Cuando aún las llamas y el humo no se ha disipado en el Amazonas y
otras zonas biodiversas de América latina, líderes políticos de Brasil,
Perú, Ecuador y Colombia firmarán mañana un pacto que buscar reforzar el
tratado existente de protección de esta zona que tiene impacto en toda
la región.
Los últimos datos disponibles sugieren que la reunión, de la que el
presidente brasileño, Jair Bolsonaro, participará por videoconferencia
por un problema de salud, culminará con la firma de un "Pacto Amazónico"
que está siendo liderado por el gobierno colombiano, con aportes de
otros países amazónicos.
El objetivo es superar los acuerdos existentes, como la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA). Será un texto declarativo no vinculante y, potencialmente, el inicio de un proceso más largo de un esfuerzo concertado para dirigir los flujos de cooperación hacia la región.
"Tenemos que elevar nuestra voz al nivel presidencial y hacer un pacto
donde todos coordinemos nuestras acciones para proteger nuestra
Amazonía", dijo Iván Duque en una conferencia de prensa en la ciudad
amazónica de Pucallpa, en Perú.
El presidente de Perú, Martín Vizcarra, agregó que la reunión buscará
comprometer a los países con un plan común para proteger la selva
tropical en la cuenca amazónica, compartido por Brasil, Perú, Colombia,
Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana y Surina.
"No debería ser sólo una política reactiva debido a la emergencia a la
que se enfrentan los países vecinos con estos incendios. Más bien
debería tener una visión a largo plazo sobre cómo evitar la
deforestación", sostuvo el peruano.
Los incendios no sólo afectan a Brasil. Al menos 600.000 hectáreas
están ardiendo en Bolivia, cerca de la frontera con Paraguay y Brasil.
Evo Morales, presidente de Bolivia, también participaría del encuentro.
Duque
calificó de "preocupantes" los incendios en Brasil, pero agregó que la
gente de todo el mundo necesita ser más consciente de cómo contribuyen
al cambio climático.
Los países esperan poder actuar de manera coordinada para la protección de esta región del mundo. Sin embargo, no va ser una tarea fácil ya que sólo en 2018 la Amazonia colombiana concentró el 70,1% de la deforestación total del país, acumulando una pérdida de 282.323 hectáreas en los últimos dos años.
Duque el mes pasado junto al Ministerio de Medio Ambiente, creó el
Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación. El jefe de esta
cartera, Ricardo Lozano, dijo que la prevención es la política del
gobierno en temas ambientales. "A pesar de que el país cayó en una
desafortunada actitud reactiva frente a los temas ambientales, somos los
principales enemigos de la reacción y nuestras acciones están enfocadas
en prevenir los daños sobre la naturaleza".
Desde hace 10 años, existe en el país un avanzado sistema de monitoreo
de los bosques que viene siendo operado por el Instituto de Hidrología
Metereología y Estudios Ambientales (Ideam). Esto ha permitido detectar
las amenazas contra los bosques, lo que generó que en 2018 la cifra de
hectáreas deforestadas en Colombia haya disminuido un 10 por ciento.
"Afortunadamente está lloviendo en el Amazonas colombiano. Ha llovido en Leticia en los últimos 15 días", dijo al explicar por qué en esa parte de la selva no han ocurrido incendios como los de Brasil.
Lozano recordó que "la conservación y protección" de los recursos
naturales es una prioridad del Gobierno colombiano y así quedó
establecido en el Plan Nacional de Desarrollo aprobado el año pasado por
el Congreso.
Los daños en Brasil aún no están calculados. Por el momento se habla de
casi 3 millones de hectáreas afectadas en la Amazonia y en El Cerrado.
Bolsonaro emitió una prohibición de encender fuego y de deforestar por
dos meses, aunque esto sólo sucedió hace pocos días.
El mismo camino tomó Bolivia. Uno de los partidos más afectados, el de
Santa Cruz, decidió ayer por ley que poner en vigencia la pausa
ambiental en el departamento, la misma que se apoya en cuatro ejes
principales que deberán de cumplirse en las zonas que están en
emergencia por los incendios forestales. Las medidas adoptadas son las
siguientes: la prohibición de los asentamientos humanos en las áreas
afectadas, se suspenden la quema y los desmontes, el cambio de uso de
suelo y la caza y comercialización de los productos generados por los
incendios.
En Paraguay hasta el momento se han registrado daños por el fuego en
70.000 hectáreas. La zona más afectada es la del Chaco paraguayo, región
que se extiende hasta la Argentina.
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