Foto: Wladimir Campos
Nayzai Saavedra|nsaavedra@bloquedearmas.com
El bienestar sexual se compone de factores que van más allá del coito
como tal, pero el concepto parte básicamente de que nadie haga algo que
no desee hacer. Sin embargo, esto puede representar un problema cuando
una de las dos personas involucradas en la intimidad deja de tener
interés o rechaza los avances del otro.
Esta falta de interés hacia la intimidad puede responder a situaciones de estrés. El presidente de la Sociedad Venezolana de Sexología Médica, Ender Boscán,
indicó que actualmente los niveles de ansiedad y angustia del
venezolano han aumentado y esto está influyendo en la vida en pareja,
sobre todo en el caso del llamado adulto contemporáneo.
“El adulto joven no le para tanto, tiene una clara ansiedad enfocada
en el futuro, pero no tiene una carga económica como un hombre de 40
años con hijos”, ilustró.
En principio, Boscán explicó que la sexualidad está quedando relegada
ante las preocupaciones sobre la alimentación y la adquisición de
dinero para el mantenimiento de responsabilidades, sobre todo en el caso
de los cabezas de familia.
Foto:Wladimir Campos
La ansiedad y depresión que producen estos problemas cotidianos que
se han agravado produce una disminución del deseo sexual y hasta
conflictos en la relación de pareja.
Esto además está provocando problemas de disfunción sexual
-dificultad durante cualquier etapa del acto sexual (que incluye deseo,
excitación, orgasmo y resolución) que evita al individuo o pareja el
disfrute de la actividad- tanto en hombres como en mujeres.
El sexólogo explicó que pareciera que se presentara más en el hombre,
pero esto se debe a que en su caso es más evidente -disfunción eréctil-
porque la mujer puede llegar a cierto nivel de placer a pesar de no
alcanzar el orgasmo y disimular o no estar del todo consciente de que
está sufriendo esta condición.
Foto:Wladimir Campos
Otra vertiente de la crisis económica en el deterioro de la vida
sexual se relaciona directamente a la escasez, que se expresa en la
disminución de preservativos y pastillas anticonceptivas, lo que ha
acabado con la oferta y ha elevado los precios.
“En este sentido, una parte de la población -clase media y media
alta- están teniendo una disminución de la actividad porque están
conscientes de tener un embarazo no deseado en la actualidad es algo
difícil de enfrentar, mientras en las clases populares no contar con
anticonceptivos puede no considerarse un impedimento”, consideró Boscán.
Agrega que las personas sexualmente activas deberían hacer la
“inversión” y comprar preservativos siempre que estén a su alcance,
porque los métodos anticonceptivos naturales son de alto riesgo y tienen
mucha probabilidad de fallar.
Foto:Wladimir Campos
Sin embargo, a pesar de que los problemas de pareja se ven acentuados
y aumentan en tiempos de crisis, no se registra un incremento en la
consulta de los especialistas, porque los ciudadanos no tienen los
recursos para recibir asesoría.
“Una vida sexual satisfactoria baja los niveles de estrés, Conlleva a
tener un mejor desempeño en las otras áreas de la vida cotidiana.
Representa una ‘valvulita’ de escape en medio del caos, involucrarse con
su pareja va a permitir subir el nivel de relajación”, explicó el
sexólogo. Por su parte, su colega Miguel Sira coincidió en que es un hecho que las preocupaciones pueden afectar la vida íntima de las personas.
Explicó que este efecto se debe a que no se está manejando la
situación adecuadamente. Por lo que la persona primero debe tratar de
solventar lo que le molesta.
Sira instó a tener un pensamiento más positivo “no ver tan
catastrófica la situación”. Sin embargo, advirtió que si la persona no
le ve salida a la crisis -posiblemente esté en una depresión- y deberá
buscar ayuda profesional porque va a terminar afectando más que su vida
sexual. |
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