El crimen y la crisis económica han convertido las calles
tradicionalmente vibrantes de Caracas en tierra de nadie una vez que se
pone el sol.
Las principales calles, como la carretera Francisco Fajardo, estaban vacías durante los recientes recorridos nocturnos de AFP. Casi ningún automóvil pasó por la Esfera de Soto,
una obra de arte gigante suspendida en forma de esfera naranja, que es
icónica para esta problemática ciudad de seis millones de personas.
Tampoco había mucho tráfico en la Avenida Libertador, que une el este y
el oeste de Caracas, y en el distrito de la clase trabajadora de La
Candelaria, en el centro de la ciudad, casi no había peatones. Los pocos que había caminaban muy rápido.
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