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martes, 16 de junio de 2020

Hacia las elecciones, desplazamiento de la oposicion mayoritaria es el escenario posible

José Luis Carrillo





Los analistas políticos Óscar Vallés y Benigno Alarcón consideran que el gobierno de Nicolás Maduro juega a promover la abstención para las elecciones parlamentarias, y advierten que los sectores mayoritarios de la oposición tienen un gran dilema por delante en cuanto a participar o no

Este lunes 15 de junio asumieron sus cargos los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) designados por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que declaró una omisión legislativa por parte de la Asamblea Nacional (AN) a pesar de que a ninguno de los cinco rectores anteriores se les había vencido su período de gestión.



Gladys Gutiérrez, José Luis Gutiérrez, Tania D’Amelio (quien repite), Rafael Simón Jiménez como vicepresidente e Indira Alfonso, tendrán la misión de organizar las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional, que deben ser realizadas en el presente año 2020 pues el nuevo  período Legislativo comienza el venidero cinco de enero de 2021.
Con el proceso de las elecciones a la vuelta de la esquina, las expectativas comienzan a generarse sobre las posibilidades de un cambio político en el país; sin embargo, para los analistas políticos Óscar Vallés y Benigno Alarcón, el escenario con más probabilidad de ocurrir, según las condiciones políticas actuales, es favorable al gobierno de Nicolás Maduro a la vez que las fuerzas de la mesa de diálogo nacional, conocida como la “mesita” podrían desplazar a los sectores mayoritarios de la oposición, que se enfrentan al gran dilema sobre si participar o no en los comicios.

Maduro queda intocable con las elecciones

El politólogo y jefe del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad Metropolitana, Óscar Vallés considera que hay dos escenarios principales posibles hacia la contienda por los escaños del Parlamento; uno, al que le ve muy pocas probabilidades, en el que el Gobierno otorga todas las garantías para la confianza y transparencia del proceso, en el cual la oposición mayoritaria participaría, y otro en el que, valiéndose de su mayoría en el directorio del CNE, así como en el TSJ, se ponen trabas a la participación y la observación internacional y nacional, con una oposición mayoritaria que continúa la política abstencionista que mantuvo en las presidenciales y de gobernadores de 2018.
En ambos casos, asegura Vallés, el Gobierno queda incólume en su posición, mientras que es en el bando opositor donde se encuentran las mayores variables de acuerdo a la estrategia que asuman ante las elecciones en cualquiera de los dos escenarios.
“La revolución está promoviendo eficientemente el proceso electoral; participó en el comité de postulaciones, pero la radicalidad de la AN, al abrazar la propuesta de EEUU, ha hecho que la revolución busque una nueva estrategia y la monta a través de la ‘mesita’. La revolución nunca ha perdido de vista que donde va a removerse el caldero no va a ser en la revolución sino en la oposición y es importante para ellos las características del proceso y los eventuales resultados”, explicó Óscar Vallés.

“Este escenario va a empoderar el mensaje de los sectores radicales de la oposición –asegura Vallés- y va a ser una catapulta mortal en términos de participación electoral, va a favorecer ampliamente un abstencionismo opositor que tal vez será mayor al verificado en 2018 cuando la elección de asamblea constituyente. De esta manera, la primera minoría capaz de tener mayoría electoral va a ser la oficialista; el señor Guaidó no va a tener posibilidad de obtener un triunfo y tendrá que decidir si se pliega al sector abstencionista o sufre una derrota flagrante ante la minoría que va a movilizar la revolución”
En este sentido, detalló que, en el escenario uno, de alta participación y confianza en las elecciones, habrá un sector de la oposición, que no participará en los comicios, porque no lo hará “así pongan al papa Francisco al frente al CNE”. Señaló que son personas que han dicho que mientras Maduro esté en el poder no participan de ningún proceso, es decir, adoptan la tesis del secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. Al ocurrir esto lo más posible, en su opinión, es que la abstención sea superior a lo verificado en anteriores procesos electorales.

La importancia de la estrategia opositora ante las elecciones

Por su parte, Benigno Alarcón director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) coincide con Vallés en las mayores posibilidades de un escenario favorable para Maduro, aunque acota que esto será así siembre y cuando la oposición no tenga una estrategia para participar o hacer el frente a esa elección, ya que la misma se producirá y el resultado, si no tiene una estrategia para sacar buenos resultados o abortar esas elecciones o deslegitimarla totalmente hasta el punto que el Gobierno no pueda hacer nada con ella, harán que el Gobierno eche mano del Parlamento y deje a la oposición solo con el espacio de la calle, sin ningún espacio institucional. Así que todo va a depender, insiste, en que la oposición pueda armar una estrategia coherente.
“Obviamente el dilema mayor de la oposición está entre participar o no hacerlo. No es un dilema menor, lo estamos viendo en la ambigüedad discursiva que se mantiene en ciertos ámbitos de la oposición donde por un lado algunos pueden tener la intención de participar y creen que es lo que se debe hacer, pero no se atreven a decirlo abiertamente por miedo a los ataques que eso pueda generar contra ellos”, apuntó Benigno Alarcón, quien advirtió que, aunque las redes sociales siempre han estado muy activas con este tema, no suelen ser representativas del estado de la opinión pública.
“Lo que se conoce en los estudios de opinión pública, es que la oposición está dividida entre participar y no hacerlo. Esto coloca a la oposición en una situación muy difícil porque si no tiene la capacidad para convencer a la gran mayoría de quienes votarían por ellos de participar y los que llegan a votar constituyen un porcentaje igual o menor a la mitad la tendría muy complicada para ser competitiva en una elección de esa naturaleza “, advirtió.

