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miércoles, 1 de abril de 2015

Henkel García: Tener hoy un tipo de cambio a 6,30 es un desastre


1 Abril, 2015
henkel_garcia_cortesia_empresate_nov2013Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 1 abr 2015.- Para el director de Econométrica, Henkel García, es “incomprensible” el mantenimiento de tres tipos de cambio – por los niveles de ineficiencia y corrupción que generan.
“Me parece mucho más efectivo desmontar el control de cambio y diseñar un programa de ayudas sociales directas”, agrega el experto financiero.




García cree, por otro lado, que la fuga de capitales en los útimos 16 años no excede los 100 mil millones de dólares – una opinión distinta a la de otros economistas que ubican la cifra entre 250 mil millones y 350 mil millones de dólares.
¿Por qué el gobierno nacional mantiene tres tasas de cambio que según ustedes y varios economistas es la fuente de los problemas económicos del país y de la corrupción?
-Es incomprensible. No tiene ningún tipo de sentido económico y más aún cuando se trata de un régimen cambiario que probó ser totalmente fracasado en el 2014. O sea, lo que Venezuela está haciendo es mantener un esquema cambiario del año pasado. Quizás, uno en la práctica pudiera decir que eliminó un tipo de cambio porque el Sicad no lo hemos visto alrededor de lo que llevamos de 2015.
-A mí el Simadi no me genera tanto ruido ya que se trata un sistema que tiene apenas tres millones de dólares de oferta y de transacciones. A mí lo que me genera mucho ruido son las adjudicaciones a 6,30. Porque esa brecha entre un dólar de equilibrio, que no se sabe en qué punto está pero que pudiera estar entre lo que es el Simadi y el 6,30.
-Pero tenemos un 6,30, como uno de los dólares oficiales donde la mayoría de las divisas son liquidadas por ese sistema y que hace ese sistema completamente ineficiente. Las prácticas de corrupción que hay allí son bastante conocidas; que no han sido sólo denunciadas por la oposición, también por analistas. Están siendo denunciadas por personas que pasaron por el gobierno. Están siendo denunciadas por una persona que pasó por el BCV, como es Edmeé Betancourt.
-Mientras se mantenga ese sistema, con esa tasa tan baja, resulta imposible aliviar la crisis que hoy tenemos; porque para poder obtener un dólar de producto, tú tienes que entregar dos o tres dólares a 6,30. Entonces eso lo hace ineficiente, y, además, ese dólar es entregado de manera discrecional. Es decir, el gobierno tiene que elegir qué se trae; a quién le asignan esas divisas, y para qué se entregan esas divisas. Eso es ineficiente y con corrupción, por supuesto, eso es un desastre.
Ya en la opinión pública se escucha en forma irónica que ante el fracaso del Simadi, el gobierno está preparando el Simadi II. ¿Eso significa que la política cambiaria de este gobierno entró en un círculo vicioso?
-La verdad es que no tenía conocimiento de que se va a producir el Simadi II. De lo que sí tengo conocimiento es que el Simadi no ha funcionado. La reforma que habría que hacer no es ni siquiera por Simadi; como sí por el 6,30. Pero ya el punto de los niveles de escasez y la crisis de inventario que estamos ya viviendo, y que va a empeorar hacen que ni siquiera eliminando el 6,30 y ajustándolo a 50 ó 60 funcione.
-Ya lo que hoy impera de necesidad para la economía venezolana es el desmontaje del control. Eso había sido algo que en Econométrica habíamos advertido y seguimos manteniéndolo. No hay manera de salir de la crisis actual, sino es con el desmontaje de los controles y lo que habría que discutir es si ese desmontaje lo vamos a hacer de manera ordenada; qué es lo que hay que hacer, para llevarlo de una manera ordenada.
-Si nos volvemos tercos e ignoramos la gravedad de la crisis se tendrá que hacer de una manera desordenada. Eso va a llevar que el tipo de cambio sea mucho más alto del que pudiéramos tener en otro escenario, y eso, por supuesto, va a generar un impacto peor de desmejora en la calidad de vida del venezolano.
-De modo que, desde el punto de vista del bienestar del venezolano lo que tenemos es que discutir como va a ser ese desmontaje; los elementos que hay que tomar en consideración, y sería una bonita discusión, no sólo entre economistas y analistas sino también con líderes políticos que son los que al final toman las decisiones.
Dados los casos de supuestos lavados de dólares que han salido a la luz pública, ¿en cuánto estima usted el monto de dólares que han salido del país producto de la corrupción?
-De lo que hemos vivido en los últimos quince o dieciséis años no tenemos un monto estimado. La fuga de capitales no sólo está asociada a la corrupción. A groso modo, lo que yo te puedo decir es que lo que se ha fugado pudiera ser un monto por encima de los 70 mil millones de dólares. Esto es algo que no hemos calculado; no lo hemos hecho de manera sofisticada. Pero pudiera estar entre 70 y 100 mil millones de dólares que se ha fugado en todo lo que ha sido la gestión del chavismo.
Hay quienes dicen que se ha fugado unos 350 mil millones de dólares. ¿Qué piensa usted?
