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jueves, 7 de diciembre de 2017

Se hace casi cotidiano el asesinato por "nimiedades"




Foto: Mairet Chourio
Foto: Mairet Chourio

Stefany Izquiel
Psicólogos pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) aseguran que la violencia es la capacidad de un individuo de emplear su energía para la destrucción o agresión de sus semejantes. Debido a esto, los especialistas concluyen que la intolerancia es uno de los principales motores que impulsa la violencia.


En la ciudad de Caracas, una de las urbes más violentas del mundo, se registran asesinatos a diario, algunos son enfrentamientos entre bandas, otro entre criminales y agentes de la policías, también hay quienes mueren en atracos o secuestros, en manos del hampa común. A esa data se le suman las “víctimas de la intolerancias”, quienes son acribillados o apuñalados por razones que parecen “increíbles” o hasta sacadas de una película.
“Partido mortal”. El viernes 24 de noviembre, David Eduardo Vásquez Moffe, de 12 años de edad, salió de su casa hacia su liceo, ubicado en la calle Morochito Hernández en Propatria, municipio Libertador, como lo hacía normalmente, pero nunca volvió a su vivienda.
David jugaba en un partido de fútbol junto a sus compañeros del segundo año de bachillerato de la Escuela Técnica Industrial Rafael Vega contra un grupo de estudiantes de 4° año, y su desempeño en el juego causó problemas con un joven de 17 años.
Vásquez realizó goles y pases que ayudaron a que su equipo sacara ventaja ante el grupo de “los camisas beige”. Uno de los contrincantes se acercó a David y le propinó varios golpes, uno de ellos, en la tráquea. El muchacho golpeado dejó de respirar con normalidad y, según sus amigos, lo trasladaron a la oficina de la dirección de la institución educativa, donde esperaban recibir ayuda del personal docente.
Al llegar al recinto educativo, el lugar estaba desolado. No había profesores ni alguna autoridad, quienes pudiesen auxiliar al muchacho. David comenzó a vomitar sangre y cayó al suelo. Al impactar con la superficie del piso se golpeó la cabeza.
Los amigos de David, aún si recibir ayuda de un adulto, lo llevaron hasta el Centro de Salud Integral (CDI) Bolívar y Martí, pero el personal médico les informaron que el muchacho ya había fallecido.
El agresor de David se encuentra recluido en la Sub-Delegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), a la espera de una sentencia penitenciaria.
Los familiares de David relataron que el joven era constantemente agredido por compañeros mayores, pero nunca lo notificaba.
El secretario general de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Amalio Belmonte, sociólogo y doctor en ciencias políticas, explicó que todas las sociedades necesitan estar compuestas por una estructura determinada, para que los índices de violencia entre sus habitantes sean los más bajos posibles y los conflictos sean menores.
El especialista señaló que en primer lugar la sociedad debe contar con la mediación de las figuras institucionales, las cuales deben encargar de moderar las relaciones entre las personas. “Cuando una sociedad cuenta con instituciones representativas que median entre los problemas, hay mayores probabilidades de que disminuyan los conflictos”, dijo Amalio Belmonte.
Otras de las características más determinantes en materia de violencia social, es según Belmonte, es el lenguaje político que emplean los dirigentes y gobernantes para expresarse ante los ciudadanos. “El lenguaje y los gestos que los gobernantes emplean para relacionarse con los ciudadanos, debe tener el menor contenido de violencia posible. Las diferencias entre los políticos, deben solventarse de la mejor manera posible”, señala el secretario de la UCV.
Para evitar que casos como los de David Eduardo Vásquez Moffe sigan sucediendo en Venezuela, Amalio Belmonte asegura que “es necesario que los ciudadanos sepan que si existe una violación de la ley; es decir, que habrá una repercusión negativa para sí mismo; de lo contrario, más crímenes de este tipo seguirán sucediendo, porque el sistema no emplea un castigo a los individuos que cometen crímenes de este tipo”.
Valores. Lo más importante para promover la paz en las sociedades, son los conjuntos de valores, en los que se resalte el respeto a los semejantes, como valor fundamental, según Belmonte, quien dice que “en Venezuela tenemos una crisis importante en el sistema de valores que afecta las formas de comunicación, de entendimiento y los modos de procesar los conflictos”.
Especialista aseguran que la buena crianza y los valores en el hogar son la principal arma contra la violencia.
Peligrosa cotidianidad. Cuando en una sociedad las muertes violentas se vuelven cotidianas y se aceptan como parte de la realidad diaria, es un indicativo de que el valor por la vida humana, se ha perdido, según el sociólogo Belmonte.
Para los psicólogos, la intolerancia es un rasgo que se aprecia desde edades tempranas, en la que los niños y adolescentes, reflejan frustración e ira en situaciones determinadas, las cuales con el pasar de los años, pueden transformarse en patologías que afectan directamente en el control de las emociones, lo que puede llevar a algunas personas a cometer delitos como el homicidio.

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