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miércoles, 12 de septiembre de 2018

Venezuela, la primera gran crisis migratoria de Latinoamérica


  • El descalabro político y económico que atraviesa desde hace años devastó el tejido social y provocó una catástrofe humanitaria.
  • El masivo desplazamiento de personas que huyen del desastre involucra forzosamente a todos los países de la región.


¿No ven sospechoso que hay fotos de venezolanos en Perú, Ecuador y Colombia caminando por la orilla de la carretera? Parece que eso fuese luz, cámara, acción. Es una campaña en contra de nuestro país, una campaña de dimensiones extraordinarias en el uso de recursos y en la falta de escrúpulos de quienes la dirigen, los grandes medios de comunicación”.
Esa reflexión, disparatada a la luz de los hechos, salió hace una semana de la boca de Diosdado Cabello, presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente y nada menos que segundo hombre fuerte del chavismo, a propósito del descomunal éxodo que protagonizan por estos días sus compatriotas.
De la misma manera que interpretan la huida masiva de venezolanos espantados por la miseria como un invento de medios puestos al servicio de oscuras conspiraciones externas, los jerarcas del régimen niegan la crisis humanitaria que sufre el país.
Tampoco se adjudican la más mínima responsabilidad por la hiperinflación inclasificable que demolió la economía hasta los cimientos: antes de anunciar la puesta en circulación de una nueva moneda, el “bolívar soberano”, con cinco ceros menos que el difunto “bolívar fuerte”, el presidente Nicolás Maduro vociferó que “Venezuela pide a gritos una revolución económica”.
Pero más allá de la sucesión de dislates protagonizados por los líderes chavistas, la realidad se impone con sus crudos datos: según las estadísticas actualizadas de la ONU, entre 2015 y 2018 hubo un incremento de 234 por ciento en la emigración desde Venezuela.
Un fenómenos que crece
Un fenómenos que crece

Datos crudos
Esto significa que hace tres años los venezolanos instalados fuera de su país eran 696 mil y en la actualidad son poco más de 2.300.000, aunque el informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) del período mayo-agosto de este año, aclara que “ese número está basado en datos oficiales que no representan cabalmente la cantidad de venezolanos que viven en el exterior en situación irregular”.
Los datos migratorios vinculados al país caribeño parecen tan extravagantes como los números que arroja su descalabrada economía, sintetizados en un pronóstico inflacionario de un millón por ciento para el año 2018, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Como se puede advertir, los tiempos trágicos que vive Venezuela acostumbraron a sus habitantes a las grandes magnitudes.
El informe de la OIM, asociada desde 2016 a la ONU, destaca que “se han vuelto más evidentes tanto el carácter ascendente y continuado de la migración venezolana como sus dimensiones regionales, mientras aumentan los niveles de vulnerabilidad de las personas en movimiento”.
Para respaldar ese diagnóstico, basta remitirse a la variación reflejada en los últimos cuatro meses: en abril último, el número de venezolanos fuera de su país llegaba a 1.642.442, mientras en agosto la emigración alcanzó la cifra de 2.328.442 personas, lo que significa un incremento de 44 por ciento.
Si se analiza el comportamiento de distintos gobiernos de la región frente al régimen chavista, la conclusión es que, de la actitud mayoritariamente complaciente cuando ya había claros indicios de su deriva autoritaria, se pasó casi a dejar que Venezuela se cocine en su propia salsa. Pero el dilema ahora es que la interminable agonía del chavismo en el poder comenzó a irradiar sus efectos negativos a nivel regional, al transformar el drama político y económico del país en una crisis humanitaria y migratoria de proporciones cada vez más inquietantes.
Cifras arrolladoras
Colombia sufre el impacto directo de la catástrofe social de su desventurado vecino, a causa de los dos mil kilómetros de frontera compartida. Hasta el momento, ese país alberga a 870 mil venezolanos, aunque en las últimas semanas se acrecentó el flujo migratorio hacia Ecuador y, sobre todo, hacia Perú, país que superó a Chile entre los destinos más buscados dentro de la región.
El masivo arribo al territorio peruano de ciudadanos oriundos de Venezuela en los últimos meses es, justamente, un claro indicador de la profundidad expresada por la crisis migratoria: los 350 mil venezolanos que hasta el mes pasado llegaron a Perú implican un explosivo aumento de 15 mil por ciento respecto a los 2.351 que vivían en ese país en 2015.
En el caso de Chile, que quedó ubicado en tercer lugar entre los países sudamericanos que reciben más gente desde la tierra gobernada por Maduro, hasta agosto habían entrado casi 106 mil inmigrantes de ese origen, un crecimiento de 1.222 por ciento respecto de 2015 (cuando vivían en territorio chileno ocho mil venezolanos).
Argentina recibió hasta los últimos días a 95 mil inmigrantes venezolanos, mientras que a Brasil ingresaron alrededor de 50 mil. De acuerdo con el mismo relevamiento de la OIM, Estados Unidos (300 mil inmigrantes) y España (210 mil) continúan como los dos destinos más buscados fuera de Sudamérica, pero las salidas hacia el sur del continente aumentaron cerca de 900 por ciento desde 2015, con Colombia y Perú a la cabeza.
Características
Las distintas filiales de la OIM en la región realizan de modo periódico estudios conocidos como “Matriz de Seguimiento de Desplazamiento”, que entre otras cosas permiten determinar en base a encuestas el perfil de los migrantes venezolanos esparcidos en los distintos países del área.
Entre octubre de 2017 y mayo de 2018, por ejemplo, el 60 por ciento de los desplazados en las zonas fronterizas de Perú y Ecuador fueron hombres, en tanto que más del 80 por ciento informaron edades que oscilan entre los 18 y 40 años.
Los mismos estudios muestran que el 70 por ciento de los venezolanos que se ven forzados a dejar su país declaró el estado civil soltero. Pero quizás uno de los datos más inquietantes que dejan al descubierto los movimientos migratorios es la problemática de la separación familiar: al salir en busca de un mejor futuro económico y social para los suyos, entre 75 y 80 por ciento de los inmigrantes manifestó haber dejado a sus hijos en el castigado país de origen, aunque también en muchos casos por lo menos uno de los hijos ya se encuentra en el país de destino.
Buen nivel educativo: Técnicos o universitarios
Más del 60 por ciento tiene al menos estudios superiores.Venezuela, entre las 10 naciones con crisis graves.
Las encuestas en zonas fronterizas de Perú el año pasado muestran que más del 60 por ciento de los inmigrantes informaron tener un nivel educativo superior con estudios técnicos o universitarios, aunque ese porcentaje bajó al 40 por ciento en las encuestas en las zonas de frontera de Ecuador.
Los especialistas reconocen tres grandes olas migratorias de venezolanos desde que el chavismo llegó al poder: en 2001, en 2014 y la última durante este año.
El suicidio de un país: Un escape sin precedentes
Desde 2000, Venezuela revirtió progresivamente su cualidad de país abierto a inmigrantes y exiliados políticos y comenzó una diáspora. Hoy, tiene el triste destino de figurar entre los 10 países con crisis humanitarias más desatendidas del planeta, según el Consejo Noruego de Refugiados (NRC).
En esa lista negra figuran la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Burundi, Etiopía y Yemen, como para tener una idea de lo que significa.
LA VOZ Argentina

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