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martes, 24 de julio de 2018

Producción de maíz en invierno podrá garantizar solo dos meses de consumo


La producción sigue en caída libre. Faltan menos de 15 días para que finalice la siembra de invierno de maíz, considerada la más importante del año por la temporada de lluvias y porque es cuando se genera 70% de los alimentos del país. Sin embargo, las cifras de las asociaciones afiliadas a Fedeagro son desalentadoras.

El número más optimista que calcula el gremio es de 200.000 hectáreas de maíz sembradas, lo cual significa que solo podrá garantizarle a la población 2 meses de consumo. “La situación es crítica. Ya el año pasado se sembraron 324.000 hectáreas y el desabastecimiento fue grave”, dijo Aquiles Hopkins, presidente de Fedeagro.
Aun con el fenómeno climático el Niño, que ocasionó fuertes sequías que afectaron la producción, lograron cubrir mayor área  que ahora, sobre todo en Portuguesa y Barinas. “En aquel entonces se conseguían los insumos. Ahora es a la inversa: el clima es medianamente normal, pero los insumos desaparecieron completamente”, observó Roberto Latini, directivo del  gremio.
Hopkins advirtió que por la falta de suministros, como agroquímicos para el control de plagas y fertilizantes, han registrado caídas de la superficie de siembra y de la productividad, por lo que está garantizado un descenso de la cosecha.
“Los volúmenes de fertilizantes que Agropatria entregó fueron ínfimos”, expresó Latini.
Para sembrar una hectárea de maíz  se necesitan 400 kilos de fertilizante; sin embargo, han tenido que trabajar con 100 kilos por hectárea, indicó.
“Sucede lo mismo que con un niño: si no lo alimentas correctamente, queda desnutrido. El cultivo es igual; si no tienes los nutrientes necesarios, incide negativamente en la productividad, y cuando vaya a darse la cosecha los rendimientos no serán los esperados, se va a reducir la cantidad de toneladas por hectárea”, advirtió.
Aseguró que  desde el año pasado, cuando el ministro de Agricultura Productiva y Tierras, Wilmar Castro Soteldo, ordenó que Pequiven no entregara su producción a Agropatria, surgió el monopolio del Estado en términos de agricultura y empezaron a desaparecer el fertilizante y la urea. Señaló que para la siembra de invierno de este año la empresa estatal no les entregó siquiera 20% de los requerimientos de fertilizantes.
Escasez agravada
Latini denunció también la carencia de otros suministros, como semillas y agroquímicos. “Son insumos importados y Agropatria no tiene dinero para comprarlos, o adquieren  productos de baja calidad a terceros en China. Productos tapa amarilla sin ninguna certificación”, dijo.
El primer vicepresidente de Fedeagro, Celso Fantinel, manifestó: “Si al país llegaron semillas de maíz importadas para sembrar 350.000 hectáreas y se sembraron solo 200.000 hectáreas, ¿dónde están las otras  semillas? Esa es una pregunta que habría que hacerse. El gobierno lo importó a través de Agropatria”.
Afirmó que este año se agravó la escasez de todo lo necesario para las siembras. “Se suma la falta de transporte, gasoil, aceite, repuestos. Ahora todo es un problema generalizado, además de la delincuencia organizada que nos está mudando de nuestras fincas”.
Latini coincide con Fantinel. Aseveró que desde el comienzo del año, cuando los productores deben empezar a acopiar, muchos de los suministros que requieren estaban desaparecidos del mercado. Expresó que fue difícil conseguir combustible, diesel, lubricantes, baterías, cauchos y hasta los repuestos más ordinarios, como filtros y correas.
Previno que la caída de la producción traerá mayor desabastecimiento. “Quizás logremos darle de comer al país solamente por dos o tres meses. El resto tendrá que ser suplido con importaciones porque no hay otra forma”, afirmó.
Sin embargo, aseguran que el gobierno no tiene capacidad para cubrir el déficit. Hopkins recordó que hace una década, cuando el barril de petróleo llegó a cotizarse en 126 dólares y se generaban más de 3 millones de barriles diarios, el Estado importaba todo lo que no se  daba en el país. Mientras que ahora, con un bombeo de crudo de 1,34 millones de barriles diarios registrado en junio, el nivel mensual más bajo en 69 años, y los precios del petróleo a menos de 70 dólares, no hay recursos para importar lo que no se está produciendo, aseguró. “Siendo benévolo, apenas abastecemos entre 25% y 30% del consumo”, dijo el presidente del gremio.
Una década en descenso
Desde 2008 Fedeagro registra una caída sostenida de la producción. Hace 10 años las asociaciones que agrupa el gremio agrícola lograban cubrir la totalidad de la demanda de maíz blanco, porque había abastecimiento de fertilizantes, urea y agroquímicos por empresas privadas que las proveían de los suministros, como Agroisleña, la principal distribuidora de agroinsumos en el país hasta que el presidente Hugo Chávez la expropió en octubre de 2010.
Fantinel precisó que los productores garantizaban el consumo por un año, hasta el próximo ciclo de invierno, y 35% de maíz amarillo para alimentos de animales.
Era tanta la producción, que las industrias compraban maíz blanco para trabajar  todo el año y lograban exportar harina de maíz precocida a mercados donde había venezolanos, como Estados Unidos, Colombia y Europa, pero las exportaciones fueron cayendo desde que Chávez prohibió la exportación de todo tipo de vegetales y animales, dijo. “Cuando tú dejas de exportar, el país deja de tener divisas y ahora hay escasez”, manifestó.
Cuando Nicolás Maduro asumió la presidencia, la producción ya venía cayendo. “Agropatria se comió el inventario que había dejado Agroisleña”, señaló. Desde 2014 dejaron de tener los insumos al comienzo de las siembras, organizadas por Fedeagro.
Indicó que uno de los problemas de Venezuela es que no logra exportar nada o muy poco, por lo que no se perciben divisas para comprar repuestos, insumos, maquinaria y equipos que no se fabrican en el país. “Incluso, tampoco se puede acceder a  la tecnología, que está sustentada en dólares y uno lo que tiene son bolívares”, añadió.
“Está garantizado un descenso de la cosecha  por las caídas de la superficie de siembra y de la productividad que vamos a tener por no contar con fertilizantes ni con los suficientes agroquímicos para el control de plagas”
Aquiles Hopkins,
presidente de Fedeagro
Cifra
400 kilos de fertilizantes es lo que necesitan los productores agrícolas para sembrar una hectárea. Sin embargo, en el ciclo de invierno de este año el suministro de ese abono ha sido muy exiguo. Han tenido que trabajar con 100 kilos por hectárea.

El cultivo de arroz también se desploma
Aquiles Hopkins, presidente de Fedeagro, afirmó que en occidente llevan 30.000 hectáreas sembradas.“Estamos apuntando a  que se puedan alcanzar 100.000 hectáreas de arroz sembradas en el país en los 2 ciclos. El año pasado se sembraron 130.000 hectáreas”, dijo.
Una de las principales causas en la baja de la producción de este año es la aguda escasez de semillas certificadas y de fertilizantes.
Para sembrar una hectárea de arroz los productores necesitan 500 kilos de fertilizantes, pero se está sembrando con 300 kilos por hectárea”, dijo el representante del gremio.
“La siembra de arroz se hizo con semillas certificadas entre 20% y 30% de la superficie, porque no había suficientes y eso indudablemente atenta contra la productividad”, afirmó.
El arroz, como los demás rubros, ha registrado en la última década una caída sostenida de la producción, la cual cayó 68% desde 2008 hasta el año pasado, cuando solo pudieron cosechar 405.000 toneladas de arroz paddy. Hace 10 años las asociaciones afiliadas a Fedeagro produjeron 1,27 millones de toneladas. Además, 2009 fue el último año que se exportó arroz, principalmente a Colombia.
Las fallas en el suministro de insumos por la empresa estatal Agropatria, 40% de la maquinaria parada por falta de repuestos, la inseguridad en los campos y una enfermedad en el arroz que hace que el grano se seque fueron los males que aquejaron a los productores el año pasado, de acuerdo con José Luis Pérez, directivo de Fedeagro.
Los productores también han sido víctimas de actos vandálicos. Pérez ha denunciado que han tenido problemas en el campo por robos de transformadores, motores y hasta de sistema de riego.

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