Petróleos de Venezuela enfrenta la posibilidad de un número importante de demandas en su contra por incumplimientos de pago de deudas pendientes durante el último trimestre de 2018, luego del caso de la empresa minera Crystallex de Canadá que sienta un precedente importante, expresó el economista Luis Oliveros.
El experto señaló que los libelos
aumentarán en las cortes de Estados Unidos y avizora que el siguiente en
la lista puede ser Rusoro, compañía minera ruso canadiense, seguido de
miles de tenedores de bonos de la deuda externa venezolana y de Pdvsa
ante la situación de default.
Precisó que el servicio de la deuda
externa de la República y Pdvsa para el presente año asciende a 10
millardos de dólares y esta vez las bajas reservas internacionales en el
Banco Central de Venezuela por un poco más de 8 millardos de dólares no
pueden salir en auxilio. “Si el gobierno no se sienta a negociar esa
deuda, Venezuela y Pdvsa van a tener muchos problemas”, dijo.
El jueves 9, el juez federal
estadounidense, Leonard Stark, dictaminó que Crystallex podía cobrarse
la deuda por 1,2 millardos de dólares quedándose con acciones de Citgo,
filial de Pdvsa en Estados Unidos. Sin embargo, la corte no ordenó
cuándo se podrá hacer efectiva su decisión.
En este contexto, la estatal petrolera venezolana apeló al día siguiente el fallo judicial.
En 2011, el gobierno del presidente
Hugo Chávez nacionalizó la mina Las Cristinas, en Bolívar, concedida por
el Estado venezolano a Crystallex, pero no se indemnizó a la compañía
no obstante un acuerdo alcanzado en un panel de arbitraje internacional.
Oliveros destacó que Pdvsa está muy
vulnerable frente a sus numerosos acreedores (entre ellos, los tenedores
de bonos, proveedores, empresas contratistas y de servicios y socios de
las empresas mixtas), debido a que no tiene flujo de caja para pagar.
Esto se agrava, agregó, con la
declinación acelerada de la producción petrolera que cerrará en 1 millón
de barriles diarios en 2018 cuando es necesario explotar diariamente
entre 1,9 millones y 2,5 millones de barriles para equilibrar las cosas.
Esta situación forzó la decisión del
Ejecutivo de aumentar el precio de los combustibles automotores
(gasolina y diesel) en el mercado interno, según el economista; sin
embargo, no cree que el incremento se iguale con la cotización
internacional porque “hay sectores del gobierno interesados en que eso
no suceda”.
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