La vuelta a clases nunca antes se vio
tan difícil como ahora debido al impacto de la hiperinflación sobre los
precios de los útiles escolares: el monto actual al que asciende la
lista sin incluir los textos es de 201,7 millones de bolívares.
“Señora, compre ahora esa libreta porque los precios siguen aumentando”,
advirtió el encargado de una papelería en la parroquia Candelaria a una
consumidora.
“Es una locura. Cada pedido semanal
que hago a los distribuidores me sube 300% o más y, desafortunadamente,
debo trasladarlo a los clientes para garantizarme una ganancia razonable
y reponer el inventario”, dijo el dueño de una librería en el este de
Caracas que pidió no mencionar su nombre.
En un recorrido por establecimientos
de la Gran Caracas se observó que se deben visitar varias tiendas no
solo por comparar precios, sino porque la totalidad de los artículos de
papelería y libros no se consiguen en un mismo sitio.
El periplo se complica por el hecho
de que muchos comercios decidieron no vender textos escolares, a otros
negocios no les han llegado y están a la espera de que las
distribuidoras los proporcionen a finales de julio o a mediados de
agosto.
Debajo del puente de la avenida
Fuerzas Armadas los encargados de los puestos informaron que les llegan
pocos ejemplares y se agotan porque los representantes están comprando
más temprano este año. Allí una enciclopedia estándar cuesta de 13
millones a 15 millones de bolívares y un texto de bachillerato entre 8
millones y 10 millones de bolívares a “precio viejo”, como dijo un
vendedor.
En otras librerías de la capital la
enciclopedia escolar de 4º grado y los textos de Estudios de la
Naturaleza (1º año de Educación Media) estaba en junio pasado en 24,4
millones de bolívares y el de Matemática (2º año) y Química (5º año) en
14 millones cada uno.
Concesionarios de proveedurías de
algunos planteles privados indicaron que no venderán textos porque
losdistribuidores bajaron el tiempo de consignación para cancelar la
mercancía de tres meses a tres días. “Las ventas de útiles, textos y
uniformes han caído con el Banco del Libro y uniformes usados que
ofrecen algunos colegios en sus bibliotecas para ayudar a los
representantes”, destacó un encargado.
Para preocuparse. El
incremento de los precios pone de carreras a los padres. “Mi intención
es comprar los útiles antes de agosto con la idea de rendir el dinero
del préstamo y el bono de gastos por educación que me pagan en el
trabajo. Debo comprar las listas de mis dos hijos que estudian
primaria”, señaló un empleado público que prefirió no identificarse.
Marta López, ama de casa, contó:
“Tuve que guardarme la vergüenza y solicitar por Whatsapp la ayuda de
los vecinos, que solidariamente me proporcionaron la enciclopedia de 6º
grado y un estuche de escuadras”. Agregó que en el grupo de su edificio,
en Candelaria, los avisos de trueque de artículos escolares se
incrementaron desde junio pasado.
“Mi hija no culminará el bachillerato
este año porque no puedo comprar los útiles. Hasta ahora había
empeñadocosas para pagarlos, pero esta vez sí que no puedo”, manifestó
Irma Rodríguez, ama de casa, en el Metro de Caracas en una conversación
con otra pasajera.
Refirió que con todo y las donaciones
de algunos libros le es imposible sufragar el costo de la lista escolar
de 5º año, por lo que no inscribió a la adolescente, de 15 años de
edad, en el liceo que está ubicado en Petare.
Una maestra de un preescolar
Simoncito del centro de Caracas señaló preocupada que hasta la fecha
solo se había inscrito la mitad de los niños de la matrícula del
plantel. “Varios papás y mamás me dijeron que dejarían a sus hijos jugar
un año más en casa porque no pueden pagar los útiles, y eso que
elaboramos una lista más económica con los artículos estrictamente
necesarios”.
RECUADRO
Negocios cierran por poca venta y falta de artículos
Hace 2 años en
la parroquia Candelaria había 6 librerías con 40 y 50 años de
antigüedad, hoy solo está abierta una que pertenece a una cadena
editorial que, además, redujo su tamaño porque tiene menos mercancía.
“Los dueños se fueron del país: el negocio no se mantiene solo con la
venta del inicio de las clases”, expresó la encargada de un
establecimiento vecino al comercio cerrado.
En la avenida Baralt y en la plaza
Bolívar otras tres librerías no atienden al público desde hace meses y
la que queda en pie muestra casi vacíos la mayoría de los estantes de
los libros y algunos envases con lápices, bolígrafos o marcadores.
La situación también se observa en el
resto del país. “Será que el gobierno no quiere que la gente se
eduque”,dijo un comerciante en Caracas a una consumidora.
Cipriana Ramos, ex presidente del
Consejo Nacional del Comercio y los Servicios, indicó que los
establecimientos bajan la santamaría por la caída de las ventas y la
falta de muchos artículos importados, que ya no llegan al país.
“Los padres reciclan los cuadernos y
compran los artículos escolares estrictamente necesarios; además, buscan
que les donen libros y útiles usados porque el ingreso familiar lo
gastan casi todo en la comida”, afirmó la empresaria.
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