Condiciones de imparcialidad no están para nada garantizadas

A juicio de Benigno Alarcón, a la hora de participar, lo que se asoma hasta ahora es que serán unas elecciones donde las condiciones de imparcialidad no están para nada garantizadas. “Es un proceso donde tú sientes que no hay un CNE imparcial y unas condiciones que puedes considerar únicas. No es que no tenga la mayoría, sino poder convencer a la totalidad de esa mayoría de que la elección es un mecanismo que, si a lo mejor no resuelve el cambio político, por lo menos lo acerca”, explicó Benigno Alarcón.
También coincide con Vallés en resaltar que el Gobierno lo que pretende es que el electorado no participe de los comicios. “Eso quita el problema de que la oposición pueda volver a ganar la Asamblea o tener un número significativo de diputados que puedan generarle problemas al Gobierno, que necesita el control del Legislativo para hacer cosas que no ha podido hacer en los últimos años, como la aprobación de ciertos convenios internacionales, inclusive algunos de sus socios que, aunque están condicionalmente con Nicolás Maduro, quieren garantías para poder hacer las cosas por si el día de mañana hay un cambio de gobierno y el nuevo no les reconozca sus inversiones o propiedades”, expuso.

El desplazamiento de la “mesita”

Óscar Vallés hizo énfasis en que ese escenario dos, de poca participación y confiabilidad en el proceso, es el único donde los partidos de la “mesita” pueden obtener renta electoral, algo que considera muy poco probable en caso de que el sector mayoritario de la oposición, el conformado por el llamado G4 (Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo), decida participar activamente en el proceso.
Añadió que los partidos de la “mesita” comenzarían entonces en este segundo escenario a ir desplazando, no en el corazón de los venezolanos, pero sí en los marcos institucionales formales del Estado, a la oposición venezolana. “Es la estrategia de Claudio Fermín, Felipe Mujica, Timoteo Zambrano y Henri Falcón”.
“Ellos no están allí para mediar entre Guaidó y Maduro sino para desplazar a Guaidó y quedarse con Maduro como la única interlocución válida ante el mundo”, precisó.
Por ello recalcó que “las fuerzas de la “mesita” están promoviendo es el escenario dos, e insistió en que, en ninguno de los dos escenarios posibles, ni Maduro ni los radicales de oposición quedan a riesgo, pero en el segundo, aumentaría mucho la altisonancia de los sectores radicales, ya que el uno, de alta participación y confiabilidad, sería más difícil para ellos”.

Pérdida de presencia institucional

A su vez, Benigno Alarcón estima que, si los sectores mayoritarios de la oposición deciden no participar en las elecciones, se perderá la presencia institucional en la Asamblea. “Se abrirá un debate sobre si la Asamblea se reconoce o no se reconoce, algunos países posiblemente dirán ‘no reconozco porque las condiciones no fueron justas’, pero puede haber otros que van a estar en un dilema también entre reconocer o no al nuevo Parlamento”, consideró.
En todo caso, precisó que, si el Gobierno tiene cierta certeza de que el grueso de la oposición no va a participar, o que si decide a hacerlo lo hará tarde y no podrá convencer a su electorado de que vaya a votar, va a estar más interesado en generar las mejores condiciones posibles porque sabe que, aunque las genere, ese sector no va a tener posibilidad de ganar la elección.
“Si la oposición hace mediciones, el Gobierno las hace 100 veces más. Si percibe que hay oportunidad de arrancarte la Asamblea va a brindar a la comunidad internacional la mayor cantidad de garantías, observación, se abrirán los medios. Ahora, si siente que vas a competir y puedes echar una broma en esa competencia, se va a ver obligado a restarle condiciones a la oposición para evitar que pueda ganar u obtenga una parte significativa de la AN que pueda generarle problemas. El juego es tratar de que la oposición no participe y mejorar las condiciones y sustituir a la oposición por una nueva”, aseveró.
Con respecto a la “mesita”, sostuvo que, con intención o sin ella, los intereses del Gobierno y de las fuerzas del MAS, Cambiemos, Soluciones y AP están alineados con miras a las elecciones parlamentarias. “El Gobierno quiere salir de la actual oposición que está representada en la Asamblea, y la mesita quiere ocupar el lugar del G4, entonces, obviamente la mesita está consciente que son una oposición minoritaria con mucha desconfianza sobre ellos, sobre su verdadera vocación opositora y la mayoría de la gente la ve como una oposición cooptada, pero si los partidos mayoritarios deciden no participar, los votos de los electores que acudan a sufragar van a ir a los de la mesita. Es parte del juego que estamos viendo de cara a la elección parlamentaria”, concluyó

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