, pero hay una constante: instituir el miedo.
Otro de los mecanismos que han perfeccionado es la violencia por parte de grupos armados afectos al oficialismo. A finales de junio, amenazaron “con plomo” a las enfermeras de la Maternidad Concepción Palacios si continuaban reclamando. Aunque se han denunciado las agresiones ante el Ministerio Público, ninguno de los atacantes ha sido acusado.
Alfonzo indicó que al tren ministerial tampoco le ha temblado la voz para amedrentar o intimidar con la cárcel a los representantes gremiales y sindicales. El 11 de junio, el ex ministro de Salud, Luis López, amenazó al secretario ejecutivo de Fetrasalud, Pablo Zambrano, con “ponerle los ganchos por planificar las protestas”. 
El profesor universitario destaca que en el caso de los pensionados, el gobierno está de manos atadas. “¿Quién puede acusar a unas personas mayores de guarimberos, terroristas o agentes de la CIA?”, preguntó.
“Están  jugando a cansarnos y a que nos desgastemos en nuestra lucha. Sentimos que el gobierno no está interesado. Y nosotros lo que pedimos es un sueldo que nos permita comprar lo que deseamos”. Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermería de Caracas.


  1.           En los últimos meses, los profesores universitarios han llamado a paro en reclamo a los bajos sueldos que perciben. 95% de las universidades ha acatado esta convocatoria y los representantes han denunciado el  incumplimiento con los pagos e irresponsabilidad por parte del ministro Hugbel Roa, quien se ha negado a recibir las peticiones y reunirse. La Fapuv plantea que el salario base sea de 300.000.000 de bolívares y el escalafón máximo reciba 1.500.000.000 de bolívares.
  2.           Desde que se inició el año, el sector salud se encuentra en conflicto por reivindicaciones laborales. El personal de enfermería ha solicitado al gobierno de Maduro que reconozca a los gremios y sindicatos para discutir las condiciones de trabajo y un salario que se ubique al costo de la canasta básica. Aseguran que los bonos y las cajas de comida entregadas recientemente no atenúan sus exigencias. De no obtener respuesta por parte del nuevo ministro Carlos Alvarado, solicitarán una reunión con Maduro en Miraflores.
  3.           Para mañana está previsto que los trabajadores del sector eléctrico acaten el llamado a paro nacional ante la ineficiente respuesta que ha tenido el gobierno. Reynaldo Díaz, secretario ejecutivo de Fetraelec, aseguró que las propuestas salariales que ha presentado el ministerio no se adecua con la realidad. Exigen una base de 6,4 salarios mínimos. Aunque el ministro de Trabajo, Eduardo Piñates, se incorporó a la mesa de negociación, los trabajadores no tienen expectativas de llegar a un acuerdo. Díaz denunció que son señalados como saboteadores por protestar y les prohíben realizar asambleas e ingresar a los lugares de trabajo.

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