Fue hace un año y medio, cuando Juan Guaidó, pasó a ser el rostro oficial de la oposición al régimen de Nicolás Maduro. El nuevo Presidente encargado asumía con una promesa que, hasta el momento, no se había visto: la unidad de las fuerzas contrarias al chavismo, una vocería común ante el mundo y la expectativa de una opción política.
Entrevista concedida a El Mercurio de Chile
La idea fue apoyada y seguida inmediatamente por muchos países que se pusieron detrás de Guaidó. Al punto que varios mandatarios lo acompañaron, en febrero de 2019, a un acto en Cúcuta que, supuestamente, marcaría la deserción de muchos militares y el comienzo del fin de la dictadura de Nicolás Maduro. Los ojos del mundo estaban fijos en Venezuela.
De chaqueta azul y camisa blanca, sentado en la segunda oficina que ha tenido desde que asumió (la primera fue allanada por el régimen chavista), el Presidente encargado Juan Guaidó repite varias veces que “no hay que olvidarse del contexto”. Insiste en que la situación venezolana es distinta a otras y defiende sus logros.
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