Personeros del oficialismo han
presentado como ventaja que Venezuela tenga una mano de obra barata,
pero esa percepción no es compartida por los empleadores y los
sindicatos que cuestionan las decisiones salariales del gobierno dentro
de su política económica, que no detiene la hiperinflación ni incrementa
la producción nacional, manifestaron fuentes laborales.
“Es un exabrupto presumir de que el
país tiene una mano de obra barata solo porque el sueldo de los
trabajadores es demasiado bajo y no alcanza para cubrir las necesidades
mínimas del grupo familiar”, expresó Servando Carbone, directivo de la
Unión Nacional de Trabajadores.
El representante de la
Unete manifestó: “Es ultradramático que la mayoría de los trabajadores
venezolanos ganen 89 centavos de dólar mensuales de acuerdo con el
último aumento del salario mínimo decretado por el gobierno”.
El 20 de junio pasado, el presidente
Nicolás Maduro anunció un aumento de 103% del sueldo mínimo, que pasó de
1 millón a 3 millones de bolívares mensuales, además de elevar el
ticket de alimentación a 2.196.000 bolívares/mes, con lo cual el ingreso
integral mínimo mensual quedó en 5.196.000 bolívares a partir del 1º de
julio.
Las organizaciones laborales
recopilaron los montos de los salarios mínimos aportados por las
estadísticas oficiales de países de América Latina y el Caribe. En esa
lista, Venezuela ocupa el penúltimo y último lugar con 32,3 y 0,89
dólares mensuales de acuerdo con la conversión monetaria del monto del
sueldo mínimo a dólares a tasas Dicom (96.000 bolívares) y la libre de
mercado.
A diferencia de Venezuela, el resto
de las naciones latinoamericanas y caribeñas tienen una tasa única de
cambio. En el ranking, Panamá aparece con el sueldo mínimo más alto, de
744 dólares mensuales, seguido de Argentina, Costa Rica y Chile, de 544,
512 y 456 dólares por mes, respectivamente.
Entre los más rezagados, por supuesto
mucho antes de Cuba con 23 dólares al mes, la lista menciona a México y
Nicaragua, que registran 139 y 115 dólares mensuales, bastante lejos de
Venezuela.
Carbone precisó que los bajos
salarios son la causa de que los trabajadores del sector público y
privado abandonen masivamente sus puestos de trabajo muchas veces sin
renunciar formalmente al empleo ni cobrar sus prestaciones sociales.
Destacó que solo en la administración
pública desertan diariamente 200 personas. Muchos de los trabajadores,
públicos y privados, emigran a otros países, fundamentalmente Colombia,
donde el salario mínimo es más atractivo: 265 dólares, además de no que
no tiene la hiperinflación de Venezuela. Otros puntos de destino por la
diferencia salarial y las oportunidades de empleo son Ecuador, Perú,
Argentina, Chile y Bolivia.
El dirigente sindical insistió en que
es imposible cubrir con 0,89 o 32,2 dólares al mes el costo de la
canasta básica familiar venezolana, la cual siempre está en ascenso y
que en mayo pasado alcanzó el valor de 301.138.353,05 bolívares.
Recordó que el gobierno incumple el
artículo 21 de la Constitución venezolana, el cual dispone que el Estado
garantizará a los trabajadores del sector público y privado un salario
mínimo vital que será ajustado cada año tomando como referencia el costo
de la canasta básica.
Ingreso depreciado. Froilán
Barrios, coordinador del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el
Salario y el Sindicato, indicó que en Venezuela los precios de los
productos están dolarizados porque los insumos y materias primas son
importados a dólar libre, que sube mucho y a diario.
“Es inmoral hablar de una mano de
obra barata a costa de pagar salarios de hambre que se diluyen con la
hiperinflación”, sostuvo el representante de Fadess.
La economista Tamara Herrera indicó
el martes, en la 74ª Asamblea Anual de Fedecámaras, que la tasa de
inflación llegaría a 800.000% tomando en cuenta que el índice
inflacionario de junio pasado fue de 200%.
Pero lo más grave, según Barrios, es
que más de 70% de unos 8 millones de trabajadores que laboran en el
sector formal del país gana salario mínimo o algo más, cuando en los
países con economías sanas el mínimo es utilizado solo como referencia
para calcular costos laborales, por lo que los trabajadores devengan
generalmente bastante por encima del sueldo mínimo.
