Foto: Archivo
María Corina Machado
El estado criminal se quitó la careta y ya no disimula. El territorio
venezolano está siendo fragmentado para ser controlado por las
distintas mafias y redes criminales. En La Goajira manda el Ejército Popular de Liberación (EPL), en el Sur de Bolívar el ELN, la FARC y el pranato minero. Pero también en Paria operan las poderosas redes de narcotráfico y contrabando de combustible, en Táchira se pelean el ELN, el FBL, y los paramilitares; en la Sierra de Perijá se instaló el Cartel de Sinaloa con su protector el ELN.
La extensión del territorio venezolano controlado por este universo de
la delincuencia global y el terrorismo, donde los cuerpos de seguridad
del Estado, civiles y militares no pueden ejercer autoridad y por lo
tanto, Soberanía, crece cada día.
El estado criminal comienza a ser expuesto en otra de sus facetas: la
corrupción y el lavado de capitales en cifras astronómicas. 1.000 millones de dólares en UN solo caso,
de entre cientos que se van destapando indeteniblemente en los
tribunales del mundo. Es un show grotesco que comienza a develarse: cómo
las mafias fueron penetrando y cooptando a personas en todos los
sectores, desde el financiero, pasando por lo comunicacional, político,
empresarial, financiero, entre otros. Muchas cosas, -acciones y
omisiones-, ahora se entienden.
Y mientras se expone esta danza de millones en cuentas oscuras
alrededor del planeta, el hambre mata en Venezuela. Lo dice Caritas de Venezuela: 2 de cada 10 niños venezolanos, entre 0 y 5 años sufren desnutrición y
eso ya los ha afectado, de alguna manera, para toda su vida. Los
“aumentos de Maduro” que generaron ilusión primero y burla después;
ahora provocan rabia. Pura y profunda. Ya nadie come con cuentos.
El hambre mata, como mata la tristeza. Mata a los hijos y a las madres.
Esto que voy a expresar, como mamá me atraganta: en la Venezuela de
hoy, aproximadamente cada 2 horas se muere una mujer por cáncer de mama,
para el cual no hay tratamiento. ¿Saben cuál es una de las causas del
inmenso incremento de esta enfermedad? La tristeza de las madres que ven
partir a sus hijos, y que se refleja en un órgano de íntima conexión
entre la madre y su hijo, desde la lactancia.
Maduro, los cubanos y sus mafias saben que la
corrosión del sistema se acelera y que las fuerzas relevantes del mundo
no se van a calar un estado forajido y fallido, con la mezcla letal de
narcotráfico y terrorismo, complementado por una voraz voluntad
expansionista, operando en el hemisferio occidental. Por eso, el régimen
planifica una escalada represiva porque es la única herramienta que les
queda para defenderse. Hablan de paz, “correcciones económicas” y
negociación, mientras se preparan para la guerra. Y para “su” guerra,
necesitan disolver lo que queda de la Fuerza Armada Nacional.
Esa institución militar que infiltraron de cubanos, que corrompieron en
las fronteras y alcabalas, que degradaron su apresto, entrenamiento y
remuneración, y a la cual le destruyeron la meritocracia y la obediencia
debida. Un síntoma alarmante del avance de este proceso es la decisión
del régimen de darle curso a las más de 12 mil solicitudes de baja
represadas por meses, que fueron concedidas entre septiembre y octubre
pasados.
El régimen necesita entonces, neutralizar a la FAN que en su espíritu se le volteó, y “silenciar” a los sectores “rebeldes”/radicales,
que no aceptan cohabitación alguna. Y tienen que hacerlo rápido, antes
que las acciones internacionales, que ya arrancaron, logren su efecto:
descubrir a todos los cómplices y provocar el enfrentamiento final entre
las mafias; con el consecuente quiebre del régimen y colapso del
sistema.
Bajo esta realidad es evidente que otras fuerzas apaciguadoras entren
en acción, con mucha plata y muchos “medios”. Desde Europa, pasando por
Nueva York y hasta en República Dominicana,
encuentran eco a “una solución pacífica y electoral negociada, que
evite un desenlace violento”. Suena bello. Claro, eso implica pactar
para moderar el lenguaje, reconocimiento mutuo, farsas electorales y TIEMPO para oxigenar a la tiranía criminal.
Explíquenle a esa mamá en Chaguaramas que tiene 7 meses buscando la
pentavalente para su bebé, que SÓLO tiene que esperar 12 meses más y
mientras tanto reza para que su hijo no se muera.
Por esto, el riesgo es inminente y enorme; y sí, la posibilidad de
sacar de raíz al sistema de mafias en el corto plazo se nos puede
escapar.
Un estado criminal es muy diferente a una dictadura. Lo son sus
estructuras de poder y sus incentivos. Una dictadura puede rendirse ante
una amenaza creíble a su estabilidad. Un estado criminal sólo cederá
ante la fuerza aplicada. Aquellos que, incluso de buena fe, a estas
alturas planteen soluciones políticas convencionales para detener esta
tragedia, están facilitando el propósito de permanencia de la tiranía y
la disolución de la Nación.
La verdad es dura e irrebatible, aunque cueste aceptarla, tenemos la obligación de actuar ya. Es la hora de la sincronización entre las fuerzas ciudadanas, civiles y militares, que estamos dispuestos a salvar a Venezuela, junto a las fuerzas democráticas internacionales que tienen el poder real de provocar la ruptura. Es ahora. |
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