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domingo, 6 de diciembre de 2020

Chavismo convirtió a los CLAP en estructuras partidistas para el 6D, y lo admite


Estructuras creadas y financiadas por el Estado venezolano son usadas por el partido de gobierno para operar políticamente a su favor en el marco del evento electoral del 6D. Los CLAP fueron incorporados a la debutante RAAS junto a las UBCH y los consejos comunales, convirtiendo sistemas de organización social en estructuras de acción partidista en franca violación a las leyes electorales



La estructura de Consejos Comunales y de los CLAP funcionan como células partidistas, particularmente en el estado Táchira, fronterizo con Colombia, donde el «jefe nacional de los CLAP» Freddy Bernal está postulado como candidato. En sus actos de campaña, como en los del partido en el resto del país, los integrantes de los CLAP han servido de movilizadores y organizadores del partido oficial. A pesar de las múltiples evidencias, el Consejo Nacional Electoral no se pronunció al respecto.

 

Mediante mensajes de texto SMS distribuidos por el Ministerio de Información, los integrantes de los CLAP y otros sistemas de organización comunitaria reciben instrucciones para acudir a los actos, como este que fue distribuido esta semana:

*CIERRE DE CAMPAÑA Se convoca al PSUV DIEGO IBARRA* (UBCH, CLAP, SV, JPSUV, FFM, MILICIA, COMUNA, MM, CHJUV, GPP), acompañar a nuestro *Gob Rafael Lacava *Leonel Ruiz* a recibir a Diosdado Cabello*Jueves 03/12/2020* Complejo Deportivo Batalla de Carabobo Hora: 9:00AM

Para el 6D, los CLAP fueron incorporados a la Red de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS), una instancia que debutó de cara al 6D y que, según la narrativa oficial, busca coordinar a nivel local «las acciones entre el Estado y las organizaciones del Poder Popular en procura de la mayor suma de felicidad posible de sus pobladores». La propia página de la Vicepresidencia se encarga de borrar los límites entre Estado y partido al admitir que para la RAAS «es necesario que el PSUV cree una estrategia de comunicación política para el pueblo».

La plataforma Misión Verdad admite que la estructura de los CLAP -que funcionan con recursos del Estado venezolano- son usadas con fines partidistas a favor del PSUV. «En estas elecciones, los que componen ese sistema en las comunidades, es decir, las Unidades Bolívar-Chávez (UBCH), los Consejos Comunales y los CLAP, han organizado la campaña electoral del chavismo».

Y se puso en práctica. En el occidental estado Zulia, un integrante de una RAAS, denuncia que una reunión convocada para entregar el CLAP «resultó que era el cierre de campaña del PSUV».

Voto por comida

Antonia Camacaro vive en Capacho, en el fronterizo estado Táchira. Es pensionada y vive gracias a las ayudas que sus hijos le envían desde Colombia. «A mi me han tocado la puerta varias veces para decirme que tengo que votar. Saben que yo me bandeo con el CLAP para completar la comida». Para la mujer de 67 años ni siquiera está en discusión la legitimidad de la votación. «Yo no me voy a arriesgar a que me saquen de esa lista».

En Monagas, Alberto Román denuncia que el chiste de Diosdado Cabello -«el que no vota, no come»- no es ningún juego. «Es doloroso conocer gente que sufre el chantaje del régimen para obligarlos a votar. Y no te estoy hablando en frío, sino de familiares míos, directos, que no pueden hacer otra cosa sino bajar la cabeza».

No se trata solo de comida. A Julio González* le asignaron un apartamento de la Misión Vivienda en Trujillo hace un par de años. Esta semana él y sus vecinos han recibido mensajes de texto invitándolos a votar, recordándoles que deben ser agradecidos. Ni él ni sus vecinos tienen títulos de propiedad, y ya antes se han visto desalojos arbitrarios como castigos.

Empujados a votar

Para Nicolás Maduro es importante mostrar que el 6D logró convocar a la población. De allí los mensajes de «si la oposición gana yo me voy de la presidencia» que dijo la última semana, o la constante propaganda de que las sanciones internacionales, la escasez de gasolina y otros problemas cotidianos del venezolano terminarán si el parlamento deja de estar controlado por sus adversarios.

Pero para garantizar que la gente acuda a las urnas, también se opta por la manipulación y la amenaza. Durante la campaña, el Observatorio contra el Fraude instalado por la Asamblea Nacional registró chantajes hechos por candidatos del oficialismo al respecto de la entrega de bonos en efectivo por parte del régimen, anunciando que serán sustraídos a quienes no voten.

Abanderados del PSUV hicieron campaña entregando cajas de comida subsidiadas del CLAP en más de 60% de los municipios del país, según ese observatorio. Y se produjeron entregas de bombonas de gas llamando al voto, cuando el país atraviesa una severa escasez en la distribución del combustible doméstico.

Por otra parte, militantes del oficialismo también aprovecharon materiales de ayuda humanitaria enviados a Venezuela por Unicef para entregarlos como parte de la campaña electoral. La propia Unicef hizo llamados a suspender esta práctica.

Y la candidata Iris Varela envió un mensaje a funcionarios y directores del Ministerio de Asuntos Penitenciarios, que ella encabezó hasta hace algunas semanas, y pidió que «el que no vote, que lo boten».

Estudios de opinión como de la encuestadora Datanálisis indican que apenas 8,6% de los venezolanos dicen estar muy dispuestos a participar el 6 de diciembre, mientras 25,4% sostiene estar algo dispuestos a hacerlo. El potencial de participación es por tanto menor a 34%. Según Consultores 21, solo 22% está dispuesto a participar el 6D. En ambos casos, los dispuestos se conforman mayoritariamente por quienes se dicen chavistas.

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