Desde hace al menos dos años la
presencia de guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y
disidentes de las Farc que no se acogieron al proceso de paz se ha
notado y denunciado en Venezuela, especialmente en los estados Bolívar,
Apure, Amazonas, estos dos últimos fronterizos con Colombia.
Por: Valentina Lares Martiz / El Tiempo
Allí han replicado sus asentamientos en zonas selváticas así como el control de rutas de transporte y poblaciones, pero
sobre todo se han involucrado en la explotación de los recursos
minerales del suelo venezolano, específicamente el oro, diamante y
coltán.
Se
trata de la reinvención de estos grupos a la sombra de la “revolución
bolivariana”, que en tiempos de Hugo Chávez tuvieron luz verde para
entrar y descansar en Venezuela, pero bajo el régimen de Nicolás
Maduro tienen un “trabajo” formal en las minas: organizar a los mineros
para explotar el recurso, luego transportarlo y entregarlo al gobierno
venezolano, que desde hace poco tiempo recurre a la explotación
minera como nueva fuente de riqueza ante el declive de su producción
petrolera.
Funciona como una especie de alianza laboral en la que la Fuerza
Armada Nacional de Venezuela tiene un rol pasivo, con apenas presencia
en algunos puntos de control y haciéndose la vista gorda ante la
actividad de la zona. Así lo explican el diputado por el estado Bolívar,
Américo De Grazia, y el excandidato a gobernador y también exdiputado
de esa región Andrés Velásquez, recientemente amenazados por el
presidente Maduro por denunciar lo que ocurre al sur del país.
“Estas actividades de explotación y
entrega de oro y coltán al gobierno venezolano solían estar a cargo de
los ‘pranes’ (criminales o ex convictos pertenecientes al crimen
organizado que controlan a sangre y fuego la explotación de los
recursos), pero poco a poco los disidentes de las Farc y guerrilleros
del Eln que han entrado a Venezuela han ido asumiendo estos roles”,
explica Velásquez a EL TIEMPO.
“Los guerrilleros están haciendo el mismo trabajo de los ‘pranes’,
pero al gobierno les ha resultado mejor la cosa con ellos porque se
supone que son más organizados, tienen mejor control de la zona y hay
menos problemas entre clanes”.El diputado De Grazia, baquiano de la zona, explica que son tres los puntos donde el Eln y la disidencia fariana ha logrado establecerse. En Parguaza, una zona conocida como el cuadrante entre los estados Bolívar, Apure, Amazonas y que pellizca la frontera con Colombia, donde se explota el coltán. “Esta zona es custodiada y operada por el Eln”, asegura. La segunda zona es en San Vicente de Paúl, en el municipio Cedeño también en el estado Bolívar, donde hay explotación de diamante y el tercer punto es la zona de Bochinche, en la zona limítrofe entre Venezuela y el Esequibo, al extremo oriental del estado Bolívar.
En este último punto la explotación es de oro, lo mismo que en el municipio Sifontes, donde se encuentra la zona de Tumeremo, fuente prácticamente inagotable del metal precioso y por eso también de mafias por controlarlo. Allí han ocurrido al menos tres masacres de mineros en los últimos dos años.
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“Los guerrilleros están haciendo el mismo trabajo de los ‘pranes'”
El detonante
Pero si la Fuerza Armada venezolana y
las guerrillas colombianas trabajan en una supuesta alianza, ¿por qué el
ELN organizó una emboscada en la que cayeron asesinados tres militares
venezolanos? La detención de Luis Felipe Ortega Bernal, alias ‘Gargante’
y reconocido oficialmente por el gobierno colombiano como cabecilla del
Eln, ocurrió en el estado venezolano Amazonas, donde la “alianza
laboral” entre el gobierno venezolano y este grupo irregular no está tan
aceitada como en el estado Bolívar.
El nombramiento, en julio de este año, del general Miguel Eliécer
Martínez Morales como jefe de la Zona Operativa de Defensa Integral
(ZODI) del estado Amazonas supuso un punto de inflexión para la
penetración guerrillera en esa región venezolana, pues el general
habría ordenado el desalojo de los guerrilleros de los yacimientos de
oro y, en uno de esos operativos, apresó a ‘Garganta’ y otros ocho
cuadros elenos, según reseña la prensa local.“Esto pone en evidencia que nada en la Fuerza Armada es color de rosa y que sí hay militares venezolanos que son institucionalistas. Los comandantes de una fuerza tienen libertad de operación y por algo se dio esta orden”, explica el diputado De Grazia. En vista de que Garganta no fue liberado de inmediato, el Eln habría ordenado la emboscada en la que resultaron asesinados tres soldados de la Guardia Nacional venezolana.
Los intocables
La respuesta del gobierno venezolano tras el ataque fue tardía y confusa. El
ministro de Defensa, Vladimir Padrino, se negó a identificar a los
atacantes de los soldados venezolanos utilizando un genérico de “grupos
irregulares” a los que pidió “por favor” abandonar el territorio
venezolano, aún después de que oficialmente Colombia reconociera a alias
‘Garganta’ como “reconocido cabecilla del Ejército de Liberación
Nacional cuyo prontuario delictivo le mereció circular azul por parte de
Interpol, por múltiples delitos cometidos en nuestro país”.
Tanto Velásquez como De Grazia, otros diputados y analistas venezolanos aseguran que la
tibia respuesta del alto gobierno venezolano revela finalmente una
alianza con la guerrilla colombiana que trasciende algún esfuerzo por el
proceso de paz en Colombia y que está dispuesta a dejar pasar choques como el ocurrido el fin de semana.“Es insólita su respueta”, fustiga Velásquez. “El ministro Padrino fue incapaz de mencionarlo, incapaz de hablar de guerrilla ni mucho menos es Eln. Eso desmoraliza a lo interno y demuestra que hay dos cosas, o complicidad entre nuestra Fuerza Armada y esos grupos o una incapacidad total para enfrentarlos”.
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