-No, eso es decir que se ha fugado la mitad de los ingresos que ha tenido Venezuela en estos años de bonanza petrolera; que nosotros hemos estimado en unos 800 mil millones de dólares. Una cosa es fuga de capitales en estos dieciséis años y otra cosa es la fuga de capitales a lo largo de la historia de Venezuela. Si sumáramos todo lo que ha sido la fuga de divisas a lo largo de la historia de Venezuela, si pudiéramos estar hablando de una cantidad cercana a los 200 mil millones de dólares.
Econométrica advirtió a comienzos del año un agravamiento de la escasez por la caída de los inventarios. ¿Cuál es el estatus de esa situación? Y en promedio, ¿cuánto inventario queda en el país?
-Nosotros hemos continuado con esa misma línea. Creemos que los inventarios siguen cayendo; ahora los niveles pudieran estar entre dos o un mes – quizás hasta menos.
- No hemos tenido conocimiento de una estadística seria, robusta acerca de lo que es el nivel de inventarios. Lo que sí sabemos por parte de las cámaras es que ese nivel de inventario está todavía cayendo. Sigue con la misma línea de tendencia que teníamos unos meses atrás y, en su conjunto, podríamos quedar a un mes. Ya hay industrias que tienen menos de un mes de inventarios de acuerdo a lo que han dicho; pero como un todo, nosotros estimamos que estamos a un mes.
-Esto pareciera que no va cambiar. No hay ninguna señal por parte del gobierno a nivel de medidas que logren torcer esa tendencia. La reposición de inventarios sigue siendo muy difícil por no decir imposible. La entrega de divisas este año ha sido bastante pobre; tanto por Cencoex como por los demás sistemas. Ni siquiera hemos visto ninguna convocatoria del Sicad y, según una hoja que se filtró de parte del Banco Central de Venezuela, el promedio de entrega de Simadi en todo lo que ha sido su vida ha sido alrededor de tres millones de dólares por día.
-De modo que la entrega de divisas ha sido muy pobre y la producción nacional baja. No hemos visto ningún aumento de la misma y esto por falta de insumos. No se ha importado lo suficiente. Eso lleva a que la reposición de inventarios no se haya dado y que lo que hemos visto es, totalmente, lo contrario: una quema de inventarios para poder mantener el consumo en Venezuela.
-Esto es algo que hemos venido discutiendo: ¿qué va a pasar en Venezuela cuando se agoten los inventarios? Lo que nosotros estimamos en Econométrica es que cuando se presente ese momento va a haber una caída importante en el consumo privado. No porque los precios estén disparados sino porque no va a haber oferta de productos para satisfacer ese consumo.
Ustedes han advertido sobre la escasez de divisas. ¿Usted cree que Venezuela podrá pagar sus obligaciones internacionales?
-Va a hacer todo lo posible por pagar. ¿Qué hay margen de maniobra para pagar? Sí. Pero para que eso se dé, Venezuela debe tiene que cumplir varias obligaciones. Una de ellas es mejorar el marco interno de funcionamiento de la economía. Dejar todo este sistema de controles; suspender los ataques al empresariado privado que, a su vez, desarrolla la producción nacional.
-Eso es uno de los requerimientos. Otro de los requerimientos para que se pueda pagar la deuda afuera es disminuir lo que se entrega a Petrocaribe. Uno entiende, según estos reportes, que esa ayuda a Petrocaribe ha disminuido, pero tiene que ocurrir. Esto tiene que hacerse, quizás, de una manera más drástica, y lo otro es acudir a un organismo para un financiamiento fresco; sea multilateral, como el FMI o puede ser un crédito bilateral con China de unos diez mil o quince mil millones de dólares; que necesitaríamos, no comprometidos, de libre uso para tratar de solventar la necesidad de divisas y ese déficit que se nos presenta este año.
-Si se dan esas condiciones Venezuela tiene como pagar. Hoy por hoy, Venezuela tiene margen de maniobra para poder cumplir con los pagos. Pero si no se hace nada, entonces ese pago pudiera estar comprometido.
El analista financiero Juan Socías ha dicho que el único camino que le queda al gobierno nacional, si desea continuar financiando las misiones sociales, es volcar todas las divisas hacia el Simadi, lo que le permitiría tener más liquidez en bolívares. ¿Está de acuerdo?
-En una necesidad fiscal, una devaluación traería algún tipo de alivio a lo que son los ingresos del gobierno. Pero si se va a mandar un 70% al Simadi, lo que nosotros pensamos en Econométrica es que será mucho más efectivo levantar el control y que esa ayuda que uno entiende, que dice Socías, que es mantener el 6,30 para ayudar a la gente; una especie de subsidio por la vía de mantener cierta cantidad de productos a 6,30, sea reorientada.
-Nosotros creemos que es mucho más efectivo desmontar el control de cambio, establecer un solo tipo de cambio que podría ser menor al de Simadi, y las ayudas, que se deben mantener por un tiempo a los sectores más vulnerables para poder llevar a cabo esta transición del régimen cambiario y del sistema económico, tienen que ser directas.
-Que el subsidio sea un subsidio directo a la demanda y no a la oferta, porque el subsidio a la demanda te permite cerrarle las puertas a todo lo que es corrupción, también le cierra la puerta a lo que es contrabando. De manera que me parece mucho más efectivo desmontar el control de cambio y diseñar un programa de ayudas sociales directas de subsidio a la demanda.