“En Venezuela nos alarmábamos con las
noticias de que los trabajadores de las naciones más pobres de África
sobrevivieran con un ingreso de un dólar diario. Ahora los venezolanos
no perciben ni eso”, alertó el dirigente sindical.
Destacó que los incrementos
salariales de Maduro no resuelven el problema de fondo, pues la brecha
entre el salario nominal y la hiperinflación se ensancha cada vez más
por la pérdida del poder adquisitivo debido a que los precios de los
productos suben prácticamente a diario, lo que precariza la calidad de
vida de los trabajadores y sus familias.
La asesora laboral de empresas
Maryolga Girán resaltó que el principal problema de los trabajadores
venezolanos es la pérdida del poder adquisitivo del salario y del ticket
alimentación frente a la hiperinflación. En este contexto, recordó que
el ingreso integral de 5.196.000 bolívares al mes no alcanza para
comprar un pollo.
Girán explicó que por los contratos
colectivos los trabajadores del sector industrial devengan mucho más que
el ingreso mínimo oficial, donde el salario integral diario de enganche
es de 1 millón de bolívares. Agregó que 15% de las empresas de la
pequeña y mediana industria (Pymes) paga conforme a los aumentos del
gobierno y el resto por encima de esos montos.
La experta precisó que el sector
comercio y de los servicios (limpieza, mantenimiento, vigilancia, entre
otros) paga a sus trabajadores el ingreso mensual decretado por el
Ejecutivo. Refirió que con la recesión económica y la caída de las
ventas de artículos diferentes a alimentos y productos de limpieza y
aseo personal, los comercios tienen serias dificultades para pagar a sus
empleados los aumentos decretados por el gobierno, lo cual genera el
cierre o la disminución de los negocios.
La asesora laboral advierte que el
principal problema es que el gobierno impone unilateralmente el salario
mínimo y se ignoran los parámetros de inflación, devaluación, producción
y productividad, entre otros, que utiliza el Ejecutivo cada vez que
ordena un incremento.
Y es que la fijación del salario
mínimo nacional, como en la mayoría de los países, se acuerda en
consenso entre el gobierno, los empleadores y los sindicatos mediante el
diálogo social tripartito y con base en los indicadores económicos, los
cuales en Venezuela se desconocen por la opacidad de la información y
las cifras oficiales de los organismos como el Banco Central.
Debido a esta situación, Fedecámaras
introdujo ante la Organización Internacional del Trabajo la queja de que
el gobierno no hace consultas con los otros actores laborales cuando
fija el sueldo mínimo reclamo que también han realizado las
organizaciones obreras no oficialistas.
La falta de respuesta gubernamental a
las recomendaciones de la OIT y sus instancias sobre esta materia llevó
a la institución laboral mundial a designar en junio pasado una
comisión de encuestas para condenar a Venezuela por incumplimiento del
convenio sobre el salario mínimo.
Discriminan con los militares
Los incrementos salariales del
gobierno a los militares son una discriminación del resto de los
trabajadores del país, aseguró Servando Carbone, directivo de la Unión
Nacional de Trabajadores. “Los montos son muy superiores a la escala de
sueldos de la administración pública, donde la mayoría gana salario
mínimo o un poco más”, dijo.
El representante de Unete sostuvo que
Maduro “busca ganarse la adhesión y la lealtad de las Fuerza Armada
Nacional Bolivariana a su gobierno mientras el resto de los trabajadores
ganan salarios muy inferiores que no alcanzan para cubrir las
necesidades más básicas”.
Aclaró que los militares y los
venezolanos en general merecen salarios que garanticen un buen estándar
de vida. Con la decisión del Ejecutivo, los sueldos castrenses quedaron
en 500 millones de bolívares al mes para un general; 240 millones, un
coronel; 203 millones, un teniente coronel; 148 millones, un mayor, y
118 millones para un capitán.
Carbone advirtió que “los elevados sueldos de los militares también están condenados a depreciarse con la hiperinflación”.
Froilán Barrios, del Frente Autónomo
de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, señaló que los
empleados de las alcaldías, gobernaciones y algunos organismos públicos
siempre cobran con retraso los aumentos salariales del gobierno.
Indicó que esas instancias dependen
de los recursos provenientes del situado constitucional, pero el
Ejecutivo no envía a tiempo el dinero para cumplir esos compromisos por
lo que el ingreso de los trabajadores se deprecia aún más cuando
finalmente cobran el aumento del sueldo y el ticket alimentación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.