Producir en el país es una tarea cada
vez más complicada. A los problemas para adquirir divisas e insumos se
ha sumado la caída en la demanda y más recientemente la disminución de
la mano de obra calificada, pues los trabajadores renuncian a las
empresas porque el sueldo que perciben es insuficiente para cubrir sus
gastos.
Dirigentes gremiales coinciden en que
la fuga de talento se empezó a agudizar a mediados del año pasado y
afirman que ha aumentado en lo que va de 2017. Aseguran que está
renunciando tanto el personal con preparación universitaria como los
obreros con muchos años de experiencia.
“El talento con grados universitarios
y los operarios más calificados se están yendo del país en la búsqueda
de más ingresos y una mejor calidad de vida, mientras que hay otros
operarios que no están tan calificados y viven en zonas de difícil
migración que han optado por dedicarse a la economía informal o han
decidido realizar actividades ilícitas para obtener más ingresos”,
afirmó la abogada Maryolga Girán, presidente de la Comisión de Asuntos
Laborales de Conindustria.
Girán aseguró que el origen del
problema son las distorsiones que hay en la economía, así como los altos
índices de inseguridad ciudadana y las fallas en el suministro de los
servicios públicos, como agua y electricidad.
Recordó que las empresas trabajan por
debajo de su capacidad instalada ante la falta de materia prima y eso
hace que caiga la producción, se reduzcan los ingresos y no haya dinero
suficiente para aumentar los sueldos de manera considerable. “Los turnos
que eran más atractivos para los empleados eran el de la noche y el de
los fines de semana y en muchas empresas los han tenido que eliminar
porque como no tienen insumos suficientes no hay necesidad de mantener
esas líneas operativas, están paralizadas”.
Porfirio Tamayo, presidente de la
Cámara de Industriales del estado Miranda, coincidió: “A las empresas se
les hace muy difícil pagar más porque ante la falta de materia prima
trabajan alrededor de 40% de su capacidad. Están produciendo menos y eso
les dificulta dar sueldos acordes a la realdad”.
Los empresarios agregan que la
inflación, que ascendió a 800% en 2016, según cifras extraoficiales, ha
hecho que los sueldos pierdan la capacidad de compra. “Hay mucha gente
que recibe 75% de sus ingresos por el bono de alimentación. Sabemos que
es una situación complicada. La escasez y la inflación que tenemos hace
que la gente se vaya a buscar otras alternativas de ingresos”, agregó
Giorgio Reni, presidente de la Cámara de Industriales de Lara.
Indicó que la fuga de talentos es una
de las peores consecuencias de la crisis económica. “En este momento
estamos exportando una materia prima no renovable para nosotros. Son
personas muy bien preparadas, con mucha experiencia que se están yendo a
otros países y que no son fáciles de reemplazar”.
Aseguró que la fuga de talentos
ocurre hasta en las empresas familiares. “Hay muchos emprendimientos en
los que trabajan padres e hijos que se han visto afectados. Los más
jóvenes se van y los que quedan se desaniman. Pero estamos trabajando
para tratar de cambiar esta situación”.
Gino De Benedettis, presidente de la
Cámara de Industriales de Zulia, reiteró que se trata de una gran
pérdida. “Nuestros mejores profesionales y técnicos se están yendo. No
sé determinar cuánto más podemos aguantar en esta situación. Si sales a
buscar un tornero o un ebanista no lo vas a conseguir. Si necesitas un
ingeniero para desarrollar un proyecto tampoco lo vas a conseguir”.
Los industriales insistieron en que
es necesario que el gobierno entregue más divisas para la compra de
materia prima, se desmonten los controles de precios y se flexibilicen
los créditos de la banca pública, para que haya un aumento en la
producción y la situación mejore.
Para retener
Maryolga Girán destacó que para
evitar que más personal se vaya, algunas empresas han decidido
implementar distintas estrategias. “Hay empresas que tienen como
objetivo superar este año, pensando que la situación va a cambiar. Están
haciendo lo que pueden, dan varios bonos en el año, pagan tickets de
alimentación adicionales, entre otras cosas”.
Aseguró que en estos momentos es
fundamental que otras empresas realicen todo lo que esté en sus manos
para retener al personal. “Si la empresa quiere sobrevivir a esta crisis
tiene que tratar de darle a su gente lo más que pueda. Además del
dinero, debería buscar la manera de invertir en la formación. Si se
tiene un talento joven, por ejemplo, hay que prepararlo para los tiempos
mejores que van a venir”.
Indicó que las empresas deben motivar
a sus trabajadores constantemente. “Hay que invertir en el salario
emocional. Se le debe demostrar a la gente lo mucho que importa. También
es muy importante mantener a los trabajadores informados. En la medida
en que la empresa se abre al personal es más fácil contar con su
solidaridad y apoyo”.
El Dato
Aun con el aumento del bono de
alimentación que decretó recientemente el presidente Nicolás Maduro, el
ingreso de los trabajadores sigue siendo insuficiente. La bonificación
por día es de 3.600 bolívares, pero un almuerzo ejecutivo supera los
7.000 bolívares. Muchos trabajadores optan por llevar la comida de la
casa y cuando no pueden, prefieren trabajar con hambre, hasta que
lleguen en la tarde a sus hogares.
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