La producción sigue en caída libre.
Faltan menos de 15 días para que finalice la siembra de invierno de
maíz, considerada la más importante del año por la temporada de lluvias y
porque es cuando se genera 70% de los alimentos del país. Sin embargo,
las cifras de las asociaciones afiliadas a Fedeagro son desalentadoras.
El número más optimista que calcula
el gremio es de 200.000 hectáreas de maíz sembradas, lo cual significa
que solo podrá garantizarle a la población 2 meses de consumo. “La
situación es crítica. Ya el año pasado se sembraron 324.000 hectáreas y
el desabastecimiento fue grave”, dijo Aquiles Hopkins, presidente de
Fedeagro.
Aun con el fenómeno climático el
Niño, que ocasionó fuertes sequías que afectaron la producción, lograron
cubrir mayor área que ahora, sobre todo en Portuguesa y Barinas. “En
aquel entonces se conseguían los insumos. Ahora es a la inversa: el
clima es medianamente normal, pero los insumos desaparecieron
completamente”, observó Roberto Latini, directivo del gremio.
Hopkins advirtió que por la falta de
suministros, como agroquímicos para el control de plagas y
fertilizantes, han registrado caídas de la superficie de siembra y de la
productividad, por lo que está garantizado un descenso de la cosecha.
“Los volúmenes de fertilizantes que Agropatria entregó fueron ínfimos”, expresó Latini.
Para sembrar una hectárea de maíz se
necesitan 400 kilos de fertilizante; sin embargo, han tenido que
trabajar con 100 kilos por hectárea, indicó.
“Sucede lo mismo que con un niño: si
no lo alimentas correctamente, queda desnutrido. El cultivo es igual; si
no tienes los nutrientes necesarios, incide negativamente en la
productividad, y cuando vaya a darse la cosecha los rendimientos no
serán los esperados, se va a reducir la cantidad de toneladas por
hectárea”, advirtió.
Aseguró que desde el año pasado,
cuando el ministro de Agricultura Productiva y Tierras, Wilmar Castro
Soteldo, ordenó que Pequiven no entregara su producción a Agropatria,
surgió el monopolio del Estado en términos de agricultura y empezaron a
desaparecer el fertilizante y la urea. Señaló que para la siembra de
invierno de este año la empresa estatal no les entregó siquiera 20% de
los requerimientos de fertilizantes.
Escasez agravada
Latini denunció también la carencia
de otros suministros, como semillas y agroquímicos. “Son insumos
importados y Agropatria no tiene dinero para comprarlos, o adquieren
productos de baja calidad a terceros en China. Productos tapa amarilla sin ninguna certificación”, dijo.
El primer vicepresidente de Fedeagro,
Celso Fantinel, manifestó: “Si al país llegaron semillas de maíz
importadas para sembrar 350.000 hectáreas y se sembraron solo 200.000
hectáreas, ¿dónde están las otras semillas? Esa es una pregunta que
habría que hacerse. El gobierno lo importó a través de Agropatria”.
Afirmó que este año se agravó la
escasez de todo lo necesario para las siembras. “Se suma la falta de
transporte, gasoil, aceite, repuestos. Ahora todo es un problema
generalizado, además de la delincuencia organizada que nos está mudando
de nuestras fincas”.
Latini coincide con Fantinel. Aseveró
que desde el comienzo del año, cuando los productores deben empezar a
acopiar, muchos de los suministros que requieren estaban desaparecidos
del mercado. Expresó que fue difícil conseguir combustible, diesel,
lubricantes, baterías, cauchos y hasta los repuestos más ordinarios,
como filtros y correas.
Previno que la caída de la producción
traerá mayor desabastecimiento. “Quizás logremos darle de comer al país
solamente por dos o tres meses. El resto tendrá que ser
suplido con importaciones porque no hay otra forma”, afirmó.
Sin embargo, aseguran que el gobierno
no tiene capacidad para cubrir el déficit. Hopkins recordó que hace una
década, cuando el barril de petróleo llegó a cotizarse en 126 dólares y
se generaban más de 3 millones de barriles diarios, el Estado importaba
todo lo que no se daba en el país. Mientras que ahora, con un bombeo
de crudo de 1,34 millones de barriles diarios registrado en junio, el
nivel mensual más bajo en 69 años, y los precios del petróleo a menos de
70 dólares, no hay recursos para importar lo que no se está
produciendo, aseguró. “Siendo benévolo, apenas abastecemos entre 25% y
30% del consumo”, dijo el presidente del gremio.
Una década en descenso
Desde 2008 Fedeagro registra una
caída sostenida de la producción. Hace 10 años las asociaciones que
agrupa el gremio agrícola lograban cubrir la totalidad de la demanda de
maíz blanco, porque había abastecimiento de fertilizantes, urea y
agroquímicos por empresas privadas que las proveían de los suministros,
como Agroisleña, la principal distribuidora de agroinsumos en el país
hasta que el presidente Hugo Chávez la expropió en octubre de 2010.
Fantinel precisó que los productores
garantizaban el consumo por un año, hasta el próximo ciclo de invierno, y
35% de maíz amarillo para alimentos de animales.
Era tanta la producción, que las
industrias compraban maíz blanco para trabajar todo el año y lograban
exportar harina de maíz precocida a mercados donde había venezolanos,
como Estados Unidos, Colombia y Europa, pero las exportaciones fueron
cayendo desde que Chávez prohibió la exportación de todo tipo de
vegetales y animales, dijo. “Cuando tú dejas de exportar, el país deja
de tener divisas y ahora hay escasez”, manifestó.
Cuando Nicolás Maduro asumió la
presidencia, la producción ya venía cayendo. “Agropatria se comió el
inventario que había dejado Agroisleña”, señaló. Desde 2014 dejaron de
tener los insumos al comienzo de las siembras, organizadas por Fedeagro.
Indicó que uno de los problemas de
Venezuela es que no logra exportar nada o muy poco, por lo que no se
perciben divisas para comprar repuestos, insumos, maquinaria y equipos
que no se fabrican en el país. “Incluso, tampoco se puede acceder a la
tecnología, que está sustentada en dólares y uno lo que tiene son
bolívares”, añadió.
“Está garantizado un descenso de la cosecha por las caídas de la superficie de siembra y de la productividad que vamos a tener por no contar con fertilizantes ni con los suficientes agroquímicos para el control de plagas”Aquiles Hopkins,presidente de Fedeagro
Cifra
400 kilos de fertilizantes es lo que
necesitan los productores agrícolas para sembrar una hectárea. Sin
embargo, en el ciclo de invierno de este año el suministro de ese abono
ha sido muy exiguo. Han tenido que trabajar con 100 kilos por hectárea.
El cultivo de arroz también se desploma
Aquiles Hopkins, presidente de
Fedeagro, afirmó que en occidente llevan 30.000 hectáreas
sembradas.“Estamos apuntando a que se puedan alcanzar 100.000 hectáreas
de arroz sembradas en el país en los 2 ciclos. El año pasado se
sembraron 130.000 hectáreas”, dijo.
Una de las principales causas en la
baja de la producción de este año es la aguda escasez de semillas
certificadas y de fertilizantes.
Para sembrar una hectárea de arroz
los productores necesitan 500 kilos de fertilizantes, pero se está
sembrando con 300 kilos por hectárea”, dijo el representante del gremio.
“La siembra de arroz se hizo con
semillas certificadas entre 20% y 30% de la superficie, porque no había
suficientes y eso indudablemente atenta contra la productividad”,
afirmó.
El arroz, como los demás rubros, ha
registrado en la última década una caída sostenida de la producción, la
cual cayó 68% desde 2008 hasta el año pasado, cuando solo pudieron
cosechar 405.000 toneladas de arroz paddy. Hace 10 años las asociaciones
afiliadas a Fedeagro produjeron 1,27 millones de toneladas. Además,
2009 fue el último año que se exportó arroz, principalmente a Colombia.
Las fallas en el suministro de
insumos por la empresa estatal Agropatria, 40% de la maquinaria parada
por falta de repuestos, la inseguridad en los campos y una enfermedad en
el arroz que hace que el grano se seque fueron los males que aquejaron a
los productores el año pasado, de acuerdo con José Luis Pérez,
directivo de Fedeagro.
Los productores también han sido
víctimas de actos vandálicos. Pérez ha denunciado que han tenido
problemas en el campo por robos de transformadores, motores y hasta de
sistema de riego